Silbato de la muerte
Generador de ruido con aeroducto tubular o ehecachichtli


Fig. 1. Vista de frente del fragmento de silbato o sonador de la muerte del Mazatepetl 1.

Roberto Velázquez Cabrera
Instituto Virtual de Investigación Tlapitzcalzin.

Documento consultivo en afinación.
Primera versión, 2 de noviembre (día de muertos) de 2006. Ultima versión, 24 de marzo de 2009.
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Sonidos cortos de un modelo del silbato de la muerte (mp3)

Introducción y antecedentes

El objeto de este documento es informar sobre los avances del estudio de un fragmento del extraordinario sonador o resonador mexicano que se ha llamado silbato de la muerte, aunque no es de un silbato convencional de barro. Funcionalmente, es de un generador caos y ruido con aeroducto tubular (Figura 1). Proviene del Mazatepetl (en Nahuatl es Cerro del Venado y ahora es llamado Cerro del Judío). Este tipo de generador de ruido singular se ha asociado a la muerte y con rituales del inframundo, porque normalmente tiene un rostro de calavera como decoración que cubre el frente de su cámara de caos y ruido. También se ha llamado silbato de aire, aerófono de doble diafragma, flauta de muelle de aire, etc., pero su designación y usos originales se perdieron y se olvidaron como resultado de la invasión, las matanzas y las masacres de hace cinco siglos, así como por las colonizaciones y otras influencias culturales posteriores. El fragmento de generador de ruido con aeroducto tubular es extraordinario, porque es el primero que permite examinar su estructura y dimensiones internas a simple vista, sin tener que utilizar radiografías o tomografías computarizadas, mismas que son difíciles de obtener en nuestro país2. Lo especial de este fragmento es que ya no tiene el rostro de la calavera del frente que formaba el resonador, ni la parte superior del aeroducto tubular. Es el primer artefacto de viento antiguo de este tipo singular que ha podido examinar directamente el autor. Este tipo de generador de ruido es el que hacen algunos artesanos y músicos que también los tocan, pero no se había examinado a fondo uno antiguo, ni se conocían todas sus características organológicas, morfológicas y, sobre todo, constructivas y acústicas. Estos generadores de ruido antiguos son muy singulares y exclusivos del México Antiguo, ya que no se han encontrado en zonas de otras culturas antiguas. El caso analizado es importante y el contenido del estudio se orienta a los interesados en la morfología, construcción y sonidos de los generadores de ruido antiguos de barro. Inicialmente, el fragmento se examinó el día 24 de octubre de 2006 con la anuencia y sugerencia de Francisco Rivas Castro, investigador de la Dirección de Estudios Arqueológicos (DEA) del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), con objeto de apoyarlo en la elaboración de sus estudios e informe sobre los objetos rescatados en el Mazatepetl. Rivas es uno de los pocos responsables de proyectos arqueológicos que han permitido el estudio y la divulgación de fragmentos de silbatos de barro antiguos que han sido rescatados. En 2005, se analizó otro fragmento de una embocadura rota de silbato transverso de barro CM U67 4.50, proveniente de la misma zona y proyecto. En la clave asignada a la pieza, CM es Cerro Mazatepetl, U67 es Unidad Número 67 (Sureste de la Estructura C) y -4.50 significa que fue encontrado a -4.50 m de profundidad, en un relleno a -1.15 m del nivel 0, o sea a -3.35 m.

Ya he recomendado que cada artefacto sonoro antiguo rescatado debiera ser examinado con la mayor profundidad y amplitud posibles, para determinar sus antecedentes arqueológicos, así como sus características organológicas, propiedades acústicas y posibles usos originales. Este documento muestra que lo mismo se debe y puede hacer con los fragmentos de artefactos sonoros que pertenecen a una tipología importante, como es la de los generadores de ruido antiguos. Frecuentemente, los fragmentos de cerámica rescatados son despreciados en la arqueología y la museografía (y hasta en el saqueo y tráfico de arte arqueológico), porque prefieren las piezas antiguas monumentales, completas, con decoraciones vistosas, con cualidades estéticas o que son significativas iconográficamente. Debe haber cientos de fragmentos de artefactos sonoros rescatados (sin identificar y examinar) en las bodegas de resguardo de museos y exploraciones realizadas y, tal vez, hasta en los basureros, depósitos o entierros con restos de millones de fragmentos de bienes arqueológicos, por la falta de espacios para resguardarlos, por la ausencia de pistas morfológicas o signos iconográficos para su análisis visual o simplemente por no exiatir conocimiento, tiempo o interés para su examen detallado. Este estudio muestra que hasta un fragmento de silbato aun sin su iconografía o decoración externa es muy importante y puede ser analizado con profundidad y amplitud de visión con un poco de conocimiento y experiencia en la materia.

En estos generadores de ruido antiguos, lo más importante y extraordinario es su mecanismo sonoro interior y el tipo de ruido que generan, mismos que no son sencillos ni de describir bien con palabras. Para los interesados en conocer algo más detallado del sistema de los generadores de ruido antiguos, ya se han publicado otros estudios en que se comentan los antecedentes y se describe el funcionamiento y las propiedades de su corazón sonoro interior. La estructura básica del sistema que genera caos y ruido se muestra al frente de la Figura 1 y su corazón sonoro es similar al de los Ancient Noise Generators (generadores de ruido antiguos) que fueron presentados ante acústicos internacionales en Cancún, México en 2002, pero funcionan dentro de la boca. Descubrimientos posteriores sobre los Ancient Noise Generators fueron presentados ante expertos en música-arqueología en Michaelstein, Alemania en 2004 (1). Una versión corta en Español del estudio de esos artefactos sonoros bucales se puede consultar, mediante suscripción previa, en la revista electrónica e_Gnosis de la Universidad de Guadalajara y en otros servidores de la Red de Revistas Científicas de América Latina y el caribe, España y Portugal se puede ver directamente como en la copia disponible en el nodo de la Universidad Autónoma del Estado de México. Algunos antecedentes se pueden ver en un estudio abierto en la red sobre el Ehecachichtli (designación inventada por el autor, en honor a Ehecatl). Hay otros tipos de generadores de ruido bucales antiguos particulares de esta subfamilia, que no se van a comentar aquí, ya que se pueden consultar en la lista de estudios disponibles del autor. Entre ellos destaca el de ¿Un Aerófono Mágico del Inframundo Olmeca? y otro sobre un Totó de mármol (y de otros dos de materiales líticos) del generador bucal de ruido de la zona olmeca/popoloca de San Juan Raya, Municipio de Zapotitlán Salinas, Puebla. El autor ha podido reconocer estos extraordinarios sonadores bucales antiguos, porque desde la niñez conocía, construía y usaba un diseño similar en metal de una corcholata (tapa de metal de refrescos y cervezas) aplanada, doblada y perforada que es muy efectiva acústicamente, pero ya no se incluye entre los artefactos sonoros etnológicos que se usan en las comunidades rurales.

El único objeto conocido con morfología similar a los generadores de ruido bucales antiguos que aparece en la iconografía mexicana se incluye en la esquina superior izquierda de los Instrumentos del Mizcoacalli del Códice Florentino.

Hay artefactos sonoros de esta familia que operan con el mismo mecanismo sonoro interno pero que tienen una estructura y morfología diferente, como unos que fueron analizados directamente por Susan Rawcliffe (10) y desiganadas como "chaber duct flutes". Uno muy especial es la "Gamitadera" del Museo de Xalapa, que lo estudiamos con modelos experimentales. Por su importancia y singularidad, quisimos analizarlo directamente con mayor profundidad, pero no fue posible, ni habiendo obtenido el permiso oficial del Consejo de Arqueología, que exige la reglamentación en la materia14.

Los generadores de ruido que operan con aeroducto tubular también ya se examinaron con modelos experimentales por el autor desde 2003. Se han estudiado modelos con el mecanismo sonoro interno de dos tipos de generadores de ruido con aeroducto tubular, que tienen diferencias en su estructura interna, pero pueden producir ruido similar. En el mostrado a la derecha de la foto comparativa anterior, el aeroducto es perpendicular al hoyo de entrada de la cámara de Helmholtz que es esférica y que actúa como un resorte de aire. Realmente, todos los resonadores globulares se pueden representar con el modelo de Helmholtz y, por lo tanto, funcionan como un muelle de aire. En el de la izquierda, el alineamineto del aeroducto tiene un ángulo de inclinación y su cámara es semiesférica. Este último es como el del fragmento del caso, que fue examinado directamente en instalaciones de la DEA del INAH.

Los generadores de ruido antiguos se podrían clasificar como aerófonos o instrumentos musicales de viento, pero no han sido incluidos en los sistemas de clasificación de instrumentos musicales y los sonidos que generan no son musicales, considerando el concepto de la música actual occidental. El universo de la música del México Antiguo era mucho más amplio que el de la que vino del exterior, ya que su uso se extendía a todo tipo de fiestas, ceremonias y rituales. Sus sonidos se utilizaban en todo tipo de actividades vitales e importantes como en la guerra, en las caza, en comunicaciones, en curaciones, chamanismo, juegos etc. Los generadores de ruido antiguos son un ejemplo claro de eso, y tampoco se incluyen en los sistemas tipológicos de registro de la arqueología. Algunos de los que han sido localizados, identificados o examinados por el autor, como los líticos que operan dentro de la boca, ni siquiera habían sido reconocidos en ningún campo actual del conocimiento formal relacionado como la arqueología, la música, la acústica, etc.

Una idea de la amplitud del campo de la música del México Antiguo se puede obtener al considerar las leyes de Nezahualcoyotl que incluían cuatro códigos y consejos: guerra, justicia, finanzas y música. Los tres primeros eran para mantener, ampliar y administrar el reino. Los de la música eran muy especiales y cubrían todo su conocimiento (de ciencias y artes) que utilizaban en las prácticas rituales o ceremoniales relacionadas con sus cosmopercepciones y mitologías, incluyendo todo tipo de aplicaciones sonoras asociadas y que instrumentaban integralmente en las ceremonias como canto, danza, dramas, teatro, poesía, etc., de las grandes y pequeñas comunidades y los sitios rituales de todas las longitudes, latitudes y altitudes del México Antiguo.

El autor ya propuso una clarificación de las principales piezas localizadas de esta familia ruidosa, pero para poder definir bien su ontología/tipología es necesario, al menos, examinar o conocer los atributos de todos los miembros de esta familia que han sido rescatados. Lo mismo debería hacerse con otros artefactos sonoros relevantes del México Antiguo que no han sido incluidos en los sistemas de clasificación arqueológicos, musicales y acústicos.

Este documento se desarrolla de acuerdo al orden cronológico de la información obtenida y de los trabajos realizados en el estudio.

Análisis

Se contó con el asesoramiento y ayuda de la arqueóloga Esther Guzmán (experta en cerámica) y de Rivas para obtener y dar a conocer los datos arqueológicos e información asociada del "Fragmento de silbato de barro":

Información y datos disponibles del fragmento.

Origen: Mazatepetl, Magdalena Contreras, D. F., México. Las coordenadas del sitio son; 19 g 19 m 6 s latitud norte y 99 g 15 m 25 s longitud oeste. Tiene una altitud de 2750 msnm. Se incluye en el plano topográfico del INEGI, carta E14 A-36. En la Guía Roji de la Ciudad de México se localiza en el plano 108, A-B. Subiendo por la Av. San Bernabé, se entra al sitio por la calle de Las Cruces. Pertenece Parque Ecoturístico Arqueológico Tortuga Jaguar del Ejido de San Bernabé Ocotepéc.
Procedencia: Superficie, a 20 m atrás (Suroeste) de la Plataforma F (ver Plano Topográfico del Sitio Arqueológico del Mazatepetl). El fragmento fue encontrado por Jaime García Gutiérrez.
Temporalidad: Posiblemente Azteca II Transicional del Posclásico Temprano (1250-1380) de la época tepaneca-otomí.
Localización actual: Muestrario Cerámico del Proyecto del Cerro del Judío a cargo del Dr. Rivas.
Material: Barro. Color del barro amarillo rojizo HUE 7.5YR 6/6 (2).
Decoración: Restos de pintura blanca (frente y lados) y roja (aeroducto), que se pueden ver con una lupa.
Medidas generales: largo 2.8 cm, ancho 2.7 cm y alto 3.4.
Medidas organológicas: Diámetros del aeroducto (roto). Interior 0.75 cm. De su salida 0.4 cm. Exterior del aeroducto 1.1 cm. Grueso de la pared 0.15 cm.
Cámara de Helmholtz: Semiesférica. Diámetro de la perforación de entrada 0.4 cm. Grueso de la tapa 0.15 cm. Angulo de inclinación 25 grados. No se pudo examinar su interior, para ver si tiene arcilla, ni se estimó su volumen.
Cámara de caos o resonadora: Ancho de fondo 1.3 cm. Máxima separación entre el hoyo de salida del aeroducto y el hoyo de entrada a la cámara de Helmholtz 0.5 cm.

Comentarios generales.

Rivas ya había identificado el fragmento de silbato de la muerte como un generador de ruido antiguo, porque conocía algunos de mis estudios anteriores y modelos experimentales similares, así como los sonidos especiales que producen. Esa identificación previa de Rivas y su permiso para analizarlo, prueba la utilidad de dar a conocer a la comunidad de los arqueólogos los estudios sobre los artefactos sonoros relevantes del México Antiguo que no son muy reconocidos. Ese conocimiento es importante para los responsables de proyectos arqueológicos, porque ellos son los que tienen la oportunidad y la obligación legal y reglamentaria de estudiar, identificar y catalogar los bienes arqueológicos rescatados o asociados a proyectos exploratorios, antes de ser entregados a una ceramoteca, a un museo o ser depositados en un basurero arqueológico. Sin duda, el haber reconocido el fragmento de silbato de la muerte y su estudio ayudan a que se registre y se resguarde bien.

Usualmente, los bienes arqueológicos provenientes de superficie no se consideran importantes, ya que no se examinan a fondo ni se publican sus estudios, por carecer del contexto arqueológico y estratigráfico que permita hacer asociaciones temporales o culturales con otros objetos antiguos. Hay muchos casos en condiciones similares, como los bienes sonoros antiguos que no tienen datos de su origen y provienen de colecciones, subastas, saqueos, decomisos, etc. Este documento muestra que es posible hacer algunos análisis y proponer conclusiones relevantes hasta de un fragmento sonoro de barro proveniente de superficie.

En la tesis doctoral de Rivas (9) hay un Capítulo VIII con información del Mazatepetl. En la introducción de ese Capítulo se menciona que:

"El Mazatepetl se ubica al suroeste de la Cuenca de México. Este sitio debió ser uno de los lugares estratégicos más importantes de la época tepaneca, pues disponía de una región rica en recursos maderables y para cacería. El sitio no se pintó en códices mexicas. Sólo existe una representación del topónimo del Cerro dentro de un conjunto de topónimos de la lamina 6 del Códice Xolotl, un documento del Acolhuacan, pintado tardíamente a mediados del siglo XVI. Este documento conservó la tradición pictográfica nahua-otomí de la región texcocana."

Rivas también comenta que los datos arqueológicos recavados denotan que en el Mazatepetl se realizaban prácticas rituales. Es bien sabido que los cerros eran venerados y utilizados en ceremonias especiales por los pueblos del México Antiguo.

El origen del fragmento de silbato es relevante, ya que permite saber que su uso se pudo extender hasta el Suroeste de la Cuenca de México, posiblemente en la fase Azteca II Transicional, ya que se encontró con otros bienes arqueológicos de barro del mismo lugar que tienen características de esa fase. Para apoyar su estimación sobre la posible temporalidad, Rivas me mostró un fragmento de un plato de cerámica del lote que tiene decoraciones internas típicas de esa fase. También comentó que el fragmento puede provenir de un derrumbe de la Plataforma F del Mazatepetl, ya que el lugar de su origen es de una ladera muy inclinada. Es interesante comentar que entre esos bienes hay una ollita con decoración de una cara de Tlaloc, similar a otras que se han encontrado en ese Cerro con anterioridad, lo que también indica su uso en esa zona. En su tesis doctoral Rivas informa que el fechado del lugar ceremonial del Mazatepetl es del Posclásico Temprano (1250-1380 d.C), en base a la Cerámica Azteca II, que encontraron en exploraciones realizadas en ese lugar en los años 2000 y 2001, cuyo informe publicó en 2002. En la misma tesis (9, p 414, Fig. 137) se muestran ejemplos de cerámica de excavación del Mazatepetl, que incluyen fotos de fragmentos de platos de barro de las fases Azteca II y Azteca II Transicional, con decoraciones similares a uno del lote asociado con el fragmento del silbato de la muerte. Es interesante señalar que Rivas ha opinado que en el Mazatepetl se consumía cerámica proveniente de Texcoco (9, p 205).

Ya se mencionó que algunos generadores de ruido antiguos conocidos tienen el frente de la cámara resonadora cubierta con un rostro de calavera, por lo que se han asociado con ritos o ceremonias mortuorias y del inframundo, pero en este caso ya no lo tiene, porque se le rompió, aunque no se sabe si fue accidentalmente o fue “matado”. El hecho de que se haya roto (lo que usualmente se considera lamentable) en nuestro caso representa una gran ventaja para su análisis, ya que permite ver y examinar a simple vista la estructura y dimensiones de la cámara de caos interna, que es el corazón de su mecanismo sonoro. También se pueden ver como se unieron cada una de las partes de barro que lo integraron cuando se construyó, por lo que es posible determinar su procedimiento de construcción con certeza. Ya se han probado varios procedimientos para construir modelos similares de este tipo de generadores de ruido, pero la importancia del caso es que muestra y confirma uno de ellos.

Relación con Ehecatl, el viento y la muerte.

Estos sonadores de viento se asocian con Ehecatl (ecatl significa viento, en Nahuatl) y pueden producir sonidos como los del viento y la morfología y simbología relacionadas son muy ricas. Su corazón sonoro tiene la estructura interna típica del pico rojo de ave de las máscaras de las representaciones escultóricas y gráficas antiguas de Ehecatl, como los que se muestran en el estudio de los generadores de ruido bucales (1). Se cree que ese pico le servía a Ehecatl para generar los vientos con los que se barrían los cielos para traer la lluvia. Estos artefactos sonoros también se han asociado a la muerte, porque su decoración externa tiene relación cercana con representaciones de la muerte mexicana (Mictlantecuhtli y Mictlancihuatl). En la iconografía hay varias representaciones en las que aparece Ehecatl con la muerte como en la Lam. 56 y la Lam. 73 del Códice Borgia. Las representaciones multifacéticas de Ehecatl tienen un significado mitológico rico, complejo, aun medio oculto, con dualidades y relaciones cercanas o fusiones con otras deidades como Mictlantecuhtli y Quetzalcoatl, pero como sus interpretaciones son conocidas y ya fueron comentadas en la literatura de Mesoamérica, no se repiten aquí. A Ehecatl se le atribuye el haber participado en la creación de muchas cosas importantes en el mundo mítico mexicano como los trece cielos, el sol, la tierra, el inframundo y sus dioses, la cuenta del tiempo, la primera pareja humana, el maguey y el pulque (3, p. 206) y hasta la música, ya que él trajo a un flautista de la casa del sol (12). Los vientos eran muy importantes para los pueblos del pasado remoto. Los antepasados tenían fe de que los vientos son Ángeles y dioses, capaces de adoración y veneración y creían que en todas partes de la tierra habitan como en lomas, montes, valles y quebradas, según Hernando Ruíz de Alarcón (22, p 23-24).

Dos generadores de ruido con aeroducto tubular del Entierro 7 del Templo de Ehecatl de Tlatelolco.

Sobre la relación de Ehecatl con la muerte y con los silbatos con rostros de la muerte, también se encontró una evidencia arqueológica muy importante y significativa. En una publicación de Salvador Guilliem Arroyo (arqueólogo que tiene a su cargo el sitio de Tlatelolco), se informa que en el Entierro 7 (3, Foto 44, p 354) encontrado en el Recinto Ceremonial del Templo de Ehecatl-Quetzalcoatl del sitio de Tlatelolco se encontró un esqueleto de un adulto de 20 años de edad con dos silbatos con rostro de la muerte (3, Foto 44, p 354) y otros objetos que se relacionan con la muerte. El Entierro 7 se asocia en forma compleja con el Entierro 20 superior3. Ambos pertenecen al nivel Contextual 2 de la Cala I, que se muestra en los cuadros b, c-1, al frente del Templo "R" (de Ehecatl). El texto integro del descubrimiento en el Entierro 7 es el siguiente (3, p 117):

"El sujeto ubicado en el costado norte del descrito fue llamado Entierro 7 y se trató de un adulto de 20 años de edad, aproximadamente, que fue depositado en una posición poco común: decúbito dorsal flexionado, con sus piernas encogidas hacia el pecho y su cráneo inclinado hacia el vientre. Sus pies fueron puestos cuidadosamente sobre un banco inclinado de adobe y, sobre ellos, los pies completos de otro adulto seguramente de su vecino del sur separados por una fina capa de arcilla (fotografía 44). En seguida estaban los huesos largos de las piernas, cruzados al frente y en su costado derecho restos de costillas y huesos largos de brazos. Su mano derecha se colocó sobre el pecho sosteniendo un silbato con el rostro de la muerte grabado, casi idéntico a otro que descansaba sobre el vientre del sujeto, en tanto su brazo izquierdo estaba extendido descansando su mano sobre la pelvis. Los objetos registrados durante su excavación fueron una navajilla y una lasca de obsidiana, huesos de animal, carbón y tiestos de comal, apaztle, cajete, vasija, molde salinero, sahumador, brasero trípode y grava de tezontle utilizada en la formación de los adobes que lograron mantener los cuerpos de estos personajes en posiciones tan complejas."

En difícil interpretar con exactitud el posible uso de los silbatos encontrados en el Entierro 7, porque es muy complejo y, más aun, por alguien que no es arqueólogo como el suscrito y considerando que no se incluyen comentarios sobre el tema sonoro en la publicación de su exploración. Además, el Entierro 7 también se relaciona con los objetos encontrados y los eventos de otros entierros como el 203. Sin embargo, es claro que los objetos filosos de obsidiana también se asocian con la muerte, porque se podían usar para matar o sacrificar animales y personas. Es posible que la navajilla de obsidiana encontrada se haya usado para descuartizar o desmembrar el cuerpo del sacrificado en el Entierro 7. También se sabe que algunos objetos encontrados como el sahumador y brasero se usaban en rituales antiguos. Lo singular del Entierro 7 es que se hayan depositado dos silbatos con rostro de la muerte, lo que indica se pudieron usar ritualmente en el sacrificio.

En el texto al pie de la Foto 44 (3, p. 354) del segundo nivel de exploración de los entierros 20 y 7 se informa que:

"En el primer plano sobresalen los pies cortados del primer sujeto colocados sobre los del segundo sujeto y como este sostiene en cada mano un silbato”.

El haber encontrado los dos silbatos de la muerte completos, entre los restos de las manos del personaje sacrificado del Entierro 7, indica que pudieron usarse en el ceremonial a Ehecatl y/o querían que se siguieran usando en el viaje obligado al otro mundo, lo que es muy probable, ya que los silbatos rescatados no fueron “matados” (rotos) al depositarlos.

En el informe del proyecto del Templo de Ehecatl de Tlatelolco de Gulliem (3, Lam. 2, Foto 3, p 494) se incluyó una foto de uno de los silbatos rescatados que parece ser semejante al fragmento de aerófono del caso bajo examen. En cuanto a la temporalidad y motivo de las ofrendas, Guilliem propone que la posible causa del complejo ceremonial fue la gran hambruna de 1454.

No se puede saber con exactitud cuándo se pudieron construir los generadores de ruido encontrados en el Entierro 7. Ni siquiera se sabe con certeza el origen exacto de la cerámica de Tlatelolco4, aunque tenían un gran mercado con mercaderes especializados en loza como ollas y comales, según Sahagún (571, p 14). Lo que si se sabe es que la hambruna de 1454 se dio más de un siglo después de la fase Azteca II Transicional en que se estima para la temporalidad del fragmento de silbato del Mazatepetl.

Para el caso, lo más importante de ese descubrimiento arqueológico es la relación de los generadores de ruido antiguos con el esqueleto de un entierro en el complejo ceremonial del Templo de Ehecatl. Ese descubrimiento es muy relevante para la arqueología sonora y las ceremonias del México Antiguo, ya que no se conoce otra ofrenda o entierro similar que muestre la relación directa de un silbato de la muerte con Ehecatl, con un sacrificio y con su posible ritual. Aunque se han encontrado en otras zonas y culturas varios templos, objetos, restos óseos de sacrificados y representaciones relacionados con Ehecatl, no se conoce otra publicación en que se incluya el descubrimiento en un proyecto arqueológico de otros generadores de ruido con aeroducto tubular. Hay publicaciones sobre la muerte mexicana, pero no se había relacionado con silbatos de la muerte en el contexto arqueológico de un ritual de sacrificios humanos.

En 2004, casualmente se encontró y pudo tomar una foto de un dibujo de cuatro vistas de un aerófono similar, de Ma. Guadalupe García (quién entonces trabajaba en la DEA del INAH), proveniente del mismo sitio de Tlatelolco (Ofrenda 8, Elemento 7, sin fecha). Llama la atención que ese aerófono dibujado no se incluyó en el texto del informe del Entierro 7, aunque pudo haberse rescatado en otra exploración o haber un error en el origen 5, pero el rostro decorativo del que fue dibujado se asemeja al de la foto del Entierro 7. Ese dibujo de García es singular, porque no se ha encontrado otro semejante que muestre la apariencia externa, con varias vistas, de un generador de ruido antiguo con aeroducto tubular. Sin embargo, en la literatura se han encontrado dibujos con vistas de cortes de artefactos sonoros similares publicados por otros investigadores.

Es seguro que las ceremonias a Ehecatl se acompañaron con otros sonidos mexicanos antiguos. Guilliem informa que se encontraron algunos instrumentos musicales entre las ofrendas como la 20 del centro del Templo de Ehecatl: una flauta rota, un silbato en forma de ave de pico largo, quizás un pato, y una sonajas esférica, idéntica a las encontradas en la Ofrenda 115. En el informe de Jorge Angulo se comenta que se encontraron restos de tres teponaztli en su exploración de la zona Suroeste de Tlatelolco8, pero no se han encontrado ni las fotos de los instrumentos musicales rescatados de ese sitio. Tampoco se han publicado estudios a fondo de los silbatos de la muerte de Tlatelolco.

Primeros generadores de ruido con aeroducto tubular publicados.

El primer investigador que empezó a estudiar con seriedad los instrumentos ruidosos fue José Luis Franco, pero no se publicaron los resultados de sus trabajos que realizó en el tema por cerca de diez años. Solo se conoce una publicación nacional relacionada con esos trabajos de Franco. En 1962, se publicó en el periódico Excélsior una entrevista (4) con varios dibujos de ellos, entre los que se incluyó un silbato de fuelle de aire con rostro de la muerte de la cultura azteca. Franco es el primer investigador que reconoció el fuelle de aire, como uno de los elementos sonoros básico de este sistema extraordinario, posiblemente por su formación de ingeniero. El mencionó que estos instrumentos se usaron mucho desde el preclásico hasta el posclásico, casi todos fueron decorados con un rostro de calavera. En 1971, en Los Ángeles, publicó (4-b) un dibujo 44 con el corte longitudinal y una vista externa (con un rostro de tecolote, que también se asocia con la muerte) de un artefacto similar con cámara de Helmholtz esférica (que sirvió de base para los análisis experimentales previos del autor con ese tipo de diseño), proveniente del Centro de Veracruz. Franco no mencionó su antigüedad, pero comentó que algunos de esa familia de instrumentos singulares son muy antiguos, ya que se remontan hasta el siglo ocho a.C. Nuestros trabajos sobre los generadores de ruido son una continuación de los iniciados por Franco y pretenden ser un modesto homenaje y reconocimiento a su labor de investigación pionera en este tema.

Se sabe que hay artefactos sonoros semejantes en colecciones y museos nacionales y del exterior, pero a pesar de su importancia y singularidad la mayoría no son conocidos por el público, ya que apenas se han empezado a localizar y dar a conocer algunos de ellos. También, debe haber otros sin identificar en museos o en informes técnicos de proyectos arqueológicos realizados, pero para su posible localización se deben examinar y leer todos los informes de los trabajos exploratorios realizados, ya que no aparecen en las listas publicadas en la red mundial con los títulos de ellos de cada estado, aunque debieron ser incluidos en las fotos o dibujos de las piezas rescatadas. Sin embargo, como algunos artefactos sonoros de este tipo ya se han identificado y registrado oficialmente entre los registros de las colecciones de la Dirección de Registro de Monumentos y Zonas Arqueológicas del INAH, como se ha hecho con unos "aerófonos de doble diafragma" de la colección de Jorge Dájer. Entre ellos hay un silbato con rostro de la muerte muy similar a los que se encontraron en el Entierro 7 del Recinto Ceremonial del Templo de Ehecatl. Si es posible consultar su base de datos o archivos, se podría hacer una búsqueda preliminar, para determinar la localización actual de los bienes sonoros de esta familia que se han registrado oficialmente. También se me ha informado que hay otros instrumentos musicales recuperados en acciones de salvamento arqueológico de obras públicas y de denuncias, pero aun no se sabe si entre ellos hay generadores de ruido antiguos.

Guillermo Contreras publicó (5) el corte longitudinal de tres "aerófonos de doble diafragma" entre los que incluyó un "silbato mexica de la muerte", de morfología similar al del Cerro del Judío. También incluyó dos fotos con cuatro "silbatos de doble diafragma" semejantes, un silbato maya y tres silbatos mexicas. Dos de estos últimos, que se muestran de frente, tienen rostros de calaveras muy similares a los encontrados en el Entierro 7 del Recinto Ceremonial del Templo Ehecatl de Tlatelolco, pero no se conoce su localización actual.

Desgraciadamente, no se conocen las dimensiones exactas de los generadores de ruido con aeroducto tubular que fueron publicados ni los sonidos que pueden producir. Las fonotecas nacionales no tienen ni publican grabaciones de estos y otros artefactos sonoros del México Antiguo como lo han hecho con música etnológica. Con la excepción de los silbatos del Entierro 7, tampoco se conoce el origen exacto, la fase temporal del resto de los pocos silbatos de la muerte publicados, ni si existen informes técnicos de su descubrimiento o rescate.

Sahumadores con generadores de ruido en el mango.

En la iconografía (Lam. 22 del Códice Borbónico), Ehecatl también aparece portando lo que parece un sahumador que tiene como mango una serpiente. El autor ha construido modelos experimentales inspirados en esa representación y hechos en forma de un Tlemaitl rugidor con un aerófono de ruido bucal en el extremo del mango, para darle versatilidad y potencia a ese diseño experimental. Sahumadores ruidosos similares, pero con generadores de ruido con aeroducto tubular, se han exhibido en museos como el del Templo Mayor, el MNAH y el de Santo Domingo de Oaxaca. El primer sahumador ruidoso detectado en la literatura fue dado a conocer por Leopoldo Batres, en el informe de 1900 de su exploración en la Calle de Escalerillas (5-a): "...un sahumador de barro policromo con calados en forma de cruces, diámetro 0 m 23 , longitud, del cabo 0 m 41. Este remata en una cabeza de serpiente con la parte superior retorcida y un pito".

Tomografías computarizadas de generadores de ruido con aeroducto tubular.

La estructura y morfología interna de algunos generadores de ruido con aeroducto tubular conocidos son similares al mostrado en el corte de una tomografía computarizada (TC), proporcionada por Arnd Adje Both, de uno que se resguarda junto a otros semejantes en el museo Etnológico de Berlín. Both proporcionó el informe de un estudio sobre esos "silbatos de la muerte aztecas" con sus TC (6). También incluyo algunas TC y una foto en su tesis doctoral sobre "Aerófonos Mexicas de las Ofrendas del Recinto Sagrado de Tenochtitlan" (7), aunque no se han encontrado en ese sitio silbatos de la muerte antiguos, pero sí incluyó el examen de algunos sahumadores con "aerófonos de ruido" en el extremo del mango. También publicó una foto y un dibujo en un artículo (8) con comentarios e información relevante que describe y apoya la relación de esos "aerófonos de ruido y Ehecatl y menciona brevemente el descubrimiento de Guilliem en Tlatelolco, así como otros temas iconográficos y arqueológicos. También incluye algunos espectrogramas de sus sonidos. Algunos de esos artefactos sonoros con rostro de la muerte se pudieron ver directamente en las vitrinas de una exhibición especial de ese museo durante el "5th International Symposium of the Study Group on Music Archaeology". Berlín, Alemania. Septiembre 19-23. 2006.

Sifflets péruviens

Los generadores de ruido con aeroducto tubular se consideran exclusivos del México Antiguo, pero ha surgido la posibilidad de que pudieron usarse en la zona andina, ya que se encontró un dibujo de unos silbatos peruanos (sifflets péruviens) del Museo de Sevrés de Francia, que fueron publicados en la revista La Nature en 1887 por Gaston Tissandier (17). Tienen morfología similar, aunque existen dudas hasta de su tipología sonora porque se confundieron con vasos silbadores, ya que en el texto descriptivo se comenta: ".... se tienen que llenar con agua para producir una especie de gorjeos" ("....il doit être rempli d’eau pour produire une espêce de gazouillement"). Se han hecho consultas a expertos de los museos relacionados de Perú y Francia, pero no ha sido posible obtener evidencias de su posible origen y no conocen esa tipología de silbatos. La opinión de los especialistas en iconografía esta dividida, debido a que el tecolote y sus representaciones existían en las zonas del Perú y México. Si se pudiera confirmar que esos silbatos son peruanos, indicaría que hubo una relación de conocimiento de esta singular tecnología sonora, entre maestros de la zona andina y Mesoamérica. Por la singularidad y complejidad del mecanismo generador de ruido, no es probable que haya sido creado en forma independiente.

Funcionamiento del mecanismo sonoro

Visualización de la dinámica del aire que genera el ruido.

Se hicieron experimentos especiales y originales para mostrar con videos la dinámica del aire en el mecanismo sonoro de los generadores de ruido, aunque su funcionamiento general ya se había descrito en los generadores de ruido bucales. En el interior de la cámara de caos y el resonador de salida del modelo experimental aparece una explosión turbulenta, cuya dinámica es tan compleja que no se ha podido simular con modelos matemáticos en computadoras digitales, como ya se ha hecho con las flautas de pico. Ya de pueden ver las fotos de un video que muestran con comentarios descriptivos breves los resultados de un experimento de visualización de mecánica de fluidos, usando un modelo transparente del mecanismo sonoro básico y una bomba de fuelle de pie para introducir la corriente de aire a presión con polvo de talco. El ejercicio es sencillo, pero ya muestra con realismo mejor información y más detalle sobre la dinámica del comportamiento del aire en este extraordinario mecanismo sonoro que todo lo que se ha encontrado en la literatura sobre sus propuestas de funcionamiento, como las que han planteado varios investigadores sin haber realizado experimentos comprobatorios. El sistema es un generador de turbulencia y ruido muy eficiente que se produce en la cámara de caos y entre los dos hoyos sonoros con filos o bordes circulares, mediante una dinámica muy compleja de presiones, choques, difracciones y reflexiones de ondas que se incrementan por las presiones opuestas de la cámara de “fuelle de aire”, misma que opera como un resonador de Helmholtz, tal como fue postulado por Franco. En un silbato de la muerte, el inicio de la explosión turbulenta se estima en cerca 1/100 segundo, después de empezar a introducir el aire de excitación. Con experimentos similares es posible analizar los efectos de variar las dimensiones de cada uno de los elementos que conforman al sistema sonoro, pero como son marginales y algunos de mayor detalle, se requiere de una cámara digital de alta velocidad y definición, aunque ya se han analizado algunos elementos morfológicos básicos.

Función de la embocadura tubular.

Ya ha sido posible profundizar en el examen de algunos detalles organológicos importantes del generador de ruido con aeroducto. La función, utilidad y efecto posibles de cada elemento morfológico de cualquier aerófono antiguo sólo puede ser analizado con modelos experimentales, ya que los bienes arqueológicos no se pueden alterar físicamente. Para esa finalidad y para analizar hipótesis morfológicas y dimensionales, un método es experimentar con modelos el efecto de variar un elemento manteniendo los demás sin alterar. Por ejemplo, con modelos experimentales similares, pero sin la embocadura tubular, como el modelo con una calavera, se vio que el tubo no es necesario para generar el ruido característico. Eso significa que la función de la embocadura tubular no es sonora. Si la sección transversal del aeroducto no es circular, tampoco se notan cambios sonoros notables, aunque si es circular se facilita su modelado con un palito de sección circular constante. La embocadura tubular tampoco tiene asociada un significado iconográfico, porque no tiene decoraciones. Lo único que resta es que pudo tener una causa funcional, adicional a la sonora. Una de ellas pudo ser que el tubo sirviera para sostener el aerófono en la boca, entre los labios y/o los dientes, sin utilizar necesariamente las manos en ello. Al dejar las manos libres se pueden usar para realizar otras funciones al mismo tiempo como formar otro resonador externo variable en volumen a la salida del aire, operar otro instrumento o artefacto sonoro u otros objetos. Estas posibilidades funcionales pudieron facilitar y diversificar su uso en ceremonias y ritos. El poder formar otros resonador externo variable en volumen, permite generar sonidos de varias voces complejas o fonemas.

Alineación del aeroducto y los hoyos sonoros.

Uno de los puntos finos o de detalle que se requiere examinar del mecanismo sonoro de todo artefacto de viento con aeroducto, es precisamente la alineación del aeroducto, mismo que en este fragmento de silbato de la muerte se pudo observar bien a simple vista e iluminado con la luz del sol. En este caso, como en otros similares probados experimentalmente (que se pueden examinar a través del aeroducto, si en la oscuridad se ilumina su cámara de caos con una lámpara pequeña, pero de luz intensa), se muestra que coincide el eje del centro del aeroducto con el centro de los hoyos de salida del mismo y del hoyo de entrada de la cámara de Helmholtz. Eso es para asegurar que entre un flujo máximo de aire, proveniente de la insuflación y dirigida hacia la cámara de Helmholtz, para que ésta funcione como resorte de aire con un máximo de fuerza y eficiencia. El modelo físico-matemático de la cámara de Helmholtz se representa como un resorte y una masa en serie. El flujo del aire a la salida de un aeroducto ya se conoce bien y se asemeja a la dinámica del aire a la salida de los motores de los aviones de propulsión a chorro, que se hace turbulento a corta distancia de la salida. Ya hemos visualizado ese chorro de aire usando aire y talco. Aunque exista buena alineación entre los dos hoyos sonoros, hay pérdidas, por la refracción hacia los lados de la corriente de aire a la salida del hoyo del aeroducto, pero si no coincide la alineación, la perdida puede ser mayor. Se ha experimentado que un grado desviado de la alineación correcta puede hacer la diferencia entre la generación de ruido fuerte o débil. El diseño del mecanismo sonoro del fragmento del Maztepetl puede incrementar la potencia del ruido, si se incrementa la velocidad o el gasto de aire de insuflación. Eso es interesante, porque en algunos sistemas generadores de caos que se han experimentado se puede apagar el sonido cuando se incrementa la potencia del aire de entrada.

Diámetro de los hoyos sonoros.

Otro punto fino que se debe analizar en este tipo de artefactos sonoros es el diámetro de los hoyos de salida del aeroducto y el de entrada a la cámara resonadora de Helmholtz. En este caso, casi son iguales, pero pueden ser diferentes. Por ejemplo, en el caso de los silbatos del Museo Etnológico de Berlín, se ve que el diámetro del hoyo de entrada a la cámara es casi el doble que el de salida del aeroducto, pero en este caso la alineación del aeroducto se dirige hacia la orilla del frente del hoyo de la cámara. Eso hace que el mecanismo sonoro funcione como el de un aeroducto con bisel, porque el aire se parte al chocar contra su esquina, pero su cámara Helmholtz y la de caos operan como la de un generador de caos y ruido básico. Experimentos con modelos de este tipo mostraron que la alineación en más crítica para la producción de ruido de alta potencia. Algunos artefactos sonoros similares que aun se producen en México usan este principio, como unos silbatos de la muerte que construyen los hermanos Mario y Gregorio Cortés de Santa Cruz de Arriba, Texcoco. El que se muestra en el centro de la foto anterior es muy similar a los del Entierro 7 del Templo de Ehecatl y a un silbato de la muerte de la colección de Dájer. Es interesante mencionar que los hermanos Cortés de Texcoco hacen sus obras cantadoras con barro milenario de esa zona y las venden a comerciantes y a músicos que los tocan.

Separación de los hoyos sonoros.

Con modelos experimentales, se ha visto que si se disminuye la separación entre los dos hoyos de la cámara de caos, se puede producir un grupo de frecuencias más fuertes, que se pueden percibir casi como un tono, porque tienen mayor calidad de sonido Q, aunque siempre con componentes de ruido, pero de menor intensidad. Eso sucede con los diseños similares de los llamados “clarinetes mayas” que son generadores de ruido con aeroducto y resonador de salida tubulares y los silbatos bucales de pastores de plástico. Si la separación entre los hoyos se incrementa, aumentando el ángulo entre las paredes que conforman la cámara de caos, la intensidad de las frecuencias del ruido se aumenta, por la mayor turbulencia que se genera.

Resonadores.

La dimensión de los resonadores de Helmholtz y de la cámara de salida afecta la altura de las frecuencias más fuertes producidas, como sucede con cualquier otro resonador. Si se incrementa su volumen, las frecuencias disminuyen y viceversa. El volumen del resonador de salida se puede aumentar y variar en forma continua si se usan las dos manos para ello.

Procedimiento de construcción.

A pesar de que no se encontró en la literatura información histórica, arqueológica, antropológica o iconográfica, que describa el procedimiento de construcción original de los silbatos de la muerte, experimentalmente ya se logró determinar y probar con toda certeza un procedimiento efectivo, considerando la estructura del fragmento del Mazatepetl que se puede observar con toda claridad. Los principales pasos del procedimiento de la construcción de un modelo de silbato de la muerte se muestran con fotos y texto descriptivo en la lista de procedimientos de la Escuela-Taller Virtual de Aerófonos Mexicanos. El procedimiento se describe en otro documento de hipertexto, para no ampliar mucho este escrito. Es el primero que se publica sobre la construcción de este tipo extraordinario de artefacto sonoro mexicano.

El modelo, ya completo y cubierto con su resonador, pudo tener la apariencia externa que se muestra en un modelo experimental. No se conoce la decoración original del fragmento de silbato recuperado del Mazatepetl, pero su rostro de la muerte se parece al de los que se han encontrado y comentado. Se patinó con barro, para darle una apariencia de viejo y de haber sido desenterrado, pero fue hecho recientemente. Produce sonidos similares a los del fragmento de aerófono examinado. Ya se han construido otros modelos experimentales de silbatos de la muerte que son efectivos acústicamente y sirvieron para analizar los efectos de variar un poco sus principales elementos morfológicos.

Análisis de los sonidos del fragmento de silbato de la muerte.

Algunos investigadores dicen que no es posible saber algo de la música antigua, porque se perdió. En los artefactos sonoros ceremoniales que no son musicales convencionales (como el de este caso), la situación es mas grave ya que ni siquiera subsistió algún tipo de sincretismo relacionado. Sin embargo, ya se ha mostrado en muchos casos, que al menos se pueden revivir y analizar los sonidos que producían los instrumentos y artefactos sonoros antiguos o sus modelos experimentales, así como determinar sus posibles contextos de uso y la evaluación de hipótesis funcionales. Se pueden aprovechar las técnicas de petrología acústica y de análisis de sonidos. Eso es mucho mejor que nada. Los investigadores que tienen educación musical no estudian bien los artefactos sonoros antiguos, en parte, porque dicen que ya no hay partituras. Las técnicas actuales de análisis musical ni siquiera son de utilidad en este caso, porque los sonidos generados no son musicales convencionales y son tan complejos y variables en el tiempo que no es sencillo representarlos en forma escrita como las notas musicales que se consideran planas.

El 15 de noviembre de 2006, con la ayuda de Rivas fue posible registrar una grabación digital corta de un sonido (mp3) del fragmento del Mazatepetl variando la presión del aire de entrada. Se usaron técnicas espectrales de análisis sonoro que hemos venido aprovechando desde hace cerca de diez anos y se tomaron algunas mediciones acústicas básicas. Con esa grabación se generó un espectrograma que muestra una cresta fuerte de frecuencias fundamentales (cuyo rango máximo es cercano a 200 Hz y su media se produce entre de 1700 Hz y 2800 Hz), con dos armónicas débiles y con mucho ruido, como el que genera el viento, que incluye frecuencias desde 0 Hz hasta más de 10 KHz. La presión sonora medida con un sonómetro (Phonic PAA2 V. 2.1, a 1 m y 0 grados) alcanza 102 dB, equivalente a una potencia acústica radiada máxima de 0.2 Watts. Como ese mismo nivel de presión sonora genera el modelo experimental que fue construido antes para generar los sonidos más fuertes y de mayor alcance en distancia, se puede proponer que el fragmento examinado se pudo haber construido con ese mismo criterio. El nivel de dB registrado del fragmento de examinado también es un parámetro para ajustar la dirección del aeroducto antes de cubrir el resonador con el rostro de calavera. Como ya se ha estimado la potencia acústica radiada máxima de otros generadores de ruido antiguos (1), es posible hacer comparaciones con ese parámetro acústico. La potencia de 0.2 Watts es considerable, porque es del doble que la de una ilmenita olmeca examinada (0.1 Watts), pero una quinta parte menor que la de los mejores modelos de generadores de ruido bucales analizados como una corcholata aplanada y perforada (1 Watts) o de la mitad del silbato ovejero (0.4 Watts). La potencia acústica radiada de estos generadores de ruido antiguos no es eficiente para propósito de comunicaciones o aplicaciones sonoras como para trasmitir señales a largas distancias. Experimentalmente, se comprobó que el fragmento de aerófono examinado y sus modelos se pueden escuchar bien a distancias medias y fuertes en espacios cerrados como cuartos y cuevas o en espacios cercanos, lo que indica que pudo usarse y escucharse bien en ese contexto de recintos o espacios ceremoniales o rituales. Los análisis acústicos anteriores son básicos, pero importantes, porque son los primeros conocidos de un generador de ruido antiguo con aeroducto tubular.

Ejercicios sonoros con modelos experimentales en el sitio de Tlatelolco.

Como no ha sido posible hacer ni conocer experimentos realizados con los generadores de ruido antiguos en el sitio arqueológico en que fueron encontrados, aprovechando uno de los modelos experimentales construidos y con la ayuda de un amigo, se vio que sus sonidos se pudieron transmitir muy bien en el recinto ceremonial frente al Templo de Ehecatl de Tlatelolco. También se pudieron transmitir bien en la línea de vista desde la puerta de entrada al sitio, situada en la esquina Suroeste, hasta el lado Sureste más alejado del Templo Mayor y en sentido contrario. Eso significa que sus sonidos ruidosos se pudieron escuchar bien dentro de todo el recinto ceremonial de Ehecatl y sus alrededores, aunque en el pasado su alcance en distancia pudo tener variaciones, ya que el espacio ceremonial y las estructuras antiguas y modernas que lo delimitan en la actualidad no están en las condiciones originales. Si se tocan al mismo tiempo dos modelos del generador de ruido, como los rescatados en el Entierro 7, el alcance en distancia es aun mayor, su intensidad sonora se incrementa y puede producir efectos muy especiales en el cerebro, por la generación de batimentos audibles e inaudibles e interferencias en un rango amplio de frecuencias. Sistemas que producen batimentos infrasónico con ruido, ya se han patentado para propósitos de sanación física y mental. Esos efectos y otros especiales como estados alterados de conciencia, sicodélicos y alucinógenos, se originan en que los batimentos infrasónicos pueden excitar las neuronas de la corteza cerebral. Sus efectos precisos no non muy conocidos, porque se han restringido, debido a que existen investigaciones de sus aplicaciones para posibles usos militares.

Instrumento chichtli y sus voces chich.

Como ya no se sabe la designación original de los generadores de ruido antiguos, ya se comentó que el autor les asignó el nombre de Ehecachichtli en honor a Ehecatl. Es interesante señalar que chichtli, en Nahuatl, es un instrumento que podía producir el sonido de las voces chich y se usaba en los banquetes de los mercaderes en que mataban esclavos, según Sahagún (14, 512). Se sabe que en Tlatelolco operaba un mercado muy grande. Antes de sacrificar los esclavos "...iban de Tenochtitlan a Tlatilulco" (14, 512). Se realizó un experimento espectral hipotético, para explorar la posibilidad de que pudiera existir alguna relación sonora significativa. Se obtuvo un espectrograma comparativo de sonidos de un modelo experimental de generador de ruido con aeroducto tubular simulando las voces de chich (a la izquierda) y los fonemas reales de las voces de chich (a la derecha). En la iconografía espectral, se puede observar que en el espacio de las frecuencias hay cierta similitud entre los componentes de las señales de esas dos voces comparadas. Si se usa un modelo de generador de ruido bucal, las similitudes son mayores, porque tiene mayor versatilidad en la producción de sonidos diversos y especiales, incluyendo los de otras voces (como lamentos y aullidos de humanos y animales), de fenómenos de la naturaleza y algunos son tan especiales que no se asemejan a los conocidos en el mundo de los vivos. El experiemnto refuerza la hipótesis de uso del silbato de la muerte en sacrificios de Tlatelolco. En honor a Ehecatl y a Mictantecuhtli, el silbato de la muerte se podria llamar Ehecatl chichtli o Mictlantecuhtli chichtli

Conclusiones y recomendaciones.

El ejercicio demuestra que en materia de arqueología sonora, hasta los fragmentos de silbatos pueden ser muy importantes y dar indicios fundamentales asociados a su construcción, propiedades y uso, aun sin su decoración original. Por ejemplo, el hecho de haber encontrado ese fragmento de generador de ruido que se parece al del viento, indica que se pudo usar en el Mazatepetl, en ceremonias o ritos asociados al viento y/o a Ehecatl, posiblemente antes del establecimiento de Tlatelolco y Tenochtitlan7 y de su mayor desarrollo posterior. Por las implicaciones de esta posibilidad, se recomienda ver si se puede analizar el fragmento para conformar y precisar su posible temporalidad, ya que algunos autores han opinado que estos instrumentos de la Cuenca de México son mexicas o aztecas. Sin embargo, hay confusión en la clasificación cerámica de la Cuenca de México, que tiene designaciones temporales asociadas con los aztecas (como las llamadas Azteca I y Azteca II), aunque sean anteriores al establecimiento de ese pueblo en Tenochtitlan y se sabe que la Cuenca de México fue habitada desde el Preclásico. Lo mismo sucede con flautas llamadas de tipo aztecas que se han encontrado en la Cuenca de México en fases anteriores al establecimiento los aztecas como una flauta con decoración de guajolote y membrana recuperado en el Templo del Fuego Nuevo del Cerro de la Estrella de Iztapalapa. Este último caso muestra que el análisis tipológico, organológico y acústico de los instrumentos musicales y artefactos sonoros antiguos puede ayudar a afinar hasta las cronologías estimadas de los pueblos antiguos y sus bienes, como se hace con las formas, terminado y decorado de otros objetos de cerámica mas conocidos como los cajetes, tecomates, comales, vasijas, ollas, jarras, urnas, anafres, figurillas, etc. En la realidad, la cerámica de cada sitio de la Cuenca de México tuvo un desarrollo temporal singular.

El fragmento de silbato transverso analizado (CM U67 4.50) indica que también se pudo usar en el Mazatepetl en una fase remota, ya que se localizó en la cala de un relleno a -3.35 m de profundidad.

Si se sigue la línea de investigación sugerida, surgen otras hipótesis importantes a analizar. Si la cerámica del Mazatepetl provenía de Texcoco, como propone Rivas, de acuerdo a los análisis de la cerámica del sitio (9, p 205), los silbatos de la muerte que se han considerado mexicas o aztecas (sin proporcionar evidencias arqueológicas), también podrían provenir de Texcoco, antes del establecimiento de Tenochtitlan, si se confirma la temporalidad del fragmento de silbato analizado. Esa hipótesis es posible porque en San Luis Huexotla, municipio de Texcoco subsisten restos de un Templo de Ehecatl: “Basamento de lo que fue un templo de forma circular, con un diámetro aproximado de 18 m. Se desplanta a su vez sobre una plataforma circular de 45 m de diámetro. El acceso se ubica hacia el este por una escalinata limitada por alfardas. En este mismo lugar se observa la estancia de una subestructura de arquitectura similar”. Texto tomado de una página del Ayuntamiento de Texcoco (10-a). También se han encontrado restos de sacrificios humanos en ese templo de Ehecatl de Texcoco. En un predio ubicado en calle Juárez y Arteaga en la Zona Centro de Texcoco, donde se pretendía construir una tienda departamental, se encontró parte del templo dedicado a Ehecatl, así como una ofrenda con 12 cráneos, pero no se ha explorado. Lo que faltaría es encontrar un silbato de la muerte de esa zona. Sin embargo, si los silbatos de la muerte se asocian a Ehecatl, sería interesante analizar su posible origen por medio de la estructura geográfica y temporal de los templos semiredondos reconocidos en el Altiplano Central (Cholula, Calixtlahuaca, etc.) y en otras zonas más alejadas como las del Occidente, del Golfo, la maya, la mixteca, etc. Enrique Frorescano ha comentado que el templo de Ehecatl más temprano se ha registrado, mediante datos arqueológicos confiables, es el de la mixteca oaxaqueña, entre el periodo Clásico y el comienzo del Postclásico (300-1000 d.C.).

No se sabe el uso exacto de los generadores de ruido en la antigüedad, porque no hay evidencias históricas, arqueológicas, antropológicas, etnológicas o iconográficas que permitan conocerlas, más allá de lo general que pueden indicar los objetos y estratos de los contextos de sus descubrimientos, de los que se han encontrado en exploraciones arqueológicas. Sin embargo, con modelos experimentales es posible explorar sus posibilidades funcionales y acústicas, así como sus efectos extraordinarios o especiales en los humanos, cuando no sea factible hacerlo directamente con los originales. Ya se ha probado, como en este caso, que la información que se puede obtener del análisis de los artefactos sonoros antiguos o sus modelos experimentales puede ser más importante y detallada que lo poco que se ha escrito de ellos y sus sonidos. Los artefactos sonoros antiguos son una ventana potencial para explorar el verdadero espacio sonoro de nuestros antepasados, debido a que no fueron alterados por ideologías, intereses y visiones externas (como si lo es casi toda la literatura dejada por los invasores y los millones de seguidores que fueron colonizados y evangelizados) y, por lo tanto, pueden producir los mismos sonidos que generaban en la antigüedad. Los artefactos sonoros se pueden analizar sin sesgos, con técnicas objetivas científicas.

Desde hace cerca de medio siglo, otros autores ya han publicado resultados de estudios introductorios o de difusion general del instrumental mexicano en su conjunto y de algunas culturas antiguas y sitios específicos, pero considero que ya es tiempo profundizar en los análisis de cada uno de los artefactos sonoros importantes que han sido rescatados. Es necesario incorporar las técnicas modernas de análisis de los generadores de sonidos antiguos, para superar los exámenes visuales y crear una nueva especialidad necesaria: la arqueología sonora o acústica antigua.

Para poder profundizar sobre esa extraordinaria tecnología organológica-sonora y para conocer más sobre las costumbres, usos, ceremonias y rituales extraordinarios de nuestro pasado, es recomendable analizar a fondo todos y cada uno de los instrumentos musicales y artefactos sonoros antiguos rescatados (completos o rotos), como los encontrados en Tlatelolco y los resguardados en museos y colecciones. Eso también puede ayudar a afinar y mejorar el conocimiento sobre la correlación cultural, espacial y temporal de sus usuarios antiguos y para coadyuvar en el estudio de los miles de bienes muebles sonoros rescatados y a plantear hipótesis interesantes6.

El estudio ontológico de la arqueología sonora mexicana con métodos avanzados de análisis de datos, como los estadísticos y de inteligencia artificial, sólo serán posibles hasta que se analicen a fondo todos los miles de bienes sonoros y los fragmentos relevantes rescatados o una muestra representativa de ellos, para determinar los principales atributos arqueológicos, organológicos y acústicos, como elementos fundamentales de su corpus fundamental. Cuando esa tarea titánica se realice, se abrirá una nueva ventana importante y fundamental para explorar y poder dar a conocer al público el rico, singular y milenario espacio sonoro del México Antiguo en forma sistemática y correlacionada. Eso no es fácil, por la falta de políticas y programas nacionales en este campo de investigación y la ausencia de personal, instalaciones y equipos especializados institucionales disponibles para estos estudios en el país.8

Ya se ha mostrado que hasta con recursos presupuestales asignados nulos como en este caso, es posible iniciar estudios relevantes y originales9. Ya fueron analizados directamente y dados a conocer en la red mundial y en eventos académicos nacionales e internacionales los primeros resultados de examinar otros artefactos sonoros importantes y singulares rescatados y bajo estudio en proyectos arqueológicos de investigadores de la misma DEA del INAH como son: las hermosas Ranas de Barro de Yaxchilán, Chiapas, para Daniel Juárez; los Aerófonos de Ranas, Querétaro que cantan como pájaros, para Margarita Mireles y; los Aerófonos de Rancho Ina, Xcaret, Quintana Roo, para Luis Alberto Martos.

Como no se conocen mediciones cuantificadas con metrología acústica de los sonidos de todos generadores de ruido antiguos rescatados, no se saben sus características acústicas básicas como los de presión sonora (en dB) o de potencia acústica radiada máxima (en Watts). Por ello, es necesario obtener esas mediciones en los artefactos sonoros rescatados en condiciones operables, incluyendo el de los fragmentos como el que ya se hizo con el del Mazatepetl, aunque no estén completos. Con ello es posible estimar el entorno espacial en que se pudieron usar, en base a su alcance sonoro en distancia. Eso también puede servir para saber con que potencia se construyeron, ya que se ha experimentado que se pueden ajustar para producir sonidos suaves o fuertes. Por ejemplo, el modelo experimental mostrado se construyó para producir el máximo nivel de intensidad sonora. Aun con poca presión del aire de entrada, puede producir ruido fuerte, lo que no es sencillo de lograr.

En general, se puede proponer que los generadores de ruido antiguo pudieron tener funciones onomatopéyicas, ya que pueden simular muy bien sonidos biológicos (como de algunos animales) y de fenómenos de la naturaleza (como el viento), así como de otros seres importantes asociados a ceremonias de la mitología antigua (como los de Ehecatl y Mictlantecuhtli).

En las instituciones educativas y de investigación de nuestro país el estudio de los artefactos sonoros del México Antiguo no se ha considerado materia de investigación formal y de alto nivel. En el exterior ya se han realizado hasta estudios doctorales a aerófonos antiguos individuales, como las flautas con membrana de China y Corea, que llaman Dizi y Taegum, respectivamente. El autor considera que el fragmento de silbato de la muerte y otros generadores de ruido antiguos similares rescatados pueden y deben ser materia de estudios adicionales hasta de nivel doctoral y post-doctoral, para ayudar a profundizar en sus secretos funcionales y sus posibles usos, por ejemplo, para analizar y entender a fondo su singular mecanismo sonoro y para conocer los posibles efectos especiales se sus sonidos en los humanos. Por ejemplo, una línea de investigación muy interesante es la de estudiar los efectos en los humanos de los sonidos especiales que pueden producir estos generadores de ruido antiguos, cuando se tocan y escuchan en un campo cercano dos o más al mismo tiempo. El descubrimiento del Entierro 7 de Tlatelolco indica que dos de ellos pudieron usarse en un ritual de sacrificio humano.

Para analizar los efectos de tocar dos silbatos de la muerte al mismo tiempo, como los encontrados en el Entierro 7 de de Tlatelolco se construyeron y probaron modelos dobles como uno que se muestra con rostros de Mictlantecuhtli y Ehecatl. El resultado es que los sonidos producidos son más complejos y fuertes, casi del doble de cuando se tocan individualmente. En el espectrograma se muestran las frecuencias que generan. Producen batimentos y ruidos fuertes que se asemejan a los de algunas tormentas.

Agradecimientos de apoyos recibidos y acciones adicionales.

Se agradece a Rivas el haber permitido analizar el fragmento de silbato del Mazatepetl y su autorización para dar a conocer los avances de este estudio. Igualmente, se agradece a Esther Guzmán su asesoramiento sobre cerámica antigua. Se agradece a los autores que proporcionaron o publicaron fotos, dibujos y comentarios de sus investigaciones sobre el silbato de la muerte.

Composiciones musicales.

Como el uso exacto de estos instrumentos se perdió junto con sus constructores y usuarios y no hay partituras o grabaciones de sus sonidos antiguos, los únicos métodos que se pueden usar para explorar sus capacidades y posibilidades sonoras son los fundamentales de los creadores: la observación, la imaginación y la experimentación sistemática. En ese sentido, en el campo de la creación musical contemporánea se hizo un experimento interesante. Se proporcionaron algunos de mis modelos experimentales a profesores, investigadores de y estudiantes de una escuela CIEM (que prepara compositores y músicos), para ver que les pueden sacar y cómo se pueden incorporar en partituras de sus composiciones. Uno de ellos, Enrico Chapela, que es profesor y compositor profesional, ya ha estado trabajando en París en una composición que aprovecha algunos modelos experimentales, incluyendo algunos con rostro de calavera que piensa presentar como me comenta en un mensaje electrónico:

Te platico pues que después de un año de arduo trabajo, por fin mandé a Cincinnati la partitura y las partes orquestales de mi concierto para Trío de Percusiones y Orquesta Sinfónica. Se llama "Encrypted Poetry" y está basado en una trascripción fonética que hice del afamado poema "The Raven" de Edgar Allan Poe. Se va a tocar el 27 y 28 de abril en la universidad de Cincinnati con la orquesta de dicha institución y el "Cincinnati Percussion Group".

Parece que a Chapela le fue bien en su concierto y va a dar otros. Hay que agradecerle su trabajo creativo para dar a conocer en el mundo de la música de concierto contemporánea algo de la extraordinaria organología mexicana y sus sonidos singulares como la imitación de "voces" de poemas en el Ingles de Poe de los generadores de ruido de la muerte con aeroducto tubular!

Ya se ha visto que los modelos experimentales y sus sonidos pueden servir para crear música de varios géneros con raíces del México Antiguo, con o sin el auxilio de herramientas y técnicas modernas. Hay algunos músicos que lo han venido haciendo desde hace décadas en tiempo real o en grabaciones, con o sin sintetizadores. Eso mismo también se puede hacer y mejorar en trabajos de investigación formal, como ya lo mostró Nora Elsa Ascencio Valdez en el proyecto final en Tecnología Musical de su MA de la Universidad de York, Inglaterra (11). Nora usó equipos electrónicos y procesamiento digital para crear una composición original e interesante con color y ambiente de sonidos pre-Colombinos. Para lograrlo aprovechó y procesó muy bien algunas grabaciones cortas del autor que están disponibles en Internet, incluyendo sonidos de generadores de ruido o silbatos de la muerte.

Esos dos ejemplos anteriores muestran aplicaciones concretas de los modelos experimentales que se han inspirado en diseños de instrumentos musicales y artefactos sonoros antiguos importantes. Ese tipo de aplicaciones también sirven para contrarrestar el desprecio y las limitantes que existen para su estudio, aprovechamiento y divulgación 10 y para ayudar a recrear una singular, rica y milenaria rama productiva sonora que fue destruida, prohibida, olvidada, despreciada e ignorada, desde hace cinco siglos.

Sonadores de la muerte de La Catrina.

Los sonadores de la muerte también ya los toca "La Catrina" viviente de Bertha Sandoval Romero. Su representación fue inspirada en un grabado de José Guadalupe Posada y en un famoso mural de Diego Rivera llamado “Sueño de una Tarde Dominical en la Alameda Central” que actualmente se exhibe en el Museo Mural Diego Rivera. La Catrina Se presentó con unos silbatos con rostro de la muerte, similares a los de este caso, en el evento de clausura anual del Seminario Permanente de Iconografía, Museo del Carmen, 14 de noviembre de 2006. En el mismo evento se dieron a conocer brevemente los primeros descubrimientos de este estudio, así como coros de sonidos de la muerte que producen varios modelos experimentales tocados al mismo tiempo. Adicionalmente, se mostró en vivo la representación espectral de esos sonidos o mapeo matemático del tiempo hacia el espacio de las frecuencias, misma que se puede llamar iconografía sonora o espectral. Es interesante comentar que Diego Rivera (como otros artistas e investigadores), coleccionó aerófonos mexicanos de barro, pero no se conocen sus estudios, aunque algunos se han exhibido en su museo de Xochimilco.

Comentarios de Salvador Guilliem.

Salvador Guilliem proporcionó varias aclaraciones e información adicional relevantes: a) El sujeto sacrificado del Entierro 7 del Templo de Ehecatl sostenía un silbato en cada mano; b) El silbato del dibujo de Ma. Guadalupe García proviene del Entierro 7; c) En su opinión, el rito en que se usaron los silbatos del entierro 7 fue público, pero el significado del contexto arqueológico es complejo; d) Los sonidos de esos silbatos fueron analizados por Antonio Zepeda (pero no se ha encontrado un informe sobre lo que se encontró en esos análisis sonoros), e) Actualmente, los silbatos de la muerte y otros instrumentos antiguos de Tlatelolco se encuentran bajo resguardo en su oficina y; f) Todos los objetos rescatados y bajo resguardo en su oficina están relacionados. El día 26 de febrero de 2007, me dio un oficio con su permiso para usar las reproducciones de las fotos y dibujos del Entierro 7 y de los silbatos con rostro de la muerte que encontró. Se le comentó sobre la importancia de su descubrimiento organológico y se le ofreció ayudarle a estudiar los dos silbatos de la muerte que encontró, cuando lo estime pertinente.

Experimentos sonoros en el Mazatepetl.

Se pudo visitar el sitio del Mazatepetl para conocerlo, tomar fotos y hacer experimentos con modelos del silbato de la muerte enfrente de la Estructura antigua Principal A que tiene tres cruces encima, una roja y dos azul turquesa. Aun se pueden ver los restos de lo que parece una tortuga-jaguar labrada en la roca frente al templo prehispánico. Con la ayuda de Andrés Gómez Pasarán, un amigo que vive en San Bernabé, se pudo constatar que los sonidos ruidosos se pueden transmitir y escuchar muy bien en todo el centro ceremonial principal, situado entre las estructuras del sitio. Había gente de la comunidad preparando la ceremonia de la representación para el viernes santo. Se hicieron experimentos positivos de alcance de sonidos a mayores distancias. Uno fue operando un modelo de generador de ruido, desde el punto más alejado del camino de llegada a la gran plaza alargada en el que se puede ver hacia la dirección noreste de la estructura principal A (vista 1) y otro en sentido contrario, desde la cima de la pirámide principal hacia la dirección suroeste (vista 2). Eso significa que el silbato de la muerte antiguo se pudo escuchar bien en los eventos realizados en ese centro ceremonial y en toda la parte superior del Mazatepetl. A los dos lados de la plaza alargada o del camino mostrado en la vista 2 hay laderas muy inclinadas. A 20 m de la estructura F del lado derecho se encontró el fragmento de silbato de la muerte de este estudio. Eso indica que pudo usarse en el centro ceremonial y/o en sus alrededores cercanos.

También se probaron modelos experimentales de silbatos con obturadores grandes como el otro fragmento de un silbato transverso encontrado en el Mazatepetl y un huilacapiztli labial de inclinación con forma de quecholli (flamingo) que puede producir sonidos continuos y variables, muy similares a los de pájaros y otros animales. En los mismos espacios ceremoniales, sus sonidos se escucharon con mayor claridad e intensidad, por su mayor potencia acústica radiada. Se notó que el espacio ceremonial tiene buena acústica. Se pudieron escuchar sonidos de los cantos de pájaros de primavera (de entre los árboles que aun se conservan en las laderas del cerro), algunos de ellos como respuesta a los cantos generados por esos silbatos.

Los silbatos trasversos eran muy usados en la Cuenca de México y parece que en otras zonas y hasta en cerros y montañas. Unos de ellos se encontraron en el Templo del Fuego Nuevo del Cerro de la Estrella de Iztapalapa y los singulares silbatitos de la cima del Iztaccihuatl que ya fueron analizados. También se han rescatado en entierros ceremoniales. Estos casos están indicando que los artefactos sonoros eran usados y depositados en todas las altitudes posibles, desde en el subsuelo o en los entierros, hasta en las alturas más cercanas del cielo, pero desgraciadamente aun no se incluye su examen a fondo en los estudios o informes arqueológicos.

Generador de ruido de roca, del Cerro de las Minas.

Gonzalo Sánchez informó que en varias zonas de Oaxaca se han encontrado algunos generadores de ruido bucales de roca antiguos, similares a los encontrados en San Juan Raya, Municipio de Zapotitlan Salinas, Puebla. Comentó que uno de ellos lo localizó en dos dibujos de un informe y notas de archivo del Dr. Gregory Pereyra. Fue encontrado como ofrenda en una sepultura de un sujeto en el Cerro de las Minas, Huajuapan, Oaxaca (Objeto 2, Sepultura 3, dibujos dados a conocer con la autorización de Pereyra). Como el dibujo muestra la escala de la pieza, se pueden estimar sus dimensiones aproximadas, 4 x 2.5 x 1 cm. Corresponde a la Fase Ñudee (300 a.C.- 200 d.C.).

Se consultó el informe publicado de Pereira (16, p 60-61), para conocer sus comentarios sobre el objeto 2, que son los siguientes:

“Por otra parte, un objeto de adorno en piedra de color beige se encontraba aproximadamente a 10 cm., al este de la mano. Se trata de un paralelepípedo que presenta diversas perforaciones y de los cuales algunos ejemplares incompletos eran ya conocidos en el contexto no funerario.”

Es interesante saber que se conocieron otros objetos similares incompletos y que el objeto 2 pudo haber estado en la mano del sujeto. Encima del esqueleto y cerca del objeto 2 se encontraron fragmentos de mica. Por la importancia del objeto 2, es recomendable localizarlo en las bodegas de resguardo, para analizarlo directamente. Se cree que estos generadores de ruido bucales son muy antiguos, pero el objeto 2 del Cerro de las Minas es el primero encontrado de este tipo en el contexto arqueológico de un entierro antiguo bien determinado.

Ya se hizo un modelo experimental de mármol del objeto 2 (con diámetro del hoyo biónico de 1 mm) que funciona muy similar a los generador de ruido de mármol y de serpentina de San Juan Raya. Se conoce otro muy similar de esa zona. Para operar estos generadores de ruido bucales, la lengua se puede colocar por debajo del modelo, aunque en el modelo del objeto 2 también se puede colocar en su parte posterior. Los sonidos generados son como silbidos con ruido de intensidad considerable y es posible producirlos en un rango de altura variable, periódica e intermitente cerrando y abriendo el hoyo inferior con la lengua, así como otros más complejos, si se excita con vocalizaciones y se forma un resonador variable en volumen con las manos en el frente de la abertura de la cámara de caos. Los sonidos se pueden alterar, si se intercambia el hoyo usado para la entrada del aire, con el del lado posterior. Experimentalmente, se ha visto que pequeñas variaciones en las dimensiones del mecanismo sonoro de este diseño, pueden variar los sonidos producidos. Se construyó otro modelo experimental, con el diámetro de los hoyos bicónicos un poco mayor (2 y 3 mm) y los sonidos generados son diferentes.

Lo más interesante del generador de ruido bucal del Cerro de las Minas es que fue localizado en un contexto funerario antiguo, lo que confirma arqueológicamente su relación con la muerte, sus rituales y con el viaje al otro mundo. Por ello, se podría designar como generador de ruido de la muerte y pertenece a un nuevo campo muy especializado de investigación: arqueología sonora de entierros o sepulturas. Como la fase a la que pertenece el contexto arqueológico del objeto 2 este bien determinado, otra utilidad importante (de su morfología, dimensiones y función sonora que lo caracterizan) es que puede servir como testigo tecnológico, temporal y cultural, para ser correlacionado/comparado con objetos similares de otras zonas. Por ejemplo, la fase estimada de los sitios popolocas de San Juan Rayas es posterior, pero como no hay evidencia arqueológica que pruebe la fase temporal de los generadores de ruido bucales similares de esa zona, ya que fueron encontrados en la superficie, podrían pertenecer a una fase anterior. Se ha visto que los materiales líticos para construir esos artefactos abundan en la zona. El diseño especial muy similar indica que existió una relación de conocimiento o comercio y uso de esa tecnología sonora muy especial entre los pueblos antiguos de esas dos zonas, aunque también existe la posibilidad de que haya sido producto de uno de ellos, por su cercanía y traslape regional y porque se localizan en un corredor muy transitado en el pasado.

Generador de ruido de roca volcánica del Barrio de la Cruz.

Pereyra informó que hay otro objeto lítico similar, relacionado con ritualidad funeraria del sitio de Barrio de la Cruz, San Juan del Río, Querétaro, que fue dado a conocer en la tesis de la ENAH de Fernando Gonzáles Zozaya. En la tesis consultada se incluyen dibujos (17, p.50) de un objeto k (esta reproducción fue enviada por González, pero al analizar la roca se vio que es una imagen espejo, rotada 180 grados) con un comentario: “Se trata de una representación zoomorfa, tallada en un fragmento de piedra volcánica”. Procede de cribas de remoción de zanjas de la ofrenda 3 que es la más dañada. Junto a la ofrenda 3, compuesta de seis vasijas, se muestran dos entierros, uno de una mujer y otro de un hombre, ubicados a distancias cercanas entre ellos y la ofrenda 3 (3-5 m). Se encontraron bajo una edificación del Barrio de la Cruz, misma que se considera de una fase remota. La exploración es de un rescate arqueológico de noviembre-diciembre de 1999. Gonzáles comentó (comunicación personal del 19 de abril de 2007) que el contexto funerario está ubicado entre el 700 d.C y el 900 d.C., pero como hay objetos de rellenos y espacios reocupados, los objetos antiguos encontrados cubren una fase de un rango mayor (500 d.C. – 1500 d.C.). Como el objeto k no se pudo contextualizar bien puede estar ubicado en un rango temporal aun mayor. Se supone que el material cribado (que incluye otros objetos como cuentas manufacturadas en concha) puede estar asociado al contexto funerario, pero es imposible comprobarlo bien espacialmente, ya que el material encontrado fue descontextualizado por las zanjas, los rellenos y los espacios reusados.

Por su importancia y singularidad, es recomendable analizar el objeto k, para verificar si puede producir sonidos, ya que en el dibujo que se muestra de frente la ranura de caos, las salidas de los dos hoyos del mecanismo sonoro no se ven alineadas en su eje central perpendicular a la ranura, condición necesaria para poder producir sonidos fuertes. Es el primer objeto con morfología de generador de ruido bucal antiguo conocido que tiene una representación zoomorfa en su exterior. Eso es interesante, ya que los generadores de ruido bucales pueden producir sonidos semejantes a los de varios animales y se cree que pudieron ser usados como llamadores (gamitaderas) para cazarlos (matarlos). Los cazadores antiguos los pudieron usar, para poder obtener las proteínas necesarias para sobrevivir. Experimentalmente, se ha visto que este diseño sonoro se puede construir muy bien dentro de copias de cuerpos y cabezas antropomorfas, zoomorfas y de seres mitológicos mexicanos. Se estableció comunicación con Gonzáles, para ver si se puede analizar directamente el objeto k. Nos autorizó a publicar el material de su descubrimiento y sugirió que se establezca comunicación directa con el director de su tesis, Juan Carlos Saint-Charles, lo que se intentará hacer.

Generador de ruido de ilmenita de la zona olmeca.

Se cree que los posibles generadores de ruido bucales de roca más antiguos que se han encontrado en un contexto arqueológico son los objetos olmecas de ilmenita mágicos?, ya que su origen estimado es del Preclásico (de hace más de 3,000 años). En el año 2000, el autor examinó directamente una ilmenita con tres perforaciones cónicas cuyos ejes pertenecen a un mismo plano, misma que produce los sonidos característicos de los generadores de ruido bucales. Fue encontrada casualmente en la oficina del finado arqueólogo Francisco Beverido Pereau y se cree pudo provenir de la zona de San Lorenzo, Veracruz. Los resultados de sus propiedades sonoras se dieron a conocer en varios documentos en la red mundial y en foros académicos nacionales e internacionales (1). Por su importancia, se incluyen a continuación algunos datos y comentarios de piezas similares recuperadas y que han sido exhibidas en museos:

En la cédula del museo de sitio de San Lorenzo se comenta sobre una gran cantidad de ilmenitas exhibidas:

"ILMENITAS. Estos cubos de hierro conocidos como ilmenitas, han sido encontrados con frecuencia por arqueólogos en varias zonas de influencia olmeca. Sólo durante las excavaciones de San Lorenzo se hallaron un total de seis toneladas, por lo que se cree que su uso fue generalizado en la zona. No se conoce con certeza la utilidad que estos pobladores dieron al material. Los investigadores afirman que pudieron ser empleados como contrapesos de en redes para pescar, instrumentos para producir fuego, pequeños martillos, contrapesos de dardos o amuletos. Hay incluso quien opinan que pudieron ser utilizados como tocados de cuentas perforadas y engarzadas a manera de red, similar al representado en el casco que lleva la Cabeza Olmeca de San Lorenzo."

Los usos mencionados en la cédula se pueden instrumentar con piezas hechas con un solo hoyo bicónico y ninguno de esos empleos propuestos requieren tener los ejes de los hoyos en un mismo plano. Experimentalmente, se ha visto que es difícil y muy tardado perforar manualmente esos hoyos en rocas de dureza similar. Por ello, es improbable que hayan realizado dos perforaciones adicionales innecesarias. En una vitrina de la Sala del Golfo del MNA se exhiben bloques de ilmenitas colocadas como cuentas de un collar, lo que indica que creen pudieron ser cuentas de adorno, pero en la cédula se comenta que no se sabe su función utilitaria o simbólica!:

“Pequeños bloques. Los pequeños bloques de piedra de ilmenita, piedra magnética compuesta de titanio y hierro, fueron materia prima empleada en Chiapas y Oaxaca, a la que los olmecas le dieron diferentes formas; no se tiene un dato exacto de cual fue su función. En San Lorenzo, Veracruz, se encontraron varias toneladas enterradas pero también uno o dos bloques en algunos restos de habitación, en tanto que en el sitio olmeca de Plumajillo, Chiapas había mas de 2000. La cantidad de bloques que sobreviven hasta nuestros días indica que su función utilitaria o simbólica era de gran importancia.”

Las ilmenitas multiperforadas son muy importantes, ya que son los objetos líticos antiguos de cierta dureza que fueron trabajados por el hombre con una morfología similar y que se han encontrado en mayor cantidad en un sitio arqueológico. No se conocen evidencias duras o pruebas experimentales para apoyar los usos propuestos con anterioridad por otros investigadores, pero es una desgracia que ni siquiera ha surgido interés por que se analice su probable función sonora. Parece que no pueden creer que los pueblos antiguos como los olmecas pudieran haber dominado tecnologías sonoras tan avanzadas y especializadas que ni siquiera son muy conocidas en la actualidad por los especialistas en el estudio de bienes antiguos. Algunos han opinado que la función sonora encontrada en la ilmenita examinada por el autor es una coincidencia, pero puede haber muchas “coincidencias”, ya que se han encontrado más de 160,000 piezas en zonas de influencia olmeca que parecen tener un mecanismo sonoro muy similar al de la ilmenita sonora analizada directamente y con modelos experimentales. Esta posibilidad funcional sonora se podría evaluar o probar en la realidad, si se examina acústicamente una muestra representativa de las ilmenitas multiperforadas rescatadas de la zona de San Lorenzo, para ver si pueden generar sonidos característicos de otros generadores de ruido bucales antiguos examinados.

El hecho de haber encontrado una gran cantidad de ilmenitas enterradas en el sitio de San Lorenzo indica que grupos de ellas pudieron usarse al mismo tiempo y producir efectos sonoros especiales. El caso de los dos silbatos de la muerte encontrados en las manos del personaje del Entierro 7 de Tlaltelolco, también indica que pudieron usarse al mismo tiempo.

Si varios modelos experimentales con el diseño de las ilmenitas multiperforadas y de los demás generadores de ruido encontrados se tocan al mismo tiempo, sus sonidos ruidosos pueden producir efectos audibles y en el cerebro muy especiales. Se sabe es que ahora hay sistemas patentados que utilizan batimentos infrasónicos (binaurales) y ruido similar. Esos sistemas ya han sido comercializados para aplicaciones curativas sonoras, inducir estados mentales o de conciencia especiales y generar efectos alucinógenos o psicodélicos como los de las drogas, sin generar sus efectos negativos como la adicción.

Otro generador de ruido de Tlaltelolco.

Rivas informó de una publicación sobre una exposición en la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE)(18) que incluye una foto de un silbato de la muerte de Tlatelolco que es diferente a los encontrados en el Entierro 7. La información proporcionada sobre el objeto arqueológico es la siguiente:

"46. SILBATO. No. Cat.: 11-5551. Instrumento Musical conocido como silbato de la muerte, debido a la representación de un rostro descarnado. Este silbato era usado en ceremonias relacionadas con el culto al inframundo. Medidas: Altura: 6.0 cms. Ancho: 4.6 cms."

Desafortunadamente, no se menciona el origen exacto de la pieza exhibida ni su localización, pero es posible que no esté bajo resguardo en ese sitio, ya que Guilliem informó (3, p. 76) sobre esta exposición:

“Al siguiente año (en 1990), (la SRE) presentó en sus instalaciones una exposición de piezas arqueológicas procedentes de Tlatelolco, pertenecientes al acervo del Museo Nacional de Antropología, publicado en un catálogo con textos de Felipe Solís.” (18).

La aparición de un generador de ruido adicional indica que fueron muy usados en Tlatelolco y pueden existir otros similares provenientes de exploraciones anteriores.

Silbato de la Fiesta Tóxcatl de Texcatlipoca.

En la red mundial se encontraron varios documentos en los que se menciona el uso de un silbato, como el de nuestro estudio, en los sacrificios para honrar a Tezcatlipoca (19).

“La fiesta más importante consagrada a Tezcatlipoca era el Tóxcatl, que se celebraba en el mes quinto. En esa ocasión se le sacrificaba un joven honrado como representación del dios en la tierra, guarnecido con todos sus atributos, entre ellos un silbato, con el que producía un sonido semejante al del viento nocturno por los caminos.”

También usaban flautas en la fiesta de Titlacauan o Tezcatilipoca, ya que Sahagún comenta que luego sacaban a otro, el cual debía morir sacrificado dentro de un año (20, Libro II, V, p 18):

“Llegado el día donde había de morir llevábanle a un cu o oratorio que llamaban Tlacochcalco, y antes de que llegase allí, en un lugar que llamaban Tlapitzcoayan, apartábanse las mujeres y dejábanle; llegando al lugar donde se había de matar, el mismo se subía por las gradas y en cada una de ellas hacía pedazos una flauta, de las con que andaba tañendo todo el año; llegando arriba echábanle sobre el tajón, sacábanle el corazón y tornaban a descender el cuerpo abajo, en palmas; abajo le cortaban la cabeza y la esperaban en un palo que llaman tzompantli…”

Lo anterior indica que el uso de artefactos sonoros importantes y singulares, como los silbatos ruidosos y las flautas, en rituales mortuorios se pudo extender a zonas cercanas externas a la Cuenca de México, ya que aun hay un poblado llamado Tlacochcalco (se ha designado como casa se los dardos o del arsenal). En Tlaxcala un poblado con ese nombre se localiza en la parte baja de una falda del Cerro de la Malinche (Lat. 19.34, Long. -98.14). Tlapitzcoayan no se ha localizado.

El sacrificio del mancebo de la flauta se pudo realizar en otra zona, pero es difícil situarla bien en la actualidad considerando los escritos antiguos consultados. El mismo Sahagún comenta en otro apartado (20, Libro II, XXVI, p 18) sobre el tramo final del viaje del culto a Tezcatilipoca:

22.- Partiendo de Tepepulco (o Tepeapulco, cerros en serie) navegaban a una parte que se llama Tlapitzaoayan, que es cerca del camino de Iztapalapan que va hacia Chalco, donde esta un montecillo que se llama Acaquilpan (actualmente hay una municipalidad llamada Los Reyes Acaquilpan o Los Reyes La Paz) o Caoaltepec; en ese lugar le dejaban sus mujeres y toda la otra gente, y se volvía para la ciudad: solamente le acompañaban aquellos ocho pajes que habían andado con el todo el año.
23.- Llevábanlo luego a un cu pequeño y mal aliñado que estaba a orillas del camino y fuera en despoblado, distante de la ciudad una legua o casi; llegando a las gradas del cu, el mismo subía por las gradas arriba....(sigue el relato del culto).

Se han encontrado otros silbatos en contextos de la muerte como unos que se exhiben en un entierro ceremonial de Xultepec del Museo Regional de Tlaxcala, en el exconvento de San Francisco, entre los que se incluye un silbato transverso que es similar al del fragmento rescatado del Mazatepetl.

Otras recomendaciones.

Se ha visto que los generadores de ruido bucales de roca antiguos comentados no han sido reconocidos ni examinados a fondo, ni siquiera en las especialidades que estudian a nuestros pueblos y sus objetos ceremoniales o utilitarios, como la arqueología, la antropología, la etnología, la etnohistoria, la etnomusicología, etc. Como el hoyo bicónico de su mecanismo sonoro atraviesa las piezas de lado a lado se pueden confundir con un hoyo para cuerda de suspensión o creer que pudo tener usos no sonoros, pero la cámara de caos que se perforó en la parte media determina su mecanismo acústico extraordinario y la posible capacidad de generar sonidos especiales. Los otros casos líticos localizados prueban su función sonora e indican que puede haber más generadores de ruido sin identificar bien y amplían espacialmente, culturalmente y temporalmente su utilización en el pasado. También refuerzan una recomendación anterior de dar a conocer en la comunidad de la arqueología los estudios de los que se han podido examinar, para ayudar a que se localicen y estudien bien todos los sonadores de morfología similar que se han rescatado.

Con los resultados de los estudios realizados ya se ha mostrado que es posible analizar y lograr descubrimientos importantes y originales sobre el patrimonio sonoro arqueológico que se ha recuperado. Cuando existen recursos económicos limitados, para realizar nuevas y grandes exploraciones arqueológicas, una alternativa para superar la pasividad o inacción en el campo de la investigación es examinar los miles de artefactos recuperados que existen arrumbados en bodegas o que son exhibidos en vitrinas, pero que no han sido estudiados con profundidad. Por ejemplo, ya se ha recomendado que un proyecto muy interesante a futuro sea examinar todos los artefactos sonoros de tipologías importantes rescatados provenientes del México Antiguo que se han incluido en publicaciones y registros, como son los generadores de ruido de la muerte. Para poder localizarlos es necesario instrumentar una nueva especialidad: arqueología de la información sonora, ya que se ha visto que no sólo la gran mayoría del patrimonio sonoro antiguo rescatado se encuentra arrumbado y es de muy difícil acceso, para propósitos de investigación y difusión independiente, también la poca información y datos de su registro y estudio es difícil de localizar y consultar, por la falta de sistemas de información públicos automatizados.

Arqueólogos experimentados, como Carlos Navarrete, han comentado que se han recuperado silbatos decorados con rostro de calavera de la Cuenca del Valle de México y se encuentran bajo resguardo en el MNA. Por ello, una tarea inicial, sería buscar en los sistemas o archivos de registros oficiales de los bienes que se resguardan en los museos y sitios arqueológicos, empezando por los del MNA, pero es conveniente buscar en todos las bodegas de resguardo de esta zona y sus alrededores, aunque es posible que existan en otras regiones, ya que se han encontrado hasta en la región del Golfo y de los Mayas. Se tratarán de consultar los archivos o registros de datos de la Coordinación Nacional de Museos y Exposiciones y de la Dirección de Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicas del INAH, para ver los datos disponibles de silbatos de la muerte rescatados.

Se ha mostrado que el fragmento del Mazatepetl es como una pequeña punta de un iceberg de un rico, extraordinario y desconocido espacio sonoro del México Antiguo, pero su estudio a fondo y con mayor amplitud sólo será posible cuando surja interés institucional para su inclusión y desarrollo entre las líneas y los programas nacionales de investigación. Este estudio ejemplifica y muestra la conveniencia de iniciar los análisis de una tipología de sonador, en todas las zonas, culturas y fases temporales que se hayan localizado. Eso no es sencillo de realizar, ya que en la arqueología se acostumbra administrar, estudiar y mostrar casi todo separado en zonas regionales o culturales y hasta en sitios específicos. Los objetos arqueológicos también se agrupan por tipo de material, como en los laboratorios de la Escuela Nacional de Antropología e Historia. En todas las zonas, debe haber piezas sonoras antiguas de varios materiales esperando ser analizadas con profundidad, como para hacer cientos o miles de artículos, monografías o tesis, pero eso será posible cuando exista personal interesado y preparado para realizar, asesorar y revisar los trabajos de investigación en esta materia y hasta que se superen las actitudes monopólicas, la envidia, los celos o la simple falta de interés de los que resguardan los bienes sonoros de nuestro extraordinario pero desconocido patrimonio sonoro antiguo.

A corto plazo, lo menos que debemos hacer es tratar de mejorar nuestros trabajos de investigación específicos como el de este estudio y dar a conocer sus avances, en donde se pueda y como se pueda, antes del viaje al otro mundo (mictlan), aunque sea en forma independiente o personal, si no surge interés de los editores de revistas y libros en papel, ni de institutos de investigación o escuelas nacionales. Se piensan dar a conocer en foros académicos y se va a grabar y subir a la red mundial un video sobre los principales avances logrados11, como complemento de este documento consultivo de hipertexto.

Hay que divulgar los resultados de estos estudios también en las escuelas relacionadas, porque se ha visto que los jóvenes estudiosos son los que pueden aceptar con menor dificultad el aprovechamiento de nuevos enfoques y herramientas para el estudio y divulgación de las tecnologías sonoras antiguas12, como es el caso de Sánchez que ya ha venido estudiando artefactos sonoros prehispánicos de Oaxaca (21). El conocimiento a fondo de los objetos sonoros antiguos y de sus funciones y propiedades acústicas puede ser de utilidad para los que realizan trabajos de educación, investigación, divulgación, identificación, registro, resguardo y conservación de bienes arqueológicos, así como para los que quieran conocer algo más de los gustos, usos y costumbres sonoros especiales de nuestros pueblos antiguos.

Nuestro extraordinario patrimonio cultural-tecnológico y la información obtenida de su registro y estudio, sirven de muy poco, si se arrumba en bodegas y archivos de difícil acceso para el público interesado. En el caso de nuestro estudio, se he recomendado que los dos fragmento analizados del Mazatepetl sean exhibidos, con sus modelos experimentales construidos completos, en el Museo de Sitio, para ayudar a que los vecinos y visitantes conozcan algo extraordinario de los usuarios del pasado de ese cerro ritual. También deberían tener disponible una monografía de su estudio, para los posibles interesados. Lo mismo debería hacerse con el resto de los silbatos de la muerte y otros sonadores mexicanos extraordinarios que se han rescatado de sitios conocidos como los comentados de Tlatelolco, San Lorenzo Tenochtitlan, San Juan Raya, Cerro de las Minas, Barrio de la Cruz, etc.

Si lo anterior no es posible y subsiste la falta de interés en las instituciones existentes por dar a conocer bien los singulares artefactos sonoros recuperados del México Antiguo, como el de este caso, se puede diseñar e instrumentar en la red mundial un sitio aprovechando los modelos experimentales construidos, sus sonidos y los multimedios digitales disponibles. Ese sitio en la web puede realizar funciones de divulgación del primer "Instituto-escuela-taller-laboratorio-museo-videoteca-fonoteca virtual de sonadores mexicanos", pero sin texto ni voz, para que sea de uso o aprovechamiento realmente universal. Ya se hicieron algunos sistemas y grabaron videos con ejemplos experimentales en ese sentido en la Coordinación del Campus Virtual del IPN (incluyendo uno sobre el silbato de la muerte), que también se pueden utilizar en demostraciones en vivo o a larga distancia de conferencias y exhibiciones especiales internacionales y nacionales. Desgraciadamente, este tema de investigación ya no puede tener impulsos fuertes en esa institución de origen nacionalista, debido a que desde 1942, la antropología ya no se incluye en los programas del IPN13. Algunos ejercicios realizados ya se pusieron disponibles en la red mundial en las ligas de la Escueta-Taller Virtual de Aerófonos Mexicanos. Como un ejemplo, ya se incluye una muestra 30 pistas cortas de sonidos del México Antiguo.

Totó ngi’wa.

Ya se puede consultar en la red mundial el documento de hipertexto con los resultados del estudio reciente del Totó ngi’wa que es un generador de ruido bucal de roca gris de la zona de San Juan Raya, Puebla. Ya se conocía, pero no se había analizado bien, porque el mecanismo sonoro tenía arcilla. Se pudo limpiar y examinar y fue posible confirmar sus propiedades sonoras y comprueba que pertenece a esta singular familia ruidosa mexicana.

Sonador de la muerte de Huexotla.

Ya se localizó un sonador de la muerte de Huexotla, muy similar al que hacen los hermanos Cortés, ya que lo usaron como modelo. No se han podido analizar sus sonidos, aunque se vio que funciona bien. Este caso es interesante, porque ya se comentó que en Huexotla se encontraron restos de un templo de Ehecatl y el sitio se localiza cerca de Texcoco, en el otro extremo opuesto del lago, en relación al del Mazatepetl. Eso indica que los sonadores de la muerte se pudieron usar en varios sitios de la Cuenca de México, incluyendo los de la zona de Texcoco. Como no se conoce su origen preciso y su contexto arqueológico no se puede estimar la fase a la que pertenece el de Huexotla, aunque se sabe que el desarrollo se las culturas de esa zona llamada Acolhuacán se inició desde el siglo XIII.

Objeto k del Barrio de la Cruz.

El día 24 de octubre de 2007, se pudo examinar el objeto k de piedra del Barrio de la Cruz. Se examinó con la ayuda de Juan Carlos Saint-Charles en su Oficina del Centro INAH de Querétaro. Este caso muestra que es mucho más sencillo realizar estos trabajos de investigación en los centros de provincia que en las ceramotecas y museos de Ciudad de México y los sitios arqueológicos importantes, dónde exigen trámites burocráticos y se han encontrado más resistencias, celos, falta de apertura o interés en estos temas. Se tomaron las dimensiones organológicas de la roca perforada, su color y algunas fotos digitales. Lo más relevante es que se constató que sí puede producir sonidos, a pesar de que sus dos hoyos cónicos sonoros se perforaron un poco inclinados en relación a su eje ideal perpendicular a la ranura. No es sencillo operarlo, para producir los sonidos característicos, pero después de algunos intentos se pudieron producir sonidos agudos con ruido en todo el rango audible, de cierta intensidad. Se pudieron analizar espectralmente (con una F0 de 3,500 a 6,700 Hz) y grabar dos sonidos cortos (con una laptop de Elizabeth Hernández Sánchez) y medir su presión sonora con un sonómetro (110 dB a 1 m. y cero grados). Lo anterior, permitirá integrar un documento especial (para no ampliar más este documento de hipertexto). Será necesario obtener la información de Gonzáles Zozaya de los principales antecedentes, datos arqueológicos y propiedades del singular objeto k, ya identificado como un extraordinario generador de ruido bucal de roca. Se distingue por tener un extremo decorado con una carita zoomorfa que tiene sus ojos perforados con otro hoyo bicónico muy fino que parece haber sido perforado para cuerda de suspensión.

Silbatos "de compresión" del Golfo.

En la colección de instrumentos pre-colombinos del Museo Smithsoniano se incluyen varios instrumentos llamados "de compresión". Lo interesante es que grabaron sonidos cortos de ellos, que fueron tocados por Jorge Dájer y los incluyeron en dos discos que venden (24). En el Disco 1, se incluyen dos silbatos que suenan como los de la muerte. Uno de ellos, el de la Pista 17, se denomina "sonidos de viento" y en el espectrograma se muestran un fragmentos con sus frecuencias. Su F0 media va de 400 a 500 Hz, con ruido hasta 10 KHz, fuerte hasta 4 KHz. El otro, de la Pista 18 se denomina "sonido de tormenta". El espectrograma de un segmento del sonido muestra que la F0 media va de 1100 a 1400 Hz, con ruido hasta 8 KHz, fuerte hasta 8 KHz. Desgraciadamente, sobre esos silbatos no han publicado ni sus fotos. No se incluyen en este documento los sonidos analizados de esos silbatos "de compresión", porque cobran una cuota por el permiso para su inclusión en la red, aunque se pueden escuchar en el sitio web de la disquera. Son importantes, porque son los primeros sonidos de esta tipología de silbatos ruidosos mexicanos que he podido localizar y analizar de una colección del extranjero.

Silbato "distorcionador" maya

Alfonzo Arrivillaga Cortés me dio una de sus publicaciones: "Aj' Instrumentos Musicales Mayas" (25), de la coleccion de silbatos y flautas del Museo del Popol Vuh de la Universidad Francisco Marroquín. Es importante para este estudio, porque se incluyen dibujos y radiografias (No. 41 y 42, pp. 42 y 43) de formato reducido de tres silbatos relacionados. Dos se designan como "silbato sin canal" con dos cámaras. Parece que son semejantes a los modelos experimentales del autor del silbato de la muerte que se hicieron para analizar su funcionamiento sin tener embocadura tubular. Es el primer informe consultado que incluye un DC con archivos de sonidos de instrumentos mayas. Se comenta que los sonidos (pista No. 18 del CD) de estos dos silbatos se asemejan al grito del mono aullador (saraguato), o que sugieren el del viento. Por ello, puede pertenecer a la subfamilia sonora del silbato de la muerte. Otro es un silbato designado como "distorcionador", que parece tener el mecanismo sonoro de los generadores de ruido mexicanos, que tienen aeroducto y resonador de salida tubulares. Este silbato incluye una figura de un mono montado en el tubo sobre el mecanismo sonoro y en su panza tiene la cámara de caos. Sus sonidos se proporciona en la pista No. 19 del CD. Este sonido se analizó espectralmente. Los primeros 9 segundos de la pista se muestran en el espectrograma y se ve que las componentes de frecuencias se parecen a uno de los sonidos analizados de los silbatos "de compresión" del Golfo del Museo Smithsoniano, lo que indica que pertenecen a la misma subfamilia sonora.

Otros silbatos de muelle de aire de la Cutura Maya

Vanessa Rodens dio a conocer dibujos llamados "arqueológicos" o "técnicos" (que muestran secciones cortadas de la estructura) y generalidades, antecedentes, morfología, técnicas de manufactura y operación de otros generadores de ruido antiguos que parecen fragmentados o rotos y que llama "Silbatos de muelle de aire de la Cultura Maya" (26). Se dice que no son flautas, como las designó Franco, pero tampoco son silbatos convencionales. Se incluyen comentarios sobre el funcionamiento sonoro, pero no se proporcionan evidencias experimentales comprobatorias de las propuestas planteadas y algunas de ellas parecen erróneas. Por ejemplo, se opina que los llamados silbatos de muelle de aire no funcionan con un muelle de aire!, en base a lo que dijo otro investigador, que a su vez surgió de lo que dijo otro en el siglo XVIII:

"Sin embargo, en conformidad de los resultados de Both el mecanismo sonoro acústico no trabaja en base a la almohadilla neumática como lo propuso Franco sino mas bien corresponde al efecto venturi descubierto por el físico italiano Giovanni Batista Venturi…" (p. 137)

Es cierto que la corriente de un fluido en cualquier estrechamiento construido dentro de un conducto cerrado pude funcionar con el efecto venturi, al aumentar su velocidad cuando pasa por una zona de sección menor, pero todos los resonadores de pico operan con su conducto de aire abierto y el efecto del aire a la salida del aeroducto no es suficiente para generar turbulencia y ruido fuerte16, ni es lo que los produce. También destaca el comentario desafortunado sobre la cámara resonadora de Helmholz que se considera como de "despresurización" o "aspiración"!!. Es raro que se ignoren las propuestas de funcionamiento de ese singular mecanismo sonoro mexicano que he venido planteado y publicando abiertamente desde hace diez años, si hasta se cita una de las publicaciones relacionadas. Si las propuestas planteadas y hasta sustentadas experimentalmente no se aceptan o no se consideran aceptables, al menos, se deberían mencionar o discutir los argumentos que se tienen en contra.

Como esos mismos efectos "venturi" y de "producción de vacío" a la salida de los aeroductos de los generadores de ruido también se han mencionado hipotéticamente en la tesis de Both (7, p. 30 y 31) y Franco no puede defender su propuesta porque ya no nos acompaña en este mundo, se hicieron unos experimentos especiales para mostrar los efectos reales de los aeroductos tubulares cortos y largos usando técnicas de análisis de fluidos. Visualmente, se pudo comprobar que el chorro de aire en un aeroducto corto o con un hoyo a la salida es un poco más disperso, porque el cono que se forma es más abierto, que cuando el aeroducto es tubular de diámetro constante, como se puede observar en la foto del chorro de aire que tiene menor turbulencia a la salida. En un generador de ruido con aeroducto corto o con un hoyo estrecho a la salida del aeroducto (ya que la longitud del tubo de salida es igual al ancho de la pared), la turbulencia de las ondas producida en su cámara de caos es mayor por las difracciones del aire generadas hacia los lados que chocan y producen reflexiones complejas hacia atrás, lo que genera ondas más turbulentas y, por lo tanto, más componentes de frecuencias de ruido. Ya he comentado que cada detalle de la mofología de este mecanismo sonoro, adicional al tipo de aeroducto, puede tener efectos en la generación del ruido. Por ejemplo, si la distancia entre los hoyos sonoros es corta y se colocan frente a frente con sus paredes paralelas o casi paralelas, la mayor parte de la corriente de aire de entrada se introduce en la cámara de Helmholtz, lo que genera un tono fuerte correspondiente a su volumen, sin mucho ruido, como sucede con algunos de los llamados "clarinetes mayas" y generadores de ruido bucales. Esa es otra prueba de que el hoyo llamado “ventui” no es lo que genera el ruido fuerte en este mecanismo sonoro singular.

Desgraciadamente, sobre la función sustantiva fundamental de los “silbatos de muelle de aire” de la Cultura Maya, no se incluyen los sonidos ni sus análisis espectrales y de metrología acústica que permitan conocer las características de las frecuencias que produce cada uno de esos artefactos sonoros o sus modelos, cuya elaboración se menciona en las recomendaciones como tareas futuras de estudio. Los datos descriptivos que se proporcionan tampoco son suficientes para elaborar modelos experimentales aproximados. También se incluyen comentarios sobre el contexto arqueológico, la iconografía y su significado, pero de ello no surgen propuestas nuevas y detalladas de uso original. Algunos de los silbatos de fuelle de aire dibujados fueron encontrados en entierros, pero hay otros silbatos mayas que fueron rescatados en contextos funerarios, por lo que es necesario establecer las diferencias de estos casos mayas y sus posibles significados. Es interesante localizar y divulgar información general o introductoria de los generadores de ruido mayas que se han rescatado y de las zonas y sitios de su uso antiguo, pero he recomendado que ya es tiempo de que cada diseño de resonador importante, como es cada uno de los mostrados en los dibujos, debe ser analizado y dado a conocer con formalidad y profundidad o con el mayor detalle posibles. Los que pueden tener acceso a los artefactos o fragmentos sonoros antiguos importantes rescatados y su información, deberían hacer un mejor y mayor esfuerzo de captura de datos de organología, metrología sonora y de experimentación constructiva y de su funcionamiento, para superar los enfoques generales o introductorios de la mayoría de los pocos estudios de los especialistas de la arqueología, la música y la etnomusicología que se vienen aplicando en este campo sonoro desde hace cerca de medio siglo.

Fragmento de “clarinete maya” de Paso Aguascalientes

Recientemente, Gonzalo Sánchez me informó de un fragmento interesante de “clarinete maya” encontrado en Paso Aguascalientes, del Istmo de Tehuantepec, ya que produce un tono, pero sin mucho ruido como el que producen los silbatos de la muerte. En su radiografía se observa bien su mecanismo sonoro que tiene su hoyo de entrada tipo “venturi”, pero el otro al frente con sus paredes paralelas, lo que comprueba que esa estructura ni su hoyo “venturi” son suficientes para generar mucho ruido, pero pueden producir un tono. Cuando Gonzalo de a conocer este importante fragmento sonoro, serán incluidas, al menos, su radiografía y el espectrograma de su sonido. El caso es interesante, porque se conocen algunos dibujos de “clarinetes mayas” antiguos que se han publicado (desde los dados a conocer por Franco), pero no se concocen sus sonidos ni sus análisis. Se conocen dos grabaciones de resonadores similares llamados "Flute, Compression Maya" que fueron publicados en uno de los disco (24) de "Folkways Records" (Disc II, tracks 17 y 18), pero no se conocen ni sus fotos y, menos, la morfología y dimensiones de su mecanismo sonoro interno. Para mostrar las frecuencias que generan este tipo de resonador, las componentes espectrales de unos sonidos cortos se incluyen visualmente en un espectrograma. Este resonador genera un tono claro, con el timbre que dicen es parecido al de un clarinete, pero en el espacio de las frecuencias se puede observar que produce una fundamental y una armónica fuertes más dos de menor intensidad con poco ruido y los sonidos de los clarinetes tienen más armónicas.

Generador de ruido bucal de Coixtlahuaca

En las IV Jornadas Permanentes de Arqueología del 26 de Septiembre de 2008, Marisol Cortés Vilchis y Gonzalo Sánchez Santiago dieron a conocer un generador de ruido bucal de roca gris mixteco, que se encontró en superficie de Coixtlahuaca, Oaxaca. Es de tipo similar a los encontrados en la zona popoloca de San Juan Raya, Puebla. El descubrimiento indica que su uso se extendía a la zona situada al norte de Huajuapan. Los sonidos son similares a los analizados de otros generadores de ruido bucales de roca de este tipo. Los componentes de frecuencia complejos de sonidos básicos se muestran en un espectrograma. Esperamos que los detalles de la mofología y dimensiones de este resonador de roca se den a conocer en un informe de los autores.

Información de la Base de Datos de Bienes Muebles del INAH

Ya fue posible consultar las fichas de la Base de Datos del Inventario de Bienes Culturales17 de la Subdirección de Inventario del Patrimonio Cultural, de la Coordinación Nacional de Museos y Exposiciones del INAH, que incluye los inventaris registrados de los museos oficiales. Revisando visualmente las fichas de los bienes clasificados como silbatos que tienen fotos (que son cerca de 2,700) se encontraron 14 que se parecen a los silbatos de la muerte, aunque no se habían identificado. De a cuerdo a sus fichas, provienen de varias culturas: 7 mexicas, 2 taltelolcas, 3 mayas, 1 olmeca y 1 huasteco. Ese descubrimiento es importante, porque indica que la zona de su uso o destino se extendía a regiones y culturas mas alejadas de lo que se pensaba. Para su posible estudio directo y a fondo, se requeriría generar y desarrollar un proyecto de investigación institucional especial. También se encontraron 9 fichas con 30 silbatos bucales (de hueso y barro) del Occidente, bajo resguardo en el Museo Regional de Guadalajara, lo que indica y confirma que eran muy usados en esa zona. Las fotos de las fichas proporcionadas, no se dan a conocer aquí, porque son de formato muy reducido y dicen que requieren de un permiso oficial. En la consulta realizada, no se encontraron fichas de los artefactos multiperforados o bloques de ilmenita o nelsonita que se exhiben en los museos oficiales como los del Museo de Sitio de San Lorenzo y del MNAH.

Tesoros de las profundidades del territorio nacional.

En el campo de la investigación sonora antigua, hay miles de tesoros recuperados en las bodegas de resguardo de museos, ceramotecas, colecciones y exploraciones, que son singulares en la historia de la humanidad y son extraordinarios a nivel mundial, y que están esperando a ser analizados formalmente y divulgados, con tecnologías disponibles14. Es posible empezar a investigar y divulgar el patrimonio sonoro mexicano, sin necesidad de inversiones externas para su exploración, sin tener que ceder a extranjeros ninguna parte del patrimonio o de los ingresos nacionales, y sin violar ninguna ley.

Conferencias y otras acciones de difusión

Benjamin Muratalla, Subdirector de la Fonoteca del INAH, nos invitó a participar en el "III Foro Internacional de Música Tradicional y los Procesos de Globalización", que se presentó en el Museo Nacional de Antropología, el 14 de septiembre de 2007. Se presentaron avances de este estudio, ya que una buena manera de contrarrestar las influencias negativas derivadas de la globalización es ayudando a dar a conocer y a recrear la milenaria, rica y singular organología y sus sonidos que vivían en el México Antiguo, pero que desde hace cinco siglos que fueron eliminadas de nuestras tradiciones. En México, las culturas-tecnologías provenientes del extranjero se empezaron a imponer desde la invasión y han subsistido permitidas, y a veces reforzadas con los deseos y prácticas de apertura a casi todo lo que viene de fuera, hasta por grandes poderes de la nación. En un mundo globalizado y competitivo, lo mínimo que se debe y puede hacer es estudiar, recrear y divulgar a nivel mundial lo que tenemos de mayor valor singular propio, para contrarrestar la imposición de la unicultura mundial y evitar la perdida de la rica cultura-tecnología de nuestro pasado y para fomentar su aprovechamiento futuro.

"Silbato de la muerte. Un extraordinario generador de ruido con aeroducto tubular del México Antiguo". Seminario de Investigación del Centro de Investigación de Computación, IPN. 28 de Septiembre de 2007. 16:00 hrs.

"Silbato de la muerte. Un estudio de arqueología e iconografía sonora", para alumnos de la ENAH del Dr. Francisco Rivas Castro. Octubre 5, 17:00 hrs.

"Silbato de la Muerte". Simposio Vida y Muerte. Del mito a la Realidad. Auditorio del Museo Regional de Querétaro. 24 octubre 2007. 16:00 hrs.

"Aerófonos y sonadores de viento mexicanos. El caso del silbato de la muerte". Colegio de San Ignacio de Loyola Vizcainas. 30 de octubre de 2007. 12:00 hrs. Asistieron alumnos de secundaria y preparatoria. Llamo la atención el interés que mostraron por el silbato de la muerte y sus sonidos, ya que los alumnos permanecieron muy atentos durante las dos horas de la presentación.

"Un estudio de Arqueología sonora. Silbato de la muerte". Jornadas Permanentes de Arqueología, Dirección de Estudios Arqueológicos-Museo del Templo Mayor, INAH. Auditorio del Museo del Templo Mayor. 28 de marzo de 2008. 11:00 hrs. Es la primera vez que el autor impartió una conferencia en un foro importante de especialistas de la arqueología nacional. Me solicitaron un artículo de la conferencia para la revista Arqueología del INAH, misma que ya se presentó para su dictamen.

Notas de prensa en línea.

La conferencia impartida en las IV Jornadas Permanentes de Arqueología de la Dirección de Estudios Arqueológicos-Museo del Templo Mayor, INAH, el viernes 28 de marzo en el auditorio del Museo del Templo Mayor, fue bien recibida. Casi se llenó el auditorio, asistieron varios profesores e investigadores decanos distinguidos de la arqueología y me entrevistaron, para publicar una nota de Prensa en el servidor del INAH. Se hizo una copia de la nota original, para mantener su liga en este documento de hipertexto. Basadas en esa entrevista, se han publicando otras notas breves en varios servidores de países de habla hispana, mismas que se pueden encontrar con cualquier buscador de textos de la red usando las palabras "silbato de la muerte", pero algunas de esas notas en línea son temporales o efímeras y son eliminadas en uno o varios días, aunque otras las almacenan y se pueden consultar durante más tiempo como la de CONACULTA. En esa conferencia se incluyeron láminas que describen brevemente los campos, familias y ramas de la arqueología sonora 15.

Articulo para la revista de Arqueología del INAH

Después de la Conferencia sobre el silbato de la muerte, Roberto García Moll solicito un articulo para ser publicado en la revista que dirige de la Coordinación de Arqueología del INAH, mismo que se encuentra en proceso de dictaminación.

Grabación de un video de la conferencia.

Como ha surgido interés en la conferencia impartida sobre "Un estudio de arqueología sonora. Silbato de la muerte", se grabó un video de ella, mismo que se tratará de poner en línea en un servidor del IPN.

Entrevistas en radio.

En coordinación con personal de la oficina de prensa del INAH, se realizó una entrevista telefónica en vivo sobre el silbato de la muerte, para el "Castor" del programa Buenos Días México de Radio Mil, para el jueves 17 de abril de 2008 a las 11:45 a.m. Otra entrevista en cabina fue para el programa 88.9 Noticias con Guillermo Ochoa del Grupo ACIR, el lunes 21 de abril a las 11:30 a.m.

Sesión de grabación.

El jueves 17 de abril de 2008, se grabaron sonidos y un video de modelos del silbato de la muerte y de otros generadores de ruido, así como de diversos sonadores, por Mario Acosta y Hervé Tostivint, para hacer ejercicios de composiciones y para pistas de sonidos de fondo de documentales sobre México.

Entrevista de prensa y de videos en la red mundial.

Se realizó una entrevista para la agencia Associated Press, el jueves 17 de abril de 2008, que se complementó con dos sesiones para tomar fotos y videos. Informaron que se usaron para producir una nota periodística y un video corto. El 29 de junio, la nota de prensa de Julie Watson se publicó en diversos sitios de noticias en línea en Español sobre sonidos precolombinos y en otra en gran cantidad de sitios de medios de comunicación en Inglés de muchos países. El 5 de julio de 2008, usando Google se obtuvieron 51,500! ligas de servidores, buscando con las palabras "AP pre-columbian sounds". Algunas incluyeron fotos, sonidos o el video de AP, que ya aparece hasta en otros videos reeditados para Youtube sobre "Whistles of Death" y "Ancient Aztec-Recreated Sounds". El silbato de la muerte tambien aparece en otro video sobre "Engineer Recreates Pre-Columbian Sounds". Eso significa que el tema del estudio y los sonidos mexicanos antiguos han llamado mucho la atención a nivel internacional.

Otras notas publicadas

El 5 de julio de 2008, Cultura, de la Sección Internacional del periódico Reforma publicó una nota de Yanireth Israde sobre Arqueología sonora: "Sonidos prehispánicos, "Resucitan acústica milenaria", que tiene comentarios generales del silbato de la muerte del Mazatepetl.

En Noticias de la revista de Arqueología Mexicana (Vol. XVI. Num. 92. julio-agosto. 2008. p. 14) se publicó una nota breve de la Oficina de Medios de Comunicación del INAH sobre "Cerro del Judío, Ciudad de México. Silbato de la Muerte".

Infrasonidos Mexicanos

El 29 de septiembre de 2008, se pudo impartir en una conferencia para el Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, sobre los infrasonidos mexicanos y sus efectos en los humanos, a invitación de Enrique Octavio Flores Gutiérrez. Se incluyeron los efectos en vivo de los sonidos generados por varios silbatos tocados al mismo tiempo, como los de la muerte y otros que generan batimentos infrasónico.

Artículo sobre el generador de ruido bucal de ilmenita

Me volvieron a solicitar un artículo sobre el generador de ruido bucal de ilmenita, para la revista de Arqueología del INAH, mismo que me han informado se encuentra en proceso de publicación. Desde 2000, Jesús Mora me solicitó el artículo para esa revista, porque ha considerado que se debe dar a conocer, pero como parece que se extravió, se aprovecho la oportunidad para actualizar el informe.

Entrevista de Prensa del INAH

Personal de Prensa del INAH me hizo una entrevista de la que el 13 de octubre de 2008 dieron a conocer una nota sobre Tecnología Prehispánica. Ilmenita Sonora, Acústica Milenaria, pero desgraciadamente incluye algunos comentarios que no son ciertos y no se pudieron corregir.

Presentación del video grabado

El video grabado de la conferencia del silbato de muerte, ya se presentó en el 15º Congreso Internacional Mexicano de Acústica de Taxco, Guerrero. 23 de octubre de 2008.

Notas.

1. Usualmente se designan como silbatos a los aerófonos globulares (designaciones venidas de Europa) que silban o producen una nota musical plana, pero este fragmento de barro tiene otra morfología y puede producir varios sonidos más complejos. Puede ser un sonador (que suena o hace ruido) o un resonador de viento o aliento. Funcionalmente, es un generador de caos y ruido. El color en seco del fragmento del Mazatepetl es un poco más claro que en la foto de la Fig. 1, porque ésta se tomó después de limpiar su interior con agua y alcohol y un cepillo blando para dientes, para eliminar los restos de arcilla y otros materiales.

2. Algunas dificultades se originan en limitantes administrativas, legales y técnicas. Otras se originan en la falta de interés que existe en este tema nuevo de investigación.

3. El Entierro 7 se asocia en forma compleja al Entierro 20. Ambos pertenecen al nivel Contextual 2 de la Cala 1, que se muestra en los cuadros b, c-1, al frente del Templo "R" (de Ehécatl). El texto original del descubrimiento de Guilliem (3, p 117) en el Entierro 20 es el siguiente:

"La olla descrita descansaba sobre los esqueletos de dos sujetos adultos estrechamente relacionados, que fueron depositados sobre el apisonado general de la cala. Los restos del primer sujeto denominado Entierro 20, fueron colocados al norte de las ollas de las ofrendas 7 y 8 y al sur del Entierro 7. Era un individuo de aproximadamente 20 años de edad que muestra un sacrificio sumamente complejo, ya que su cráneo fue totalmente mutilado, en relación anatómica con la columna vertebral completa, se colocó en decúbito lateral izquierdo extendido con su eje cráneo-pies de oeste a este y con su rostro mirando hacia el norte y le faltaban las costillas, extremidades y pelvis (fotografía 45). En el relleno circundante se encontraron dos fragmentos de obsidiana, un rostro de figurilla masculina con gorro cónico con dos bandas circundantes de cerámica que posiblemente representa a Ehécatl; madera, huesos de animal, además de tiestos de comal, molde salinero, vasija, cajete, olla, plato y brasero trípode."

4. Uno de los investigadores que publicaron un escrito previo sobre la cerámica de Tlatelolco, Francisco González Rul (3-a, p 26), comenta que: "...a causa de la escasez de barro y la lejanía de los bosques madereros proveedores de la leña necesaria para el cocimiento, poco o nada se hizo" y sobre su color menciona (3-a, p. 39) “…la cerámica del periodo Azteca III están hechos de un barro color naranja (Munsell, 5 YR 6/6, que es muy parecido al del fragmento de silbato del Mazatepetl) que se ha denominado Texcoco, aun cuando existen discrepancias al respecto......El hecho que la mayoría de la cerámica encontrada en Tlatelolco y sí podemos afirmar que la Azteca III y IV llamadas por Noguera Tenochtitlan y Tlatelolco, no fueron fabricadas en la Isla de México por no haber bancos de arcilla ni combustible cercano”. Desgraciadamente, a pesar de la abundancia de bienes antiguos de barro recuperados en esos sitios, en la literatura consultada se incluye muy poco de las técnicas exactas de manufactura en cerámica y nada sobre el rico y variado instrumental sonoro de barro.

5. En el apartado de “Instrumentos musicales”, además de los dos silbatos con rostro de calavera, sólo se menciona una flauta pentáfona rota en su extremo distal, asociada a un silbato en forma de ave de pico largo, quizás de un pato y una sonaja esférica (Ofrenda 20), otras sonajas idénticas se encontraron (Ofrenda 11), en total 4 y una de enmangaducha alargada (Ofrenda 7). En “Miniaturas” se menciona unas Figurillas-sonaja y En “Metal”, 16 cascabeles de cobre. Hay artefactos sonoros en otros apartados como en “Figuras sonaja” y en la lista de objetos rescatados aparecen otros sahumadores sonaja. Es notable que en la gran cantidad de entierros y ofrendas con restos humanos (que totalizan 54) del complejo ceremonial frente al importante Templo de Ehecatl se hayan encontrado en el proyecto sólo los instrumentos musicales y artefactos sonoros mencionados, lo que indica que en la gran mayoría de ellas no dejaron muchas evidencias organológicas que los puedan asociar a ritos o ceremonias con instrumentos musicales o artefactos sonoros. Eso es increíble, si fueron ofrendas propiciatorias, ofrendatorias o de invocación a sus dioses o de “aliento a la vida”, similares a las de ofrendas de otros templos de la Cuenca de México, como el Templo Mayor y el Templo del Fuego Nuevo en que se han encontrado más bienes sonoros en ofrendas o entierros.

6. En los proyectos de Tlatelolco y del Recinto Ceremonial de Tenochtitlan aun hay miles de bienes muebles rescatados, pendientes de estudio y/o publicación. Llama la atención que en este último sitio no se haya encontrado (en los estudios consultados) ningún aerófono generador de ruido con embocadura tubular, sabiendo que las culturas de esos dos sitios convivieron en la misma época y ambos veneraban a Ehecatl. Una hipótesis que surge es que algunos de esos aerófonos generadores de ruido con embocadura tubular pudieron ser rescatados del Centro Ceremonial de Tenochtitlan en excavaciones anteriores sin haber sido reportadas y publicadas, pero otra posibilidad es que se encuentren enterrados, porque aun no se ha excavado todo ese sitio ni el complejo ceremonial de sus tres Templos de Ehecatl, aunque ya han sido bien ubicados. El 29 de marzo de 2007, en una visita guiada Álvaro Barrera nos mostró en el subsuelo del patio este de la Catedral la esquina suroeste de Templo de Ehecatl localizado en el patio, afuera de la puerta este y comentó que ya han localizado el resto de sus esquinas. El Templo Mayor de Ehecatl se encuentra sobre la calle de Guatemala. Es increíble, que unos templos mexicas tan importantes y bien localizados no se hayan podido explorar. Es posible que bajo los recintos ceremoniales, localizados al este de sus escaleras, guarden restos de sacrificados y silbatos de la muerte y otros sonadores, si es cierto que tenían costumbres semejantes a los tlatelolcas como las de los sacrificios atribuidos a la gran hambruna.

7. En una tabla del informe de Arroyo (3, p. 89) estima las fechas de los primeros Gobiernos y Etapas constructivas de Tenochtitlan y Tlatelolco de: Acamapichtli, Etapa I, 1375-1395 y; Teutleuac, Etapa I, 1350?-1376, respectivamente.

8. Hace años, un investigador que realizó exploraciones arqueológicas anteriores en el propio sitio de Tlatelolco, Jorge Angulo, me comentó que quería que le analizaran algunos instrumentos musicales rescatados en ese sitio, pero no encontró en el INAH expertos que lo pudieran ayudar. Esos rescates indican que puede haber otros instrumentos musicales o artefactos sonoros del sitio de Tlatelolco. Con el caso del fragmento analizado se muestra que los artefactos sonoros antiguos se pueden analizar hasta indirectamente, pero si se analizan directamente los artefactos sonoros antiguos de Tlatelolco es posible obtener mayor y mejor información de ellos como su morfología, dimensiones y sonidos que pueden producir. Sin embargo, en el informe sobre su exploración en Tlatelolco se menciona (13, p 111) que entre los objetos de madera en el nivel del agua de la zona Suroeste encontró "un teponaztli, en más o menos buen estado y otros dos semidestruidos". Sobre el material encontrado de cerámica no se proporciona la lista y sólo se menciona que fue depositado en una bodega del Colegio de Santa Cruz. En el informe de Gonzáles Rul se incluye un apartado de instrumentos musicales (3-a, p 74) y 12 de ellos fueron listados entre los Pozos Estratigráficos de Tlatelolco pp 136, 151, 152, 154, 160, 161 y 163), pero no se incluyeron fotos o descripciones de ellos. En la Lamina 40 (3-a, p 122) se incluye el modelo de templo redondo (como los típicos de Ehecatl) con un teponaztli y una flauta, pero tampoco se comenta en el texto. El 30 de marzo de 2007, Angulo y Jesús Mora confirmaron que encontraron en Tlatelolco instrumentos musicales antiguos de barro. Algunos de ellos podían producir sonidos muy especiales de pájaros, pero no se sabe su localización actual ni se formuló un informe especial que los incluya.

9. Los estudios del autor sobre los sonadores de viento se han realizado en forma independiente, sólo con los limitados recursos propios y con la única finalidad de ayudar a empezar a explorar y divulgar el rico, singular y milenario espacio sonoro del México Antiguo. Es un campo que no se ha incluido en los programas nacionales de investigación, ni en el ámbito de los dos grandes campos de fomento oficial: el de la ciencia y tecnología (CONACYT) ni en el de las humanidades y la cultura (CONACULTA) y, mucho menos, en las grandes empresas privadas que se han interesado más en importar la tecnología del extranjero. Cada tipo importante de artefacto sonoro rescatado puede ser materia de estudios profundos, pero no se han encontrado personas físicas o morales interesadas en apoyar su desarrollo. Es un campo de conocimiento milenario del México Antiguo, pero nuevo para la educación e investigación a fondo en la actualidad.

10. Hay muy poca información descriptiva y de propiedades de los bienes sonoros antiguos que han sido rescatados, que permitan al público y los investigadores interesados conocerlos, reproducirlos o estudiarlos. Sus reproducciones son muy poco aprovechadas y hasta son despreciadas, ya que hasta se han llamado apócrifas aun cuando sean modelos experimentales para propósitos de investigación. La reglamentación hasta limita su reproducción (para fines comerciales, sin permiso oficial). Se da énfasis a la obtención de ingresos de corto plazo por los derechos, en lugar de fomentar la producción y la creatividad a largo plazo. Sería interesante conocer estimaciones de costo/beneficio económico de esa reglamentación. Por el lado de los beneficios, se requeriría conocer estimaciones de lo que se ha obtenido por ingresos de derechos para la reproducción comercial de instrumentos musicales del México Antiguo (ingresos que deben ser muy pocos o casi nulos, por la falta de oferta comercial de esos bienes sonoros en el mercado actual). Por el lado de los costos se tendría que estimar lo dejado de producir y recaudar en cinco siglos por no haber recuperado una rama productiva rica y milenaria que fue destruida y prohibida. Por ser una rama productiva única en el mundo, no tendría mucha competencia y puede generar mayor actividad económica y otros beneficios asociados. En la literatura sólo se ha encontrado un caso de generador de ruido con aeroducto tubular proveniente de fuera de la zona de Mesoamérica. Un silbato del Museo de Sevres (15) que parecen ser ruidosos, se dio a conocer en 1887 en la revista "La Nature" como peruanos, y en su descripción mencionan que se asemeja a la de los vasos silbadores cuando operan con agua y producen gorjeos, pero su decoración parece mexica. Entre los beneficios asociados a la recreación de esa rama productiva se encuentran: la generación de mayor creatividad y empleos o disminución de la pobreza en zonas rurales, ingreso de divisas, etc., así como ayudar a disminuir la fuerte dependencia externa, reforzar la identidad nacional y el fomento de los valores culturales y tecnológicos propios. Hay otras ventajas desaprovechadas. Por ejemplo, la materia prima de la mayoría de los modelos de artefactos sonoros antiguos es el barro que aun abunda en el país y no se tiene que importar, ventaja que no se da en otros productos fomentados como los de las industrias maquiladoras. Varios cientos de los centros alfareros que subsisten o sobreviven en zonas de pobreza pueden dar mayor valor agregado a sus productos. También existe un rico patrimonio cultural y tecnológico antiguo que ni se conoce. Hay tesoros sonoros antiguos que pudieron subsistir a las masacres de los invasores, porque fueron enterados en tumbas, entierros, ofrendas, substratos de estructuras, depósitos de desperdicios, rellenos, etc. Miles de ellos han sido recuperados, pero están arrumbados en bodegas de resguardo, esperando a ser analizados y dados a conocer al público. La reglamentación vigente asigna a los profesionales de la arqueología el monopolio en el análisis de los bienes antiguos, aunque en el caso de los que son sonoros (por requerir de técnicas especializadas aun no incluidas en sus escuelas) cuando mucho se han limitado a su identificación en general y en algunos casos ni siquiera eso. Afortunadamente, algunos investigadores ya han visto las ventajas de dejar que se les ayude a analizar los bienes sonoros que aun están bajo su resguardo y estudio, como el de este caso y otros ya realizados para investigadores de la DEA del INAH.

11. Hay que contrarrestar la falta de interés para estudiar y dar a conocer nuestro extraordinario patrimonio sonoro antiguo y, para ello, se pueden aprovechar las nuevas tecnologías digitales que existen para el análisis de artefactos sonoros y sus sonidos y para su divulgación mundial. Los resultados de este estudio se presentaron en el seminario anual de Arqueoinformática del CIC del IPN, de 2007.

12. Se entiende que investigadores y profesores que examinan objetos antiguos no hayan tenido oportunidad de conocer las tecnologías especializadas que permiten analizar a fondo y divulgar los bienes arqueológicos sonoros, pero es conveniente que, al menos, se incluya en las escuelas relacionadas el estudio a fondo de las tecnologías de construcción de los materiales que se usaban en la antigüedad como las del barro, la roca, la madera, el metal, etc.

13. Desde la creación con objetivos nacionalistas, técnicos y hasta culturales (que subsisten en su Ley Orgánica actual) del IPN, en 1936, en la administración de Lázaro Cárdenas del Río, la carrera de Antropólogo Físico y Social se impartía en la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas, pero en 1942, cuando se inicia la administración de Miguel Alemán Valdés, se segrega para constituir la Escuela Nacional de Antropología (ENA) dependiente del INAH. Los estudios pioneros de ese campo que se realizaban en el IPN se cancelan en la institución, como algunos sobre los calendarios mexicanos, y en la enseñanza de la antropología se disminuye el aprovechamiento de la tecnología.

14. Se ha permitido a extranjeros el estudio de bienes muebles sonoros recuperado, aun sin contar con la autorización del Consejo de Arqueología. Al autor no le han permitido analizar bienes de los museos, ni con permiso del Consejo de Arqueología, como en el caso de la “gamitadera” olmeca del Museo de Xalapa, que es un generador de ruido extraordinario a nivel mundial, pero no es muy conocido y que podría ser analizado con mayor profundidad desde el punto de vista organológico, constructivo, acústico y de las señales que puede producir, para divulgarlo con mayor profundidad y amplitud.

15. El estudio del llamado silbato de la muerte, se presentó como un ejemplo de investigación de la arqueología sonora. El universo sonoro era rico, singular y milenario, aunque es nuevo en la investigación formal, pero no se ha incluido en los programas institucionales. Los campos sonoros a investigar son muy amplios, pero se pueden mencionar brevemente con sus principales familias y ramas estructurales. Los principales campos son: los de lenguajes, de los que aun subsisten 364 variantes lingüísticas regionales; de los animales de la fauna, en la que aun hay cientos de especies sonoras; de los diversos espacios y recintos ceremoniales o rituales; de los variados fenómenos de la naturaleza y; de los varios miles de artefactos sonoros o sonadores que han sido rescatados. Diversas familias de sonadores se mencionan en la literatura y aparece en la iconografía, pero de la gran mayoría se perdió hasta su designación original, por la invasión y la colonización. Los recuperados incluyen los llamados membranófonos, los idiófonos, los mixtos, los indeterminados y los aerófonos y sonadores de viento que son la mayoría. Las ramas recuperadas de los sonadores de viento incluyen a los aerófonos globulares y tubulares, sencillos y múltiples, las trompetas y los extraordinarios generadores de ruido antiguos. La rama de los generadores de ruido mexicanos es única a nivel mundial, pero no es bien conocida. Ni siquiera se ha incluido en los sistemas de clasificación. Ejemplifica la singularidad de los usos y gustos sonoros mexicanos, en relación a los que fueron impuestos y promovidos desde hace cinco siglos, como los musicales actuales.

16. En todos los resonadores con embocadura de pico, ya sean globulares o tubulares, el aeroducto es mas estrecho que la cavidad bucal que opera acoplada, por lo que operaría el efecto “venturi”, pero eso no es suficiente para que produzcan ruido, ya que la gran mayoría de ellos producen tonos claros. Ya se a descrito y visualizado el comportamiento del aire dentro de los generadores de ruido antiguos usando modelos experimentales, pero se requiere investigar los detalles como los efectos de variar las dimensiones y formas de su mecanismo sonoro.

17. La base de datos del inventario de bienes culturales tiene cerca de 600,000 registros, de los cuales cerca de 6,000 son de instrumentos musicales y aproximadamente 3,000 son de silbatos reconocidos. Esa base de datos aun no se puede consultar desde Internet y tiene algunas fallas de clasificación y se nota falta de algunos datos en muchas fichas, aunque puede ser muy importante para apoyar la investigación y difusión del patrimonio arqueológico y cultural inventariado.

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