Aerófonos de Rancho Ina, Xcaret, Quintana Roo.
Roberto Velázquez Cabrera
Instituto Virtual de Investigación Tlapitzcalzin.
y
Luis Alberto Martos López
Investigador de la Dirección de Estudios Arqueológicos (DEA) del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Aerófono C91-E100 con su cazuelita rota.
(Documento consultivo en proceso de afinación)
Primera versión, 16 de diciembre 2003. Ultima versión, 17 de diciembre de 2003.
Introducción.
El objeto principal de este trabajo es analizar el lote de aerófonos de barro que fueron encontrados durante las exploraciones arqueológicas, dirigidas por Luis Alberto Martos López en las ruinas de Rancho Ina del Grupo "P"de Xcaret, situado a 7 km. de Playa del Carmen, en la costa oriental de Quintana Roo, México.
Se encontraron en la Estructura P-II-sub, como caché bajo un muro de ampliación que cubrió la escalinata noroeste, en el lugar marcado con una "x" roja en el plano de la estructura. Se estima que la estructura pertenecen al Clásico Temprano 250-300 d.C. Fue construido y habitado por antiguos pueblos mayas.
Los aerófonos de Rancho Ina no han sido analizados. La información sobre ellos es muy escasa. Lo único que se sabe es la localización exacta del lugar de su descubrimiento. Lo bueno es que se pudieron examinar directamente y conocer sus características físicas en detalle. El análisis fue posible, porque los bienes sonoros de Rancho Ina aun están a cargo del arqueólogo responsable de la exploración. Este es el tercer estudio de aerófonos mexicanos antiguos que se hace conjuntamente con el arqueólogo responsable de su proyecto y considerando información del lugar de su descubrimiento. También es el primero que se hace sobre aerófonos de barro de las culturas antiguas del estado de Quintana Roo.
Objetivos particulares del primer estudio.
Se desea volver a mostrar, en un caso real, que este tipo de análisis puede apoyar la elaboración de los informes de exploraciones arqueológicas que incluyen artefactos sonoros (aunque estén rotos o incompletos), para enriquecer su contenido con elementos derivados del análisis de su estructura física y de su función sustantiva sonora que dio origen a su creación y utilización. Eso ya se hizo en el caso de las desconocidas pero extraordinarias Ranas de Barro de Yaxchilán, realizado para el arqueólogo Daniel Juárez Cosió, actual Director de la DEA. Ese fue el primer caso de análisis directo de aerófonos mexicanos antiguos de barro, cuyo lugar de descubrimiento es bien conocido. Otro caso relevante que pudo ser analizado directamente es sobre un extraordinario aerófono de piedra negra multiperforado encontrada en la oficina del finado antropólogo Francisco Beverido Pereau y que probablemente, proviene del sitio Olmeca de San Lorenzo y produce señales complejas con ruido de uso desconocido. El último estudio directo reciente se refiere a los Aerófonos de Ranas, Querétaro que tiene relación con uno de los de este análisis. Los antecedentes y la metodología a utilizar se pueden consultar en ese estudio.
Se trata de instrumentar una recomendación anterior, para generar una monografía de los artefactos sonoros encontrados. Se ha sugerido que cada tipo relevante de artefacto sonoro recuperado debería contar con una monografía hecha sistemáticamente y detallada lo más posible.
Se pretende comprobar que es posible hacer algunos análisis organológicos y acústicos preliminares, que pueden servir para determinar sus propiedades sonoras y dar indicios generales sobre su posible aplicación y el nivel de desarrollo y gustos de sus constructores y usuarios.
Se desea mostrar que aun con el análisis aislado de los pequeños artefactos sonoros, no bien conocidos y comúnmente arrumbados, pueden obtenerse elementos para hacer comparaciones de desarrollo y posibles relaciones con respecto a otras culturas antiguas.
También se mostrará que, en materia de organología antigua, es posible empezar a ayudar a dar cumplimiento a los ordenamiento legales para la investigación y difusión de los bienes arqueológicos sonoros recuperados, aunque éstos estén rotos o incompletos y no sean muy vistosos o ricos en dibujos y colorido. Se mostrará que los bienes sonoros arqueológicos encontrados en una exploración autorizada pueden ser analizados y dados a conocer junto con sus análisis. Eso es importante, ya que para el estudio formal y difusión de la organología antigua no se han visto las ventajas de los descubrimientos de las exploraciones autorizadas, en relación a las no autorizadas como los saqueos clandestinos. En ambos casos la situación actual es similar, ya que la gran mayoría de los bienes sonoros encontrados que escaparon a la destrucción, porque estaban en el subsuelo como entierros, tumbas, ofrendas, rellenos, escombros, etc., se desconocen públicamente.
El ejercicio es en parte experimental, porque a pesar de que no se sabe si dos de los artefactos sonoros incompletos de Rancho Ina fueron rotos en forma accidental o matado intencionalmente, el poder hacer copias aproximadas permite reconstruirlos y revivirlos, para conocer los sonidos que pudo generar cuando estaban completos y vivos como el que tiene roto su resonador. Para poder revivirlos en nuestra realidad es necesario estudiarlos con profundidad y darlos a conocer.
Análisis general.
Los aerófonos del lote examinado son 3 y su forma escultórica es de ave. Eso puede indicar que a los maestros mayas de ese sitio les gustaban mucho las aves como a muchos otros maestros de Mesoamérica. Esos aerófonos son los únicos que fueron encontrados durante las excavaciones realizadas en Rancho Ina. Dos son silbatos comunes con dos hoyos tonales y uno fuera de serie tiene un diseño similar a los tres aerófonos de Ranas, Querétaro que pueden simular cantos de pájaros y han sido llamados silbatos de cazuelita por Margarita Velasco. Sólo un silbato esta completo aunque los dos pueden producir los sonidos originales.
El sencillo diseño organológico y acústico del silbato de cazuelita es extraordinario y parece ser el más antiguo conocido de su tipo. Pertenece a la familia de dos aerófonos que han sido denominados "ocarinas microtonales de inclinación" como unas de la Zona del Golfo, cuyas fotos fueron publicadas por Guillermo Contreras, profesor de la ENM e investigador del CENIDIM de CONACULTA, en su "Atlas de Música". Estaban almacenados en bodegas del Museo Nacional de Antropología (MNA), aunque parecen ser mas grandes que los tres de Ranas y uno de Rancho Ina la tesitura de sus sonidos puede ser más baja.
Foto de dos "ocarinas microtonales de inclinación", Golfo.
Foto usada con permiso de Guillermo Contreras.
En una vitrina de "Animales en el Mundo Maya" de la Sala Maya del MNA recientemente reabierta, se muestra un aerófono muy similar con la forma externa de un canino con grandes orejas, dos patas delanteras y cola. Seguramente se seleccionó por su representación escultórica zoomorfa, por la vitrina seleccionada para su exhibición y porque no se informa que es un aerófono de inclinación. Se ha observado que a los guías y al público visitante les llama más la atención lo vistoso de los bienes arqueológicos y sólo reconocen la forma externa de la escultura del hermoso animal. No se dan cuenta siquiera de que es un aerófono (lo que se dificulta porque no se puede ver su mecanismo sonoro), ni de que es un tesoro de mucho mayor valor singular organológico-acústico en el mundo. Es importante conocer la escultura de un canino antiguo, porque es bella y ya no existe esa especie, pero también es más importante saber que se requirieron de varios milenios de desarrollo, imaginación y experimentación muy especializada para poder diseñar y construir los aerófonos mesoamericanos de ese tipo singular.
Normalmente, lo que más se llega a reconocer cuando los artefactos antiguos son silbatos es su representación externa como unos con forma de armadillos y una iguana que aparecen en el Artículo de Enrique Nalda de la Edición Especial 15 de Arqueología Mexicana "Sala Maya. Museo Nacional de Antropología". El extraordinario perrito cantador de la Sala Maya no aparece en las fotos de ese artículo.
Dibujo del perrito cantador de la Sala Maya del MNA.
Es interesante señalar que cada detalle de las esculturas sonoras antiguas tiene una razón de ser, aunque parezca anormal o mal hecho. Por ejemplo, en el dibujo se puede ver que la cola del perrito cantador se colocó un poco adelante de su lugar natural al fin de la columna, para que la cola no obstruya la nariz del tocador y permita ser obturado el hoyo posterior tonal con el labio superior.
No es posible hacer comparaciones dimensionales y funcionales de estos aerófonos, porque no se conocen su estructura interna y sus medidas organológicas, aunque se podrían analizar usando réplicas aproximadas, como se muestra en un estudio anterior: Una Metodología para el Análisis de Aerófonos Antiguos. Caso 1. Cuatro Tlapitzalzintlis Mexicas del Museo del Templo Mayor..
En la literatura disponible, existen muy pocos aerófonos similares con hoyos tonales grandes como uno de la Zona del Golfo dado a conocer por el Ingeniero José Luis Franco Carrasco. Otros dos aerófonos del Museo Regional de Morelia, que tienen grandes hoyos tonales, fueron llamados "ocarinas de entonación libre" y publicados por el investigador y compositor Jorge Dájer en su libro de "Artefactos Sonoros Prehispánicos". No se han encontrado en la literatura del exterior bienes sonoros antiguos similares con hoyos tonales grandes, por lo que se pueden considerar que son propios de la inventiva, usos y gustos de los pueblos del México Antiguo.
Tampoco se conocen estudios formales organológicos-acústicos de esta familia de aerofonos cantadores, ni de las demás familias de los miles de aerófonos mexicanos antiguos que han sido encontrados y se guardan en vitrinas y en bodegas de museos, colecciones y exploraciones. Se dice que no es fácil hacer los informes de las exploraciones arqueológicas y más aun cuando incluyen artefactos sonoros, pero algunos aerofonos antiguos de barro, piedra, hueso y otros materiales fueron encontrados en exploraciones realizadas desde hace más de un siglo y aun no se analizan formalmente su estructura ni sus sonidos. Las omisiones anteriores se originan en que en las líneas de acción y programas de las instituciones educativas y de investigación relacionadas con las culturas antiguas no han incluido el estudio de la organología mexicana ni de su función sonora utilitaria. Ahora, ni en las escuelas de música del país se estudia científicamente la organología moderna importada que enseñan a tocar desde que se establecieron esas escuelas copiadas de otras del exterior.
En realidad los artefactos de viento con un gran hoyo tonal posterior no son silbatos, porque éstos se han definido como aerófonos unitonales. Los aerófonos microtonales pueden producir diversos sonidos variables en timbre y altura. Tampoco son ocarinas, porque sólo tienen un hoyo tonal. Esa designación se inventó y aplicó en Italia a los aerófonos globulares de barro que fueron adaptados para tocar música moderna, con los hoyos tonales requeridos. Los mejores sonidos que puede producir este tipo de aerófonos cantadores no son muy conocidos, ni son como la música melódica moderna con series o frases de tonos discretos, ya que son más cercanos a la de los seres biológicos que producen cantos continuos y variables en rangos amplios de alta tesitura y de cierta complejidad, como los generados por algunos pájaros. Esos sonidos no se pueden escribir fácilmente con realismo en pentagramas, pero aun se pueden escuchar en zonas rurales, en dónde aun no se ha devastado la biosfera.
La principal característica organológica distintiva de los aerófonos de inclinación es el diseño de su cámara resonadora. Es un pequeño tubo abierto en su extremo posterior sobre la embocadura, que funciona como un gran hoyo tonal operado por el labio inferior o superior. Cambiando el ángulo del aerófono, en relación a la boca, se pueden producir sonidos con una variación continua de altura, pasando desde su modo de operación cerrado hasta el abierto. Pero los sonidos más especiales y complejos, se pueden generar combinando varias obturaciones en diferentes velocidades con insuflaciones, configuraciones del tracto bucal, vibraciones de la lengua y de las cuerdas vocales, en forma compleja. Los sonidos más hermosos y fuertes son los que parecen de pájaros cantadores, aunque pueden generar sonidos parecidos a los de diversos animales de la fauna mexicana como grillos, chicharras, etc., mismos que se podían escuchar, aprovechar o venerar en el entorno de los pueblos antiguos, que vivían mucho más cercanos a la naturaleza que los de los pueblos urbanizados actuales.
Previamente, se han analizado diversos modelos experimentales similares de pájaros cantadores de barro que fueron copiados de la imaginación y de recuerdos de la niñez, porque no se había tenido acceso a ninguno de los antiguos que se han rescatado y registrado, ni se han visto en vitrinas de museos o en publicaciones. Se han construido algunos con más de un hoyo tonal y cámara resonadora, pero los sujetos del estudio de Ranas, Querétaro y uno de este trabajo son los primeros miembros de esta familia especial de aerófonos cantadores antiguos que se conocen y examinan en la realidad. Esos aerófonos cantadores no son muy conocidos, ni se han incluido en los sistemas de clasificación organológica existentes. Algunos investigadores que vieron y escucharon las replicas cantadoras de barro creyeron que eran invenciones recientes, ya que no son conocidos esos aerófonos antiguos de alta tesitura.
Los pájaros cantadores de barro y sus sonidos ya se dieron a conocer a los científicos internacionales de la acústica de instrumentos musicales en la Primera Sesión sobre Acústica de Instrumentos Sonoros Antiguos, en diciembre de 2002, en Cancún, México.
Es posible que se hayan encontrado otros aerófonos antiguos similares, pero que no hayan sido reconocidos y dados a conocer al público. Se ha visto que a algunos les parece que están rotos o incompletos, porque el hoyo tonal en muy grande y los silbatos globulares o tubulares normales son cerrados y generalmente cuando tienen hoyos tonales éstos son de menor diámetro.
Lo más relevante de este estudio es el aerófono cantador maya muy similar en su estructura, aunque de manufactura mas antigua, que los encontrados por Margarita Velasco. Eso puede servir para mostrar que los bienes arqueológicos sonoros pueden servir para descubrir relaciones organológicas-sonoras entre las culturas antiguas, cuando hicieron y usaron artefactos similares especiales, como el encontrar en este caso que los mayas tuvieron alguna relación de conocimiento tecnológico-cultural con los serranos. El poder descubrir relaciones de conocimiento organológico-sonoro es importante, porque las culturas antiguas apreciaban y usaban en todo tipo de ceremonias, ritos y fiestas sus artefactos sonoros.
El caso relevante de este estudio es excelente para mostrar que aun con el sólo análisis aislado (porque es la única opción) de los bienes arqueológicos sonoros recuperados puede servir para conocer algo de los usos, costumbres y gustos sonoros de los pueblos del México verdaderamente profundo y desconocido que desaparecieron hace varios siglos. América aun suena, pero ya no se incluyen muchisimos de los sonidos hermosos que eran producidos por nuestros antepasados, porque ahora ni los indígenas saben hacer sus generadores antiguos y ya no los pueden tocar. Cuando ya no existe la música del pasado en forma escrita o grabada, se pueden utilizar los artefactos sonoros antiguos (que son las mejores grabadoras que existen), ya que pueden volver a producir con gran fidelidad los sonidos que generaban en el pasado, si se sabe como hacerlo con un poco de imaginación y experimentación como se mostrará más adelante.
En culturas de Mesoamérica había aerófonos globulares de barro que podían producir sonidos de diversos animales como las aves (búhos, águilas, palomas, buitres, patos, etc) y podían estar hechos en esas formas escúltoricas, pero los tres aerófonos de Ranas y uno de Rancho Ina pueden producir sonidos muy parecidos a los de los pájaros cantadores, por su diseño organológico especial.
No se sabe como se llamaba el aerófonos microtonal y los silbatos de Rancho Ina y se conocen muy pocos nombres antiguos para los aerófonos cantadores de barro. Uno de ellos es el Huilacapiztli (en Náhuatl) que es un silbato de pico con forma de ave, pero nos se conoce su nombre en lengua maya. Los aerófonos cantadores de Ranas y Rancho Ina podrían ser llamados Huilacapiztlis, por los cantos que pueden generar.
Una gran ventaja para el análisis organológico de los aerófonos con un gran hoyo tonal es que éste permite conocer la estructura interna de su resonador y su mecanismo sonoro por medio del simple examen visual, lo que elimina la necesidad de tomas de rayos X o tomografías. Normalmente, estas son muy difíciles de hacer, por la falta de equipos requeridos en los museos y exploraciones y las dificultades de los trámites y la oposición de los administradores para poder ser examinados fuera de sus lugares de resguardo.
El sólo diseño y construcción del sistema sonoro indica que poseían un buen conocimiento en tecnología organológica-acústica . Es posible que hayan legado o proporcionado algun conocimiento a los más finos artesanos del barro cantador desarrolladas organológicamente de la Zona de Occidente o de otras regiones de Mesoamérica como algunos de la zona del Golfo, del Lago de Texcoco, de la Mixteca, la Huasteca, etc., además de la Serrana.
Usualmente, los artefactos antiguos que no son muy ricos en iconografía, en terminado o en colorido de su exterior, tampoco son muy apreciados ni examinado con profundidad. En este caso, la iconografía y las formas externas de los artefactos que pueden cantar, ser reparados o modelados no son muy ricas ni se ve que tengan color. Las figuras zoomorfas externas son muy significativas para su función sustantiva, porque parece que tienen relación cercana con los sonidos producidos. Un silbato parece tener un mechón en la cabeza.
Para la música, la musicología y la etnomusicología, los instrumentos rotos, incompletos o defectuosos no son de mucho valor, pero para el estudio de la organología antigua son muy importantes, cuando pueden servir para conocer visualmente sus sistemas de generación de sonidos y sus probables procedimientos de construcción, como se ha demostrado en varios casos. Algunos llaman apócrifas a las réplicas de artefactos antiguos, pero cuando éstos están rotos o incompletos, cuando sólo aparecen solo en fotos o dibujos y son inaccesibles porque están arrumbados en bodegas de museos o coleccionistas, los modelos experimentales pueden ser de gran utilidad, ya que constituyen la mejor y, en muchos casos, la única opción para explorar el rico y no muy conocido espacio sonoro antiguo, siempre y cuando se puedan estimar su estructura interna y dimensiones aproximadas. La otra opción es utilizar modelos matemáticos, pero éstos solo se han aplicado a un grupo muy reducido de diseños como los aerofonos globulares y tubulares más comunes y en la mayoría referidos a su acústica pasiva.
En la realidad se ha visto que sólo hay que construir modelos similares a los artefactos incompletos o defectuosos con su mecanismo sonoro corregido, para conocer y analizar los sonidos que pueden producir los artefactos antiguos mudos. Si ya se ha hecho eso mismo considerando sólo la información de fotos públicas de representaciones iconográficas de aerófonos antiguos que desaparecieron de este mundo desde hace muchos siglos como en el caso de las trompetas de un mural de Bonampak, es menos difícil analizar artefactos sonoros antiguos recuperados, aunque no estén completos y no puedan generar buenos sonidos.
Principales datos de cada aerófono.
Se muestran los tres artefactos sonoros, pero se analizan con mayor detalle los datos y resultados del aerófono de cazuelita, debido a que es el más relevante del lote, desde el punto de vista de los sonidos que puede producir, por su diseño especial y su posible semejanza con los de Ranas, Querétaro. Los datos de los dos silbatos también se mostrarán, porque es conveniente ir registrando las características organológicas de todos los aerófonos antiguos aunque sean conocidas sus características acústicas generales.
Vista lateral del silbato C91-E101.
Fotos de otras vistas: inferior y frente inferior.
Este silbato es el único que está completo, por lo que puede generar los sonidos que producía originalmente. Su diseño interno es muy similar al del silbato C91-E99, pero este tiene forma de un pájaro con cresta. Tiene dos patas, un hoyo para cuerda y adornos acanalados en el frente. La entrada del aire está en la cola. Dimensiones (cm): largo 6.5, alto 6.0, ancho 3.1. Boca circular: diámetro 0.8, grueso de pared x. Aeroducto: altura entrada 0.7, salida 0.2, ancho entrada 0.7, salida 0.3 y largo 2.0. Cámara: volumen x. 2 hoyos tonales: diámetro 0.3, grueso de la pared x.
Vista inferior del silbato C91-E99.
Fotos de otras vistas: lateral y frente.
Organológicamente está completo y puede producir los sonidos originales. Sólo le falta la cabeza, posiblemente de un Búho. Tiene dos patas, un hoyo para cuerda y adornos acanalados en el frente. Dimensiones (cm): alto 5.6, ancho 3.7 y largo 5.6. Boca circular: diámetro 0.8, grueso de pared x. Aeroducto: altura entrada 0.3, salida 0.2, ancho entrada 1.0, salida 0.3 y largo 2.0. Cámara: volumen x, Grueso de pared x.
Vista lateral del aerófono C91-E100.
Fotos de otras vistas: superior.
Se puede ver en al foto que este aerófono de cazuelita C91-E100 tiene la cámara resonadora rota, por lo que no puede reproducir los sonidos originales en su estado actual. Cuando se examinó, el aeróducto estaba tapado con tierra del mismo color, pero se limpió con un aguja y se pudo ver su estructura interna y funciona bien, Tiene una cabeza de pájaro y un hoyo para cuerda y no tiene patas ni decoración en su superficie. Sus ojos y boca se hicieron con punzonado y acanalado. Dimensiones del aerófono (cm): largo 5.0, alto 2.5, ancho 2.3. Boca casi redonda: diámetro menor 0.4, mayor 0.5, espesor x. Aeroducto: largo 1.6, ancho entrada 0.6, salida 0.3, alto entrada 0.2-0.25, salida 0.1. Cámara: largo 2.0, diámetro 1.5 (estimado) y grueso de la pared x.
Los tres artefactos están hechos con el mismo tipo de barro, café oscuro, y su técnica de construcción y quemado parece similar. Por ello, es posible que fueron hechos por la misma comunidad artesanal.
Construcción de modelos experimentales.
Considerando las dimensiones y las fotografías del aerófono de cazuelita es posible construir modelos experimentales, para determinar su posible procedimiento de construcción y poder analizar los sonidos que producía, si no se permite repararlo. El procedimiento de construcción es similar al mostrado para el caso de los aerófonos de Ranas, Querétaro. Tiene pequeñas diferencias en su estructura organológica. En este caso el aeróducto y la boca sonora están en la parte superior del aerófono, la cámara resonadora es ligeramente globular, el aeroducto no es tan delgado. Su estructura interna se puede mostrar con un modelo diseccionado.
Vista de un modelo diseccionado longitudinalmente de un modelo del aerófono C91-E100.
No se sabe si aun se puede conseguir el barro usado originalmente. En este estos ejercicio se uso una mezcla de barro fino de Oaxaca, semifino de Texcoco y arenoso de Tlayacapan, Morelos, cernido con una maya de mosquitero.
Modelo quemado del aerófono C91-E100.
El pico del pájaro se puede utilizar para sostener el artefacto con los dedos pulgar e índice cuando se toca. La mano debe estar hacia abajo para no obstruir la salida del aire de la boca sonora. Se hicieron varios modelos con variaciones en las dimensiones y se vio que funcionan bien.
Análisis de los sonidos.
La ecuación de Helmholtz [1] puede servir para estimar la altura aproximada de la fundamental (F0) de sus sonidos en su modo cerrado, pero para modelar la operación más compleja de los aerófonos de cazuelita no se han desarrollado ecuaciones que puedan modelar su operación.
F0 = (c/(2* pi))(S/(l'* V))1/2, [1]
Donde:
F0 = Frecuencia F0, en ciclos/seg o Hz.
S=1/4 pi d2 =Sección del hoyo sonoro en cm.
d= Diámetro promedio del hoyo sonoro en cm.
V= Volumen de la cavidad del silbato = pi*L*rˆ2 en cm2
c= Velocidad del sonido en el aire = 34,000 cm/s.
l'= l+0.7*d = Longitud de la pestaña corregida
l= grueso del silbato en cm.
pi=3.1416....
L=largo del tubo resonador.
Existe otra ecuación similar [2] que puede servir para estimar el factor de calidad del sonido Q de un resonador globular, en función a los mismos parámetros de la ecuación de Helmholtz:
Q = 2 * PI * RAIZ(V(l + 0.7*d) / s) ˆ3) [2]
Para dar una mejor idea de Q se pueden mencionar otros de sus significados. Q también es la agudeza de la resonancia de un resonador y se puede expresar como Q = w0/(w2 - w1). Donde, w2 y w1 son las dos frecuencias angulares, arriba de la frecuencia de resonancia (w0) para la cual la potencia relativa promedio ha caído a la mitad de su valor. Y la frecuencia de resonancia w0 = 2 * Pi *f0. Q se puede considerar también como la ganancia de un resonador que actúa como amplificador: Q = Pc/P. Donde, Pc es la amplitud de la presión acústica dentro de la cavidad y P es la amplitud de la presión excitadora externa. Es interesante hacer notar que este diseño organológico con un gran hoyo tonal contradice algunas teorías existentes sobre aerofonos globulares que no consideran la estructura del fino mecanismo sonoro, que en este caso es necesario. Por ejemplo, en el caso de las ocarinas se dice que no funcionan, si los hoyos tonales o su área total son muy grandes. Este caso también se contrapone a los que dicen que no se puede conocer la música que se tocaban con los artefactos antiguos, porque no hay escritos o grabaciones de ella, pero los cantos de pájaros naturales aun se pueden escuchar en muchas partes y es posible tomarlos como referencia para reproducirlos y para analizar su relación con los sonidos que pueden producir los pájaros de barro.
En el caso de los silbatos con hoyos tonales, la ecuación para estimar la F0 es más compleja pero es más difícil de poder representar bien las formas complejas de tocarlas, porque la constante para la velocidad del aire puede ser una función no lineal compleja con varias variables asociadas a las posibles formas de insuflación y el parámetro de la sección del hoyo tonal también puede ser una variable con un comportamiento no lineal.
Existen varias técnicas para el análisis de sonidos complejos, como las usadas para estudiar y caracterizar los sonidos de la voz humana, pero en este caso no se conocen los fonemas ni su significado. Los métodos más adecuados al caso son los utilizados para analizar los sonidos de animales como los de pájaros naturales que son sus modelos originales.
Lo menos que se puede hacer en este primer análisis es examinar los sonidos más complejos del modelo construido en el espacio del tiempo y las frecuencias por medio de espectrogramas, mismos que son adecuados para analizar señales que varían en el tiempo. Para ese fin, se utilizó el programa "Gram" de Richard Horne. La parte superior de las gráficas muestra las variaciones de intensidad de la señal grabada en el tiempo, que es el eje X. El eje Y es de las frecuencias en Hz y el grado de gris o negro es la amplitud de la señal en dB. Para eliminar las señales de ruido de baja intensidad y poder mostrar con claridad las componentes más fuertes, en los dibujos espectrales se eliminaron las señales menores de 30 dB.
Como la mayoría de los silbatos antigus, el modelo del silbato C91-E100 puede producir sonidos y "turulatos" (como se generan las letras RRRRRR). También pueden producir sonidos, biológicos de animales de medios rurales como grillos o bifónicos (agregando sonidos de las cuerdas bucales durante la insuflación), etc.
En el espectrograma 1 se dibuja una frase de sonidos complejos que se asemejan a cantos de pájaro, que son de los más hermosos que pueden producir estos aerófonos, combinando varias formas de insuflación y configuración del tracto bucal. En el espacio de las frecuencia se pueden dibujar una gran diversidad de señales que parecen culebras, olas, montañas, lomas, gusanos, y muchos otros objetos, paisajes y fenómenos ondulatorios o vibratorios, que varían en el tiempo como el mismo sonido de los pájaros.
Espectrograma 1 del sonido ondulatorio en frecuencia como el de un pájaro.
La última frase sonora representa un tipo de música especial practicada por nuestros antepasados, que pueden ser muy cercanos a los de los pájaros, mismos que muy probablemente existían, disfrutaban, veneraban y recreaban en la zona de Maya de Rancho Ina.
Para tener una idea del posible alcance de los sonidos generados se requiere estimar su potencia en base a mediciones de presión sonora. La presión sonora de los sonidos del aerófono 1, medida con un sonómetro, es de 82-92 dBs (a 1 metro y 0 grados). Con las ecuaciones [3 y 4] se puede estimar su potencia acústica radiada equivalente:
I = + (10 ^-12) * 10 ^ (dB/10) [3]
W = 4 * PI() * I [4]
Donde,
I = intensidad del sonido (W/m2)
dB = presión sonora medida con un sonómetro (dB) a un metro y 0 grados
PI = 3.1416....
W = potencia acústica radiada (Watts) = 0.01-0.1
La W estimada no es muy fuerte, pero considerando la altura de sus sonidos, que se encuentran dentro del rango de mayor sensibilidad auditiva del ser humano y de algunos animales como los pájaros 1-6 KHz, y sus armónicas, es suficiente para que se puedan escuchar a distancias considerables. Esos atributos de los sonidos los hacen ideales para que pudieran ser usados en ceremonias en las plazas y lugares abiertos del sitio de Rancho Ina y en aplicaciones de comunicaciones y señales en líneas de vista entre humanos y con pájaros dentro del centro ceremonial.
Será interesante investigar los sonidos de los pájaros naturales de la zona de Rancho Ina para ver si tienen similitudes. En la red existen pocos sitios con sonidos (.wav) de pájaros de México y menos con análisis espectrales, para poder hacer comparaciones de los cantos. Uno de ellos que incluye espectros es del Dr. Dan Menill con cantos de pájaros de la Península de Yucatán (las ligas se pusieron con su permiso). Una Sub-especie del Grupo "Yellow Warbler" (Dendroica petechia aestiva), el "Mangrove Warbler" (Dendroica petechia bryanti) del que se dispone un estudio detallado, genera sonidos con variaciones en la fundamental (F0) similares a los de Ranho Ina, aunque los cantos naturales son inigualables y en este caso son más agudos. Sin embargo, se pueden hacer modelos experimentales más pequeños, para producir sonidos de mayor altura, como el del espectrograma 2 siguiente. También se pueden hacer más grandes, para producir sonidos de mayor tesitura.
Espectrogramas 2 del sonido de un pajarito de barro.
La F0 se genera entre ~ 3000y 4200 Hz con armónicas hasta arriba de 10 KHz.
Tambien se vio que es posible hacer la forma escultórica como un pájaro de color y la boca sonora puede estar en la parte superior del aerófono como en el aerófono de Rancho Ina E91-E100.
Un pájaro cantador de barro, pintado de color amarillo.
Algunos que tienen educación de la llamada música culta desprecian los sonidos de animales, porque dicen que es música primitiva y salvaje, pero afortunadamente muchos aun existen y pueden generar cantos hermosos e inigualables. Miles de ellos aun viven en la selva y en los bosques, pero no destruyen el medio en que viven, como lo hacemos los que nos consideramos cultos y civilizados. Algunos grandes compositores (como Mozart y Beethoven) intentaron incorporar en sus piezas sonidos de pájaros, pero no han podido ser reproducidos en forma muy aproximada porque los instrumentos modernos conocidos de la música clásica no tienen capacidad para generar cantos de pájaros, con la similitud que sí lo podían hacer los "silbatos de cazuelita" de Ranas hace más de un milenio. Los únicos géneros de música moderna en que se ha incorporado aerófonos microtonales son la Zamba y la Batucada de Brasil, en las que usan en ocasiones los silbatos transversos de metal tocados en forma rítmica y microtonal.
Ahora, los modelos experimentales pueden volver a cantar en su sitio original, en la selva, en los bosques, en fiestas, etc. Se pueden aprovechar en escuelas, centros de investigación, laboratorios, salas de grabación, conciertos, museos, exhibiciones o en cualquier otro lugar que se desee escucharlos. Los pájaros cantadores de barro, también pueden servir para ser analizados con técnicas de las nuevas ciencias, como la bioacústica y la biomusicología, si no son de interés para los científicos y humanistas tradicionales o si sus técnicas y métodos no se pueden utilizar.
Conclusiones generales.
En general, se puede concluir que el diseño y construcción del aerófono E91-E100 y los sonidos que puede producir, muestran un fino y singular desarrollo organológico y acústico de sus constructores y usuarios antiguos. No sólo permiten conocer más y engrandecer el concepto actual que se tiene de los antiguos mayas, pueden servir hasta para enriquecer la más bella música. Los aerofonos de inclinación también han permitido mostrar que las culturas del México pretérito estaban más relacionadas culturalmente y tecnológicamente de lo que se reconoce. Maestros mayas de costa oriental de Quintana Roo usaron organológicas sonoras muy singulares, mismas que 3-6 siglos después aprovecharon y perfeccionaron los alejados serranos del norte de Mesoamérica, a más de 1,200 kilómetros de distancia lineal o 1,800 kilómetros de las carreteras modernas.
En el México Antiguo había muchos aerófonos de barro, pero muy pocos pueden generar sonidos de pájaros con la similitud que lo pueden hacer el aerófono microtonal de Rancho Ina y los de su tipo de Ranas. Lo que no se puede saber con certeza es el uso exacto de esos sonidos especiales, aunque pudieron ser utilizados para llamar o cazar los pájaros, cantar con ellos, usarlos en fiestas simulado cantos de pájaros, para platicar con ellos o para comunicaciones y señales entre humanos.
Técnicamente, se ha demostrado que es posible empezar a conocer y caracterizar los bienes sonoros mexicanos, estimando sus parámetros organológicos, así como determinando sus características, patrones y posibilidades sonoras en el espacio del tiempo y de las frecuencias. Sólo después de realizar análisis similares, aplicados a todos los artefactos relevantes recuperados, es posible pensar en poder clasificar y correlacionar formalmente, sistemáticamente, con profundidad y fundamento la organolagía de las diversas culturas antiguas.
Se ha mostrado que los aerófonos antiguos, aun con diseños sencillos, pueden generar un conjunto amplio y complejo de señales sonoras, si se acoplan a las posibilidades acústicas del tracto bucal del ser humano.
Con el estudio y redescubrimiento de los aerófonos antiguos, los propios indígenas y artesanos que aun sobreviven en zonas rurales pueden volver a conocer y aprovechar la rica organología antigua de viento y sus hermosos cantos que usaban sus antepasados en las ceremonias y fiestas, ya que los animales de la naturaleza sólo cantan cuando ellos quieren, como lo hacen los pájaros en primavera. Con el rescate del conocimiento de sus antepasados los artesanos del barro también pueden obtener mayores ingresos por sus productos, lo que puede ser muy importante, ya que ahora la mayoría vive en zonas de gran pobreza y no se ven acciones reales para su desarrollo, sobre todo, si se insiste en continuar impulsando las políticas y programas iniciadas hace cinco siglos para incrementar la dependencia del exterior, importando toda clase de gustos, costumbres, productos, partes y servicios como los musicales, los de audio y los de comunicaciones profesionales.