Ehecachichtli
Aerófono del dios del viento Ehecatl
Un antiguo generador de caos, sonidos y ruidos complejos, llamado silbato bucal, de la muerte y de viento, aerófono de doble diafragma, de fuelle, muelle o resorte de aire.
Una joya sonora hecha con el singular y poco conocido ópalo rosa de Jalisco, México.
Roberto Velázquez Cabrera
Instituto Virtual de Investigación Tlapitzcalzin.
(Documento consultivo en construcción)
Primera versión 20 de mayo de 2003. Última versión 16 enero de 2004
Introducción.
Este trabajo tiene tres objetivos principales. El primero, es analizar la subfamilia más antigua y sencilla de los aerófonos que tienen dos hoyos, una pequeña cámara resonadora y un fuelle de aire (resonador globular de Helmholtz) para producir señales complejas con ruido. Se desconoce su designación original en lenguas mexicanas antiguas, aunque se propone llamarlo Ehecachichtli artefacto sonoro que produce el sonido del viento, usando las palabras del Nahuatl Ehecatl (dios del viento) y chichtli (instrumento que produce el sonido chich, chich). El segundo, es instrumentar una recomendación de una tesis (1) para aplicar una metodología sencilla de análisis a casos especiales de aerófonos antiguos relevantes. El tercero, es recopilar y dar a conocer la poca información publicada sobre estos extraordinarios y antiguos aerófonos bucales, ya que no son bien conocidos. Por esa razón, en el siguiente apartado se incluye la información encontrada en la que se comentan los aerófonos de esta subfamilia.
En lugar de tratar de mostrar en un documento todo tipo de artefactos sonoros de una cultura mexicana, de una época o de todas las sociedades y épocas, como se ha intentado en forma introductoria por otros autores, ahora se requiere estudiar a fondo cada tipo relevante de objeto sonoro, para que después de conocer sus características sea posible hacer clasificaciones, agrupaciones y correlaciones organológicas, acústicas, temporales, espaciales o culturales, ya que no se pueden hacer bien con información superficial. En este caso, ya fue posible determinar algunos de los atributos del Ehecachichtli bucal y conocer sus principales propiedades acústicas, su funcionamiento, así como derivar conclusiones importantes. La más relevante es que algunos maestros indígenas del México más antiguo tenían y aplicaban conocimientos avanzados (de organología, acústica, comunicaciones y señales) que no han sido bien reconocidos, ni por los estudiosos de nuestras primeras sociedades.
El sujeto del estudio se ha denominado como silbato bucal, pero en realidad es un aerófono especial porque puede producir sonidos de varias alturas, timbres, anchos de banda y potencias. Se propone denominarlo como Ehecachichtli bucal de dos hoyos para horar al dios del viento Ehecatl, genera sonidos como el viento y tiene la forma de su boca de pico y para distinguir su mecanismo sonoro particular, porque hay otros aerófonos o silbatos bucales. Los más conocidos son los que generan sonidos con membranas de plástico (como el que usan los que venden globos), el de ligas elásticas (como un silbato de hoja de lata que se usaba en zonas rurales), de hojas vegetales y otras membranas (que aun se toca también en medios rurales) y la boquilla de lengüeta de carrizo o cañas (como las boquillas de saxofón, clarinete, oboe, fagot, etc.).
El primer análisis es indirecto, en base a los antecedentes bibliográficos, tipo antología siguiendo el orden cronológico de las publicaciones conocidas y consultadas, así como la información encontrada sobre el llamado silbato bucal. Se incluyen breves comentarios y, en donde procede, se muestran los resultados de otros estudios relacionados incluyendo algunos propios. En cada caso se proporciona las fotos o dibujos y se transcriben los párrafos completos en los que se comenta el aerófono o silbato bucal, para su mayor comprensión contextual y mostrar las opiniones publicadas por los investigadores. Se mantienen los números de las figuras originales que se mencionan. El segundo grupo de apartados se refiere a los estudios del autor y el tercero es sobre los casos encontrados en el exterior. Al final, se incluyen las conclusiones generales.
Las figuras del hipertexto se pusieron en ligas para facilitar la transferencia del escrito a los que no disponen de enlaces de comunicación de alta velocidad. Se solicitó a los autores el permiso para usar sus figuras y texto mostrados en este ensayo abierto, de tipo educativo no lucrativo. También se informó a otros expertos relacionados con el tema. Las opiniones que se reciban se incluirán al final del documento.
Estudios de Mesoamérica localizados y consultados .
Varios investigadores dieron a conocer algunos textos de los descubrimientos del primer investigador que empezó a estudiar con seriedad estos aerófonos, el Ing. José Luis Franco. Uno de ellos es Samuel Martí (2) en 1962 y otro es Pablo Castellanos (3) en 1970, pero como no incluyeron comentarios o información sobre el silbato bucal, se transcribe lo que informó directamente el Ing. Franco en 1971 (4) su apartado de la familia que designó como Aerófonos de Fuelle de Aire:
La última familia de instrumentos de Veracruz que describiré aquí produce sonidos por un medio que no ha sido descrito todavía para ningún instrumento en el mundo. Los he estado estudiando por los pasados diez años. La muy corta descripción que sigue, es por necesidad, bastante técnica. El generador de ondas en estos aerófonos es una masa de aire contenida en una cámara independiente que trabaja como un resorte de aire, su oscilación pasa a la cámara principal cuyo tamaño funcional se puede cambiar por los medios usuales para cambiar la frecuencia. Como se puede deducir de las figuras esquemáticas 44-45, trabaja como un tubo cerrado, sonando una octava más baja que una flauta normal del mismo tamaño y proporciones. El sonido es suave, como de lengüeta y muy placentero. Sin embargo este sistema puede ser usado y fue usado para producir sonidos extremadamente desagradables. Empleando el mismo sistema, se hicieron instrumentos análogos a los de la familia de aerófonos tubulares como las flautas, Fig. 46, ocarinas y silbatos Fig. 44 y 45. Un artefacto especial en esta familia se ilustra en la Fig. 43. Lo llamo silbato bucal. Se introdujo dentro de la boca del tocador, permitiéndole duplicar un sistema idéntico al de la Fig. 45. En este caso, se pueden producir variaciones en la altura, cambiando el volumen y forma de las dos cavidades una arriba y otra abajo de la lengua. Estos instrumentos son muy viejos en Mesoamérica. La información que ahora tengo muestra que todos menos una de las principales variaciones pueden pertenecer cuando menos al siglo octavo a.C. en un contexto Olmeca. Todavía no he hecho ninguna publicación formal de estos Aerófonos de Muelle de Aire, pero actualmente estoy preparando una monografía extensa que será publicada por el Instituto de Etnomusicología de la Universidad de California de los Ángeles.
Dibujo de José Luis Franco con las Figuras 43-46.
Otto Schondube, actual curador del Centro Regional INAH de Guadalajara, en su artículo (5) de 1986 informa sobre unos aerófonos de hueso de occidente (Michoacán) que llama gamitaderas:
Curiosamente para esa parte temprana (horizonte prehistórico, cuando los grupos eran nómadas y tenían una economía de apropiación basada en la caza y la recolección), podemos ya hablar de algunos elementos de carácter "musicológico"; me refiero a falanges fosilizadas de animales prehistóricos, quizás de venado o caballo, que presentan una perforación y un ahuecamiento en su cuerpo poroso; hay que aclarar que la perforación no es completa, es decir no pasa de un lado a otro de la falange. Este tipo de objetos, de indudable manufactura humana, también han sido encontrados en Europa en niveles paleolíticos y han sido interpretados como instrumentos musicales. Otros instrumentos musicales un tanto extraños pueden igualmente tener ese origen temprano. Se trata de principalmente de objetos casi siempre de forma semilunar, provistos de una incisión y a menudo también de un perforación. Se ha supuesto que esas piezas funcionan como silbatos, similares a las hojas de laurel que se meten en la boca algunas personas para producir sonidos. Lógicamente se cree que esos instrumentos no pueden producir mucha variabilidad en sus sonidos; también por el nivel de las culturas que los produjeron, se cree que estos instrumentos tuvieron funciones de gamitadera, es decir, de reclamos para animales. (Foto 1 y 2). Los anteriores instrumentos son los dos únicos instrumentos que se conocen para estas fechas tempranas; las "gamitaderas" se siguen en etapas posteriores y en ocasiones y en ocasiones se manufacturan en tiestos retrabajados; en cambio las falanges, algunas de las cuales se remontan a los casi 10,000 años a.C. se desconocen en los grupos sedentarios.
Foto 1. Silbato con función de gamitadera, procedente de Michoacán. Material: hueso. Largo 7.34 cm. Alto 1.94. Espesor 0.94. Cajón 13 "E" Museo Regional de Guadalajara (foto de Miguel Ángel Sotelo).
Foto 2. Silbato con función de gamitadera, zoomorfo. Presenta una perforación que vendría siendo los ojos y sirve para suspensión. Procedencia: Michoacán (aunque no hay certeza de ello). Materia: hueso (costilla). Largo 15.8 cm. Espesor máximo 1.43 cm. Cajón 13 "E". Museo Regional de Guadalajara (foto de Miguel Ángel Sotelo).
Jorge Dájer, investigador y que es el único compositor vivo de música clásica con instrumentos prehispánicos, en su libro de 1995 (6) incluye comentarios sobre los artefactos presentados por Schondube (5) y un aerófono de hueso de esa subfamilia especial de Michoacán:
Otro de los pocos investigadores que tocan este tema, en relación a Michoacán, es Otto Schondube B., quién aconseja el enfoque interdisciplinario por parte de la arqueología y la musicología. Empero no encontró muchos instrumentos oriundos, y sólo aporta fotografías de tres aerófonos de hueso que localizó en el museo regional de Guadalajara, los cuales cree sean "gamitaderas". Pero la gamitadera o balitadera es (según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española) un "instrumento que imita la voz del gamo". Similar a las ocarinas de hueso, un ejemplar en Museo del Estado de Morelia ha sido, según su correspondiente cédula, identificado como "lanzadera" (para telar num. 4797, del acervo del Museo del Estado de Michoacán). Emulando a Curt Sachs diría que ambos están equivocados, pues tras averiguar la sofisticada técnica para tocarlos y comparándolos con las gamitaderas etnográficas recopiladas por Hellmer en la selva de Guerrero, me parece que estos aerófonos no lo son, y menos aún lanzaderas, sino ocarinas de entonación libre en que la cavidad bucal del tocador hace las veces de cámara; además su timbre es distinto al de los venaditos y su rango tonal es más equiparable, en los grandes instrumentos, al de una soprano absoluta.
"Ocarina" de hueso. Proviene de Araró. Foto de Jorge Dájer. El sello redondo con glifo mide 22 mm.
Guillermo Contreras, investigador de CENIDIM y profesor de la Escuela Nacional de Música de la UNAM, en su libro de 1988 (7) comenta en el apartado de Aerófonos de Dos hoyos:
Se parecen a los de embocadura pues son ejecutados por el ataque en un filo, en este caso circular; la distancia y proporción con el aeroducto se da en forma tan cercana que desatan ruidos e interferencias que provocan timbres inusuales. Existen tres versiones básicas: una placa de piedra, hueso, barro o concha que en uno de sus cantos largos representa un surco, traspasado por un hoyo que atraviesa perpendicularmente la placa en configuración cónica en cada lado. Aunque descrito ideográficamente en la parte superior izquierda de lamina LXX del Códice Florentino y Textualmente por Torquemada en el Libro XIV Cap. II de su Monarquia Indiana "....y otros dan silbos con unos huesuelos que suenan mucho..."la identificación del instrumento es difícil porque sólo es complementado al introducirse en la cavidad bucal; obstruyendo con la lengua el canto opuesto al de la ranura se forma una cámara globular con el lecho bajo de la lengua y el maxilar inferior, en ese momento el hoyo inferior constituye un filo corrido y el superior funciona como aeroducto al pasar por él el aire emitido desde la garganta. Este instrumento, del que han aparecido piezas en diferentes culturas precortesianas, cuenta con una peculiaridad al ser constituida su cámara con parte de la lengua que puede dilatarse, contraerse o doblarse las dimensiones de la cámara y por lo tanto su altura puedan ser variadas.
Instrumentos del Mizcoacalli. Codice Florentino. Libro VIII. Lam. 70. Foto de Guillermo Contreras.
Vista de cortes longitudinales de aerófonos de dos hoyos. Dibujo de Guillermo Contreras.
Silbatos de dos hoyos. Cultura de Occidente. Son los dados a conocer por Otto Schondube. Foto de Guillermo Contreras.
Susan Rawcliffe, ceramista, música e investigadora independiente, en su artículo de 1992 (8) proporciona varios dibujos de aerófonos de dos hoyos. El párrafo en que incluye comentarios sobre el silbato bucal que llama "Flauta de Ducto Cámara" es el siguiente:
El uso del sistema de ducto cámara (Fig. 12) es único para el mundo precolombino y amerita estudio futuro. De acuerdo a Franco, los instrumentos que usan este sistema, que el llama "aerófonos de muelle de aire", pueden pertenecer a la cultura Olmeca del siglo octavo a.C. En el corazón de este sistema hay una pequeña cámara en la que dos hoyos opuestos dirigen el aire de entrada y salida, como en el silbato de tetera o silbato bucal de Brasil. En el sistema de cámara ducto de producción de sonidos, los dos factores críticos son el tamaño de estos hoyos opuestos y la distancia entre ellos. Otra cámara se puede construir alrededor de estos hoyos de soplado, y se pueden construir hoyos obturadores o de salida adicionales. En este caso, por el que entra el aire debe ser un poco menor que el segundo hoyo. Este factor interactúa con la distancia entre el tamaño de los dos volúmenes de una manera que todavía no se entiende. El timbre resultante del sonido va de ruido de raspado o de aire a tonos de lengüeta. Cambios en la presión del aire altera la altura y el timbre. Con dos hoyos de salida de dimensiones diferentes, hay tonos fijos (excluyendo obturaciones a la mitad).
Fig. 12. Sistema de ducto cámara o cámara ducto.
Comentarios sobre los estudios anteriores.
El aerófono bucal no es un silbato normal, porque puede producir sonidos de varias alturas y timbres.
Aeófonos similares se han encontrado en otras zonas, lo que se mostrará más adelante.
Tampoco es un instrumento musical, porque sus sonidos pueden no ser musicales, como los producidos por los instrumentos musicales modernos.
Los dos hoyos del aerófono bucal no son diafragmas porque su abertura no es variables, como las que tienen las cámaras fotográficas para variar la luz de entrada.
Sus sonidos son diferentes a los de silbatos de hojas de laurel, porque éste funciona como instrumento de lengüeta que produce armónicos.
No es una ocarina, porque éstas son aerófonos globulares adaptados para tocar escalas musicales modernas.
Tampoco funciona como el silbato de tetera, porque este no tiene un resonador que actúe como fuelle de aire.
Los estudios interdisciplinarios son necesarios, pero sólo se propuso incluir a los arqueólogos y etnomusicólogos. No se conoce un sólo caso en que se haya instrumentado ese enfoque, ni por arqueólogos ni por etnomusicólogos. Para estudiar bien la organología y sus sonidos también se requieren de otras técnicas como física, acústica, ingeniería, análisis de señales, materiales, etc.
Es una lástima que no se disponga de información sobre las gamitaderas de Raúl Hellmer, para conocerlas y hacer comparaciones.
La información proporcionada es suficiente para conocer lo fundamental de los aerófonos bucales de dos hoyos o de fuelle de aire. Sin embargo, no se dispone de los datos organológicos necesarios para poder estudiar experimentalmente los artefactos sonoros, ni de sus análisis acústicos o de las señales de los sonidos que permitan conocer su función sustantiva con precisión y claridad. Es un lástima que los investigadores nacionales y del exterior que han tenido acceso a los artefactos sonoros antiguos no hayan podido realizar y dar a conocer mediciones con equipo de metrología acústica en condiciones controladas.
El aerófono bucal y su familia que generan sonidos con dos hoyos no han sido incluidos en detalle en ningún sistema de clasificación organológica existente ni han sido analizados con profundidad en la literatura científica de su función sustantiva.
Es posible que existan otros bienes sonoros similares nacionales almacenados en bodegas de resguardo y que no hayan sido reconocidos como aerófonos bucales de dos hoyos o que no se han dado a conocer al público, como unos metálicos que se encontraron en Tlaltelolco (comentario de un miembro del Grupo musical 5 Flor).
Primeros estudios del autor sobre aerófonos bucales de dos hoyos.
En este apartado se incluyen algunos comentarios sobre la estructura y funcionamiento, así como fotos, dibujos, sonidos y espectrogramas para mostrar la diversidad de señales que puede producir este tipo de artefactos sonoros. También se proporcionan estimaciones de potencia acústica radiada, como elementos mínimos para complementar el análisis organológico - sonoro. La información y datos de detalle se incluyen en los estudios de referencia, mismos que también están abiertos en la red para consulta pública, con el objeto de ayudar a contrarrestar la prohibición y el olvido.
Corcholata aplanada, doblada y perforada.
Un descendiente directo del aerófono bucal antiguo (9) era hecho de metal con corcholatas o tapaderas de refrescos o cervezas y se usaba por niños en diversos pueblos, incluyendo algunos del Occidente de México como Jalisco, hasta hace medio siglo. Fue el primer silbato del autor, experiencia que sirvió para poder reconocer otros aerófonos similares. Era un juguete para competencias sonoras. La competencia era para ver quien podía producir sonidos más fuertes y variados. Podía generar diversos sonidos, desde silbidos hasta sonidos ruidosos, dependiendo de su construcción y operación. Los sonidos de los silbatos de corcholatas se pueden escuchar muy bien a más de un kilometro, si se toca por un experto y se escucha en espacios abiertos sin obstrucciones, como entre colinas o montañas. Su potencia radiada es de hasta 1 Watt. Es muy sencillo de hacer y su estructura se puede ver bien a simple vista.
Foto del aerófono o silbato de corcholata.
La sencillez del diseño y construcción de algunos aerófonos antiguos, como el bucal, contrasta con la complejidad de los sonido que puede producir, lo que se origina principalmente por su pequeña cámara y sus dos hoyos generadores de caos y por operar acoplado directamente al sistema del tracto bucal del ser humano, para poder aprovechar sus posibilidades acústicas de generación y modulación de sonidos complejos. En el siguiente espectrograma se muestran los componentes de frecuencias de un sonido de la corcholata perforada y doblada a cerca de 30 grados.
Espectrograma de un sonido complejo de la corcholata.
Los espectrogramas son adecuados para analizar en el dominio de las frecuencias las señales con componentes complejas que pueden variar en el tiempo, como las del aerófono bucal. Se generaron con el programa de visualización de señales Gram de Richard Horne (31). En el eje horizontal se muestra el tiempo (segundos), en el vertical la frecuencia (Hz) y en colores el nivel de intensidad sonora (dB).
Escala en colores del nivel de la señal en dB.
(-60 dB, o azul oscuro, es cuando no hay señal)
Se han construido varios cientos de aerófonos de esta familia ruidosa de aerófonos, hasta hoy poco conocida y estudiada formalmente, que muestran la gran riqueza y variedad de las posibilidades acústicas y de su uso. Existen varios diseños organológicos internos para producir señales complejas con ruido. En la mayoría de ellos, el corazón interno de su sistema sonoro es similar al del silbato de corcholata. Una forma sencilla y clara de mostrar la estructura organológica interna es usando modelos diseccionados sin decoraciones externas.
Modelos diseccionados de barro de algunos diseños internos.
(el bucal se muestra en la esquina superior izquierda)
Las formas externas posibles de esta familia son infinitas, sólo limitadas por la capacidad de imaginación o creación, pero su análisis de detalle se dará en estudios posteriores. Estos singulares aerófonos mexicanos pueden ser materia de estudios avanzados, como doctorados, pero no se han encontrado instituciones educativas o de investigación y expertos capacitados interesados en su posible análisis. Los artefactos antiguos de esta familia que existen arrumbados en bodegas de museos y colecciones no han sido dados a conocer con detalle y profundidad en la literatura científica de su función sonora sustantiva.
Algunas formas externas de modelos ruidoso de barro.
Es importante analizar con profundidad el funcionamiento del Ehecachichtli porque constituye el corazón de todos los miembros de la familia, como lo señaló Susan Rawcliffe (8). Como resultado de esos trabajos de construcción se han podido analizar diversas hipótesis y se ha visto que cada uno de los factores organológicos (dimensionales y estructurales) de su diseño afectan los sonidos producidos. Los sonidos pueden ser diferentes en varios de sus parámetros técnicos: en intensidad de presión sonora (dB) o potencia acústica radiada en (W) Watts; en su fundamental F0 o altura en Hz; en timbre o cantidad y forma de los armónicos o frecuencias superiores o inferiores a F0; así como contenido y tipo de ruido y; en el factor de calidad de los sonidos (Q), ganancia del resonador o agudeza del sonido.
Factores dimensionales del diseño mexicano bucal de dos hoyos.
En este apartado se muestran los parámetros o factores estructurales y dimensionales del diseño más conocido y simple en México.
Dibujo del diseño del aerófono bucal mexicano con su corte longitudinal.
Donde.
a. Ángulo de abertura del resonador. Determina la distancia entre los hoyos. La forma de la esquina interior de la cámara puede ser redonda.
d1. Diámetro del hoyo superior, por el que entra la corriente de aire.
d2. Diámetro del hoyo inferior que se acopla al resonador globular bucal.
d3. Distancia del vértice interior al hoyo superior. También determina la separación entre los hoyos.
d4. Grueso de la pared, alrededor del los hoyos.
d5. Largo del resonador. También afecta el ancho del resonador y su superficie.
Ya se ha reconocido la importancia de algunos de esos factores como el diámetro de los hoyos (d1 y d2) y su separación, pero no se ha determinado el detalle de su relación funcional ni los efecto de sus variaciones.
En algunos de ellos ya se tiene una idea general. Por ejemplo, se sabe que los hoyos d1 y d2 deben ser pequeños (de 2 a 4 mm), el diámetro del hoyo inferior (d2) debe ser mayor al del superior (d1), pero no se ha explicado para qué ni porqué.
El ángulo a debe ser pequeño (hasta alrededor de 30 grados) y la separación entre los hoyos debe ser similar al diámetros de los hoyos d1 y d2.
Si se quiere provocar una dinámica de alta intensidad caótica/sonora, dentro de la pequeña cámara resonadora, toda la corriente de la masa de moléculas y ondas de presión de aire de entrada debe chocar con las ondas de presión que regresan de la cámara bucal cerrada, para generar los mayores efectos del choque, difracción y refracción producidas en las esquinas circulares interiores de los hoyos, dónde se generan los sonidos. Si la distancia entre los hoyos aumenta o el diámetro del hoyo inferior disminuye, hay mayor dispersión hacia los lados del chorro de aire a la salida del hoyo superior y la intensidad del caos/sonido disminuye en la pequeña cámara.
Otro efecto de la disminución de la separación entre los hoyos o el ángulo entre las paredes planas del aerófono, es el de aumentar las Fn de las resonancias de mayor intensidad y disminuir su banda o aumentar el factor Q de las señales, que puede llegar a ser un tono puro o casi puro, como sucede con el silbato de corcholata, si el ángulo a es cercano a cero y la distancia entre sus hoyos es de aproximadamente 2 mm.
Los componentes de frecuencias de los sonidos pueden variar notablemente cambiando un poco el ángulo de operación horizontal, la lengua se puede usar para cerrar o abril periódicamente el hoyo inferior d2 y se pueden agregar sonidos vocalizados haciendo vibrar las cuerdas vocales durante la insuflación.
Espectrograma de un tono puro con dos armónicas del silbato de corcholata.
En todos los casos analizados se ha visto que los aerófonos bucales son muy efectivos para producir sonidos que parecen del inframundo o de gemidos, de gruñidos de animales conocidos y desconocidos, así como sonidos de la naturaleza, similares a los de vientos suaves o fuertes del inframundo o del infierno que se denominaban en Náhuatl mictlampa ehécatl o huitztlampa ehécatl. Es conveniente señalar que el viento era muy importante en las culturas mexicanas antiguas, ya que lo atribuían a uno de los dioses más antiguos e importantes, asociado también a la vida, el aire, el cielo y la creación: Ehékatl-Quetzacóatl..
Los métodos de análisis musical no son útiles en este caso, porque algunos de sus mejores sonidos no son musicales y otros son parecidos a los silbidos. En algunas sociedades "cultas", ni los silbidos producidos por la boca eran y son bien aceptados, aunque son de utilidad para señales y comunicaciones en medios rurales, deportes, etc. Los silbatos tampoco se consideran instrumentos musicales y son menospreciados, porque dicen que son primitivos, simples o poco serios y que sólo producen un tono. La antigüedad no implica falta de seriedad, ni la modernidad la asegura, ya que hay muchos productos actuales que son verdadera chatarra y hay tesoros antiguos que ni siquiera se conocen y entienden. Muchos sonidos y efectos complejos de los silbatos antiguos se desprecian, porque se desconocen. Parece que no se dan cuenta que hasta los aerófonos más desarrollados y complejos como los órganos funcionan como silbatos tubulares cuando se opera una nota musical con cada uno de sus tubos.
Es cierto que algunos músicos sólo pueden producir una nota plana con los silbatos, pero se ha visto que es posible producir sonidos con varias fundamentales o alturas y timbres con algunos de ellos, como el del caso bajo análisis. Hay pocos silbatos sencillos que se utilizan en la música, como el de la zamba brasileña. Los silbatos son más apreciados en otros campos de aplicación de la acústica, como en comunicaciones y señales: deportes, policía, cacería, vigilancia y hasta militar, en los casos que no se pueden usar fuentes de energía como la eléctrica. Sin embargo, los que producen ruido no se han aplicado en sistemas modernos de comunicaciones y señales ni de música, porque normalmente consideran el ruido como indeseable aunque éste se produce en la naturaleza y hasta en la voz humana.
Desde la conquista, con muy pocas excepciones, los "cultos" de las élites del poder son los que más han traído, adoptado y apologizado las modas, usos, costumbre y artefactos originadas en el exterior y son los que más han despreciado y atacado a las sociedades indígenas mexicanos, sus culturas y su tecnología. Hasta los más nacionalistas, como los que escribieron nuestras primeras constituciones, lo hicieron con ideas y enfoques importados, de colonizados, sin contemplar ni atender los reclamos indígenas ni su cultura. Tradición legislativa que se ha continuado con efectividad hasta nuestros días por los neoconservadores declarados y los disfrazados de revolucionarios.
En este caso, en lugar de buscar semejanzas con notas y escalas de la música importada, es más adecuado aplicar herramientas y enfoques científicos, sin sesgos etnocentristas o culturales, para encontrar las propiedades físicas de los artefactos y sus sonidos, así como las relaciones de éstos con la percepción sonora del ser humano y animales. Su análisis detallado requiere de técnicas organológicas, acústicas, de señales, dinámica de fluidos, visualización de sistemas dinámicos caóticos, etc. en adición a las propias de su campo antropológico y arqueológico, aunque en el caso que nos ocupa esa última información publicada es muy reducida.
Percepción auditiva.
Es más conveniente analizar los sonidos del aerófono bucal en función a la capacidad de percepción auditiva. En los espectrogramas de todos los casos analizados se puede observar que los sonidos se generan dentro de la banda de frecuencias (1-5 KHz) de mayor sensibilidad auditiva del ser humano, misma que se muestra en la gráfica de contornos de percepción auditiva. Por ello, esos sonidos a algunos les molestan, pero eso mismo significa, que sus mecanismos sonoros fueron diseñados y construidos para que sus sonidos se pudieran escuchar con alta intensidad a corta distancia o poder ser escuchados a largas distancias por seres humanos.
Contornos de percepción auditiva o de igual nivel de sonoridad para tonos puros con el sujeto frente a la fuente (18).
La curva más baja de la gráfica muestra el umbral de audibilidad promedio para el oído normal (no dañado) del ser humano. La frecuencia máxima de sensibilidad esta cerca de 3-4 Hz. Los tonos altos y bajos requieren de mayores valores de Lp (NIre10^-12 W/M2). El umbral de audibilidad es el mínimo nivel perceptible de intensidad de campo libre de un tono que se puede detectar de una frecuencia sobre toda la gama del oído.
Debido a que algunos animales tienen sensibilidad auditiva en esa misma banda, como los perros domésticos, que pueden escuchar sonidos de mayor frecuencia (40 Hz - 46 KHz), también pueden escuchar los sonidos de los aerofonos bucales a largas distancias y ser útiles para enviarles señales.
Potencia acústica.
Otro factor importante en el análisis de artefactos generadores de sonidos es su potencia acústica. La potencia acústica radiada real de los aerófonos bucales puede ser alta, hasta de 1 Watt en el caso de la corcholata perforada (109 dB), y su potencia percibida lo es más por la banda de sus frecuencias y porque se generan crestas con ruido en esa mima banda lo que refuerza los efectos auditivos.
La potencia acústica radiada se estimó con la formulas 1 y 2 expresadas en formato de MS Excel:
I = + (10 ^-12) * 10 ^ (dB/10) (1)
W = 4 * PI() * I (2)
Donde,
I = intensidad del sonido (W/m2)
dB = presión sonora medida con un sonómetro (dB) a un metro y 0 grados
PI = 3.1416....
W = potencia acústica radiada (Watts)
Es difícil hacer comparaciones con sonidos biológicos de la selva mesoamericana porque los que aun existen no se han estudiado (no se han encontrado disponibles) y otros ya desaparecieron. Los más antiguos, como los de dinosaurios, sólo se han podido tratar de reproducir usando mucha imaginación e información paleontológica, computadoras y sintetizadores aplicados a sonidos de animales que aun existen, para crear efectos sonoros especiales en películas y videos. En el pasado, para crear efectos sonoros similares, se usaban dispositivos de materiales naturales que tenían a la mano como barro, hueso, conchas, piedra, etc.
La gamitadera.
Para mostrar un ejemplo de un caso complejo de aerófono con tres cámaras (no bien conocido), en el que una de ellas corresponde al mecanismo sonoro que nos ocupa y que se relaciona con una aplicación sonora mencionada por Otto Schondube (5), se muestra información del estudio virtual de la llamada Gamitadera (10). El corazón de su estructura es un mecanismo de dos hoyos, pero en este caso no es bucal. Se encontró al sur Veracruz, cerca de Soteapan, pero no se ha precisado su posible antigüedad. Ese artefacto de la Zona Olmeca no es un instrumento musical y si puede generar sonidos parecidos a los de un gamito o venadito y de otros animales, dependiendo de su estructura, forma de construcción y operación, por lo que podría ser usado como llamador de animales. Eso es lo que creen los empleados del Museo de Antropología de Xalapa que han escuchado sus gemidos o gruñidos, pero sus sonidos ni su estructura interna reales se han dado a conocer al público.
Dibujo de la estructura interna supuesta de la gamitadera. (Se hizo analizando unos modelos experimentales hechos en barro por Don Brígido Lara, escultor que trabaja en el Museo de Antropología de Xalapa).
Dibujo publicado por Susan Rawcliffe (8).
(Comentó que lo hizo después de un análisis visual cuidadoso).
Espectrogramas de sonidos de varios modelos de la Gamitadera.
(Se ven dos grupos de señales con similitudes).
Este es el sonido de uno de ellos, el tercero.
Este tipo de instrumento puede producir otros sonidos, en adición a los generados por el silbato de corcholata como la posible generación de sonidos vocalizados, si se forma otra cámara variable con las manos alrededor del hoyo de salida o se hacen vibrar los labios durante la insuflación, porque tiene un capuchón alrededor del hoyo de entrada del aire, que lo permite. La estructura compleja de estos aerófonos y las diversas formas posibles de operación muestra ciertas dificultades hasta para su clasificación organológica ya que puede pertenecer a varias de sus ramas.
La potencia producida depende de la forma de tocarla. Puede producir sonidos suaves como los de un venadito o fuertes como los de animales de la antigua selva olmeca (pumas, changos, buitres, etc.). Los sonidos más fuertes de los mejores modelos son de cerca de 1 Watt, suficientes para ser escuchados a distancias considerables.
Se han encontrada varios métodos para su construcción. Uno de ellos lo muestra en detalle con fotos Hilary Kerrod, fina ceramista de Nueva Zelanda.
El Dr. Rolando Menchaca utilizó el estudio de la gamitadera para proponer una metodología de análisis acústico de artefactos sonoros del México Antiguo que presentó en el 6o. Congreso Mexicano de Acústica en Veracruz, México, 2000 (36).
Se sabe que existían otros artefactos llamados gamitaderas, en varias zonas de México, donde había muchos venados, y que usaban varios modelos de dispositivos sonoros y materiales. Algunos tenían membranas de redes de arañas, murciélagos, etc. pero no se conocen estudios sobre ellos. Se sabe que aun hay artesanos que los hacen y cazadores que los usan en otras zonas, como
uno de Panamá. Actualmente, algunos cazadores de venados también usan llamadores modernos. De ninguno de ellos se conocen estudios organológicos-acústicos en la literatura abierta.
Piedra Olmeca multiperforada.
Otro estudio considerado importante indica que los aerófonos bucales de dos hoyos se usaban en las primeras grandes culturas de Mesoamérica: el extraordinario Aerófono Olmeca de Piedra Negra (10). Este fue el primer estudio directo del autor sobre un aerófono antiguo, que fue encontrado casualmente en el despacho del finado antropólogo y fotógrafo Francisco Beverido Pereau. Su familia me lo prestó para estudiarlo.
Lo más importante es que se pudo determinar que tiene propiedades sónicas similares a las del aerófono bucal de dos hoyos. Eso es relevante, porque se encontraron más de 4.5 toneladas de artefactos multiperforados de ilmenita similares (que equivalen a cerca de 140,000 objetos) enterrados en el sitio de San Lorenzo y que fueron dados a conocer por Ann Cyphers y Anna Di Castro en 1996 (19). Se estima que la cerámica superficial de ese sitio arqueológico pertenece al preclásico inferior (1000-1300 a.C). Previamente, se encontraron seis artefactos similares, según informe de Michael D. Coe y Richard A. Diehl de 1980 (20), cerca de la cabeza monumental 17 en el mismo sitio arqueológico Olmeca. En Mirador-Plumajillo, Chiapas, también se encontraron más de dos mil artefactos de ilmenita, incluyendo algunos no perforados, según Pierre Agrinier en 1989 (21). Las hipótesis previas propuestas de su uso fueron para: adorno personal, contrapesos de atlatl, taladros para hacer fuego, pesos para redes de pesca, martillo, moneda y soporte manual de un taladro de arco. Sus propiedades sonoras no eran conocidas y experimentos lapidarios del autor indican que es muy improbable que fueran usadas como soporte manual de un taladro de arco.
El estudio de su posible uso original es muy importante, porque parece que son los objetos más antiguos hechos en forma similar de piedra dura que se han encontrado en mayor cantidad en un sitio arqueológico.
Foto de la piedra de ilmenita perforada.
Plano con vistas y dimensiones del aerófono de piedra negra.
(Es el primero y único plano conocido de un aerófono prehispánico que muestra la información organológica estructural, requerida para su posible reproducción aproximada. Los pocos que se conocen presentan sólo una vista y la mayoría sin dimensiones).
Dibujo que muestra la posición y forma de tocar la piedra negra dentro de la boca.
(Son similares a los de otros aerófonos bucales de dos hoyos)
En este estudio se mostró la forma en que puede operar este tipo de bienes sonoros bucales. Para producir el sonido más fuerte debe tocarse colocado dentro de la boca, entre los dientes y la lengua, misma que cubre el hoyo posterior. Los labios deben sellar el exterior del silbato para que no haya fugas de aire.
Elementos organológicos del sistema tracto bucal-aerófono.
- Canal bucal 1, formado entre el paladar y lengua, para generar la corriente aire de insuflación mostrada con la flecha. El labio superior y la lengua deben evitar que haya fugas de aire para dirigirlo al hoyo superior (A).
- Aerófono con la cámara resonadora principal B que funciona como una cámara abierta y dos hoyos (tubos A y C) colocados cara a cara, cuyo centro está localizados en el mismo plano que el de la cámara B, en un eje horizontal. El círculo interno de estos hoyos pueden ser dos biseles circulares especiales, donde se genera o "rompe" el sonido.
- Cavidad bucal 2, que puede actuar como un resonador de Hemholtz irregular. El labio inferior y la lengua deben sellar la cámara para que actúe en forma cerrada.
Funcionamiento básico del sistema generador de caos y ruido.
Al inicio de su operación, el mecanismo sonoro puede funcionar como se describe a continuación:
- La fuerte corriente de aire proveniente de la cavidad bucal 1 se introduce por el canal superior A, del aerófono.
- En la salida del hoyo A, el flujo de aire comprimido se puede expandir, porque la cámara principal B es abierta y tiene menor presión. Y pueden ocurrir difracciones, porque la apertura es pequeña.
- Las ondas expandidas se dirigen al otro lado de la cámara B y hacia el bisel circular de C, generando reflexiones hacia atrás.
- El fuerte flujo principal de aire, que viene del hoyo A, pasa a través del hoyo C y va hacia la cavidad bucal 2, que actúa como un sistema de masa-resorte de Helmholtz, generando reflexiones hacia atrás.
- Cuando esas reflexiones cruzan el hoyo C se generan más refracciones dentro de la cámara principal B.
- En pocos milisegundos, el fuerte choque de presiones provenientes de los canal A y C que ocurren dentro de la pequeña cámara B y la combinación de reflexiones, refracciones y expansiones, en todas las direcciones, con dos biseles circulares, pueden generar una compleja y turbulenta o caótica dinámica de ondas y presiones, produciendo el ruido que se muestra con vírgulas, símbolo gráfico Mexicano para toda clase de seres y fenómenos ondulares, como el sonido.
- Las dos cámaras resonadoras amplifican dos grupos de componentes de frecuencias, como se pueden ver en los dos picos amplios del espectrograma. Puede producir otros sonidos, si se toca de diferentes formas. Por ejemplo, rotándolo 90 grados y colocado fuera y enfrente de los labios con el aire introducido por el hoyo posterior, y cerrando con un dedo el hoyo frontal, sus hoyos laterales se convierten en salidas del sonido ruidoso, pero de menor intensidad.
Pero el detalle exacto del comportamiento dinámico aun no se conoce bien y se estima que no es sencillo conocerlo, porque su sistema de generación de sonidos corresponde al de modelos dinámicos no lineales caóticos, con bandas anchas de altas frecuencias y fenómenos no lineales en un espacio tridimensional muy reducido. O sea, los más difíciles de simular y visualizar con modelos matemáticos y físicos en la actualidad.
El análisis espectral muestra que se genera una señal con dos crestas fuertes y ruido en una banda ancha.
Espectrograma del sonido de la piedra negra
La potencia acústica radiada no es muy alta, cerca de 0.01 Watt (89 dB a un metro y cero grados). Eso significa que su alcance sonoro es menor que los de otros miembros de la familia, como la corcholata y la gamitadera olmeca. Para producir potencias similares se tendría que tocar en un gran grupo al mismo tiempo, lo que era posible por la gran cantidad de objetos similares encontrados en San Lorenzo. En ese caso, se ha planteado la hipótesis de que puedan producir batimentos infrasónicos complejos de efectos especiales en el ser humano, pero no ha sido posible confirmar experimentalmente las propiedades de las extraordinarias piedras perforadas olmecas. Los responsables de ese proyecto arqueológico no han mostrado interés en su posible análisis.
El único arqueólogo responsable de un exploración que se ha interesado en el análisis organológico-sonoro de artefactos sonoros antiguos es Daniel Juárez Cosio, Director de Estudios Arqueológicos del INAH. El primer estudio resultante sobre las ranas de barro de Yaxchilán (33) ya fue dado a conocer en un congreso internacional de acústica y fue bien recibido, ya que un resumen del primer informe está puesto en sitio de la Sala de Prensa Mundial de la Sociedad Acústica de América (ASA).
El presidente del Instituto Mexicano de Acústica, Sergio Beristain, ayudó a tomar las mediciones de intensidad sonora (en dB) con un sonómetro profesional en el Laboratorio de la ESIME del IPN y presentó un resumen del estudio sobre el aerófono de piedra negra (35) en la reunión 143 de ASA en Pittsburgh, Pennsylvania. EUA, 2002.
Algunos estudios experimentales con aerófonos bucales.
Se han realizado diversos ejercicios especiales de organología experimental, para explorar hipótesis sobre el posible funcionamiento y uso antiguo y actual de los aerófonos bucales de dos hoyos. Algunos de estos ejercicios no se pueden hacer con aerófonos antiguos, porque algunos no existen y otros no son accesibles y aun si lo fueran no se pueden modificar para analizar hipótesis. Los miles de aerófonos rescatados no han podido viajar a un buen laboratorio de metrología acústica, por la oposición de los administradores y curadores de los museos y las dificultades de los trámites para los permisos correspondientes. Dicen que en los museos no disponen de información acústica del patrimonio sonoro porque no tienen instalaciones, equipo de metrología acústica y personal especializado interesado en el análisis formal de artefactos sonoros. En algunos museos no tienen ni fotografías a color de sus artefactos sonoros y otros que sí las tienen no los proporcionan al público interesado.
En los museos de la Ciudad de México no permitieron al autor realizar estudios independientes sobre el patrimonio sonoro antiguo de barro, para propósitos de ejercicios académicos requeridos en una tesis (1), sin haber proporcionado la fundamentación técnica o legal de la prohibición (37). La prohibición y cerrazón administrativa parece arbitraria. Se ha permitido el acceso otros investigadores, incluyendo extranjeros, sin que hayan dado muestras de tener una mejor capacidad de análisis, ya que no se conoce en la literatura ningún análisis acústico formal del patrimonio sonoro nacional resguardado en los museos. Los pocos que se conocen se hicieron sólo desde el punto de vista arqueológico, musical, organológico musical o etnomusicológico y los que fueron realizados por personal oficial son generales o introductores y los específicos realizados por personal oficial son superficiales o erróneos como se muestra en uno analizado previamente sobre silbatos mayas (38).
La falta de reglamentos internos actualizados es una falla grave de gestión pública, ya que propicia la discrecionalidad administrativa. Así se consideraba hace años, cuando el autor ejerció funciones de Comisario Público.
Sin embargo, aun en ese contexto prohibitivo y limitado de información organológica ha sido posible encontrar o crear cosas interesantes en forma indirecta o virtual. Experimentalmente, se ha visto que el diseño bucal puede ser adaptado a una infinidad de modelos antropomorfos, zoomorfos y del inframundo. Por ejemplo, todas las cabezas de seres naturales y de muchos de su teogonía y cosmogonía que eran venerados o temidos (fieras, reptiles, etc. y dioses, demonios, etc), muchos de sus cuerpos y diversos objetos prehispánicos y de su iconografía pueden funcionar bien como resonadores del aerófono bucal.
Algunos de los modelos experimentales construidos son ocurrencias del autor sin evidencias conocidas de su existencia en el pasado, pero eso no asegura que no hayan existido y como algunos maestros antiguos tenían mayor creatividad e imaginación que nosotros, es posible que sí hayan sido conocidos por ellos. En caso contrario, también se considerarían esculturas mexicanas sonoras, ya que el corazón sonoro que los hace funcionar proviene del México Antiguo.
Foto con algunas caritas rugidoras.
Uno de los ejercicios relevantes realizados fue sobre los Aerófonos de Táchi o Mictlantecuitli (11). En este caso, es mejor usar la palabra Mixteca Táchi, que significa diablo o viento maligno del infierno, porque se utilizó una máscara de diablo de la Mixteca Baja de Ángel Mendoza y un aerófono bucal ruidoso. Tachi también es un pájaro de esa zona que produce sonidos feos. Hay diablos y danzas de diablos en otras sociedades. El Mictlantecuitli es bueno para danzar y rugir con ruidos o vientos espeluznantes como del infierno Náhuatl, llamado mictlampa ehécatl, al mismo tiempo.
Foto de Táchi.
Espectrograma del sonido del infierno.
Otro fue sobre Silbatos de la Muerte (12), para ver el comportamiento de los aerófonos de dos hoyos con cámaras globulares dentro de cráneos antropomorfos. Por esa forma externa, algunos investigadores opinan que fueron usados en ceremonias o ritos relacionadas con la muerte. Los experimentos mostraron que todos los cráneos funcionan bien como resonadores acoplados al modelo más antiguo de silbato bucal.
Calavera Totonaca con aerófono bucal.
Espectrograma de un sonido de la muerte.
Un caso especial fue el del Aerófono Maya de la Muerte (13), para ver el efecto de los silbatos bucales en el resonador de un cráneo maya deformado, inspirado en una foto de la tesis doctora de Vera Tiesler (32). Se vio que ese tipo de cráneo funciona bien como resonador de rugidos de la muerte.
Foto del aerófono Maya de la muerte.
Espectrograma del sonido de la muerte maya.
Otro estudio especial fue el análisis experimental del extraordinario Tlemaitl, sahumador o incensario rugidor (14), para analizar su funcionamiento con silbatos bucales. El Tlemaitl es la evidencia mas clara de que los aerófonos de dos hoyos se usaban por sacerdotes Tlapoques. Varios museos disponen de sahumadores rugidores o de viento antiguos, pero en la literatura no se conocen estudios, datos o información sobre ellos que permitan hacer análisis formales detallados. Por esa causa y mientras se continúe la política de no acceso a los artefactos sonoros antiguos y a su información en los grandes museos, los únicos trabajos independientes que se pueden hacer son experimentales, usando sólo la imaginación y trabajo. Otro gran beneficio del trabajo con buenos modelos experimentales es el de ayudar a recrear una rica rama productiva sonora perdida y olvidada desde la conquista.
Talpoque del Códice Borbónico (Lam. 26). Foto de Guillermo Contreras (7).
Foto de un Tlemaitl rugidor experimental.
Espectrograma del rugido del Tlemaitl.
La potencia radiada de estos aerófonos experimentales disminuye (hasta cerca de 0.6 - 0.8 Watts), seguramente por la impedancia de los resonadores acoplados, pero su potencia percibida sigue siendo fuerte e impresionante, sobre todo en espacios cercanos o cerrados como cuartos, cuevas y grutas, lo que da una idea del entorno espacial de su mejor utilización.
Se observa que los sonidos mostrados en los espectrogramas anteriores son casi planos, pero pueden ser más complejos y variables en el tiempo, si se modifica la forma de insuflación, las cámaras del tracto bucal y se agregan otros efectos generados por las cuerdas bocales, como las que se requieren para pronunciar o cantar las letras vocales.
Es interesante hacer notar que los experimentos sonoros realizados se asocian a costumbres, objetos, ideas y representaciones prehispánicas relevantes que se entremezclan en la rica iconografía antigua, como la muerte, el diablo, el infierno, el viento, la serpiente, los sahumadores y algunos de sus dioses importantes como Ehékatl. Sin embargo, los aerófonos bucales no han sido bien reconocidos ni en las representaciones de la teogonía antigua.
Por ejemplo, en un artículo reciente sobre el Pochó (39) se incluyen imágenes del llamado dios L del Templo de la Cruz de Palenque. Se menciona que tiene un cigarro en la boca, sin proporcionar las evidencias para soportar esa afirmación. No parece ser el caso, debido a que el humo caliente de un cigarro o puro encendido no puede bajar como se muestra en la vírgula inferior y si se sostiene con las manos como se indica los dedos se queman, ya que estarían bajo la parte encendida. Parece que puede ser un aerófobo que produce sonidos del viento o del jaguar, por lo siguiente: Si se analiza un dibujo coloreado del segundo bajo relieve de la puerta del altar (40), las vírgulas (amarillas) que salen del artefacto se asemejan a las que se usan para representar el viento o el sonido. El personaje parece el equivalente del dios del viento Ehéctl-Quetzalcóatl maya llamado Gucumatz, Votán, Kukulkán y Nakxit, por el ave (rojo) con dientes que tiene en el tocado de la cabeza . La piel de ocelotl en la espalda indica que lo está imitando. En el mismo artículo se informa que los danzantes del Pochó con piel de jaguar aun usan un silbato. Como se ha visto los aerófonos bucales pueden acoplarse a tubos resonadores como el canuto (amarillo ocre) mostrado en el dibujo y pueden generar sonidos parecidos a los del viento o del jaguar, similares a los que se usaban en la zona maya y olmeca. Si la hipótesis no es cierta, al menos, parece más congruente con la representación.
Si los danzantes actuales que imitan animales mexicanos como el jaguar ya no incluyen sus sonidos, es porque ahora se siguen las tradiciones derivadas de la colonización y perdieron el conocimiento para simularlos artificialmente.
Algunos aerófonos bucales de dos hoyos ya se presentaron en otros congresos internacional de computación o acústicos como el estudio virtual de la gamitadera (10), el Aerófono Olmeca de Piedra Negra (11) y los Generadores Mexicanos de Ruido(15) que se incluyó en las Primeras Sesiones sobre Acústica de Instrumentos Sonoros Antiguos.
Otros generadores de ruido se mostraron en un seminario para estudiantes de física de la facultad de Ciencias de la UNAM en una conferencia sobre Ondas Sonoras Prehispánicas(16). Fue una sorpresa interesante ver que los estudiantes de física mostraron más interés en los aerófonos mexicanos antiguos y sus señales que los que estudian las culturas antiguas y los bienes arqueológicos.
Silbatos bucales del exterior
En una búsqueda en el contexto internacional se encontró que silbatos bucales similares se han usado en varios continentes. En algunos de ellos aun se utilizan como silbatos para perros pastores. Se ignora la fecha de su primera aparición pero se cree que surgieron cuando los pastores requerían controlar su rebaño de ovejas con un sólo perro a distancias considerables.
Por ejemplo, en el Reino Unido, que tiene una gran tradición con el manejo de ovejas y perros domésticos, no se encontró el origen de los silbatos de pastores, pero se cree que eso sucedió mucho después de que fueron introducidas las ovejas por los Romanos. El primer texto que hace referencia a un perro pastor u ovejero (Border Collie) es en 1570, en la época de Elizabeth I. Pero el primer concurso de manejo de rebaños de ovejas con silbidos fue hasta 1873 en Gales y en 1876 en Escocia. Un fabricante de silbatos modernos (ACME) menciona que antes de 1930 casi cualquier cosa que producía sonidos se usaba como silbato de pastor. Ahora, los silbatos similares modernos de plástico y metal se usan por casi todos los pastores en los países miembros de la Comunidad Británica, incluyendo los del Reino Unido y otros del resto del mundo que tienen pastores, realizan competencias de pastores o controlan otros perros con esos silbatos. Como no se encontraron estudios sobre los silbatos ovejeros y sus fabricantes no proporcionan los datos organológicos descriptivos (siguiendo la vieja costumbre medieval de los fabricantes de otros aerófonos para tratar de guardar sus secretos técnicos), se hicieron algunos trabajos especiales para conocerlos un poco.
Hilary Kerrod envió unas fotos con medidas aproximadas de su "silbato de pastor" que usa desde hace 13 años para llamar a su perro. Las medidas aproximadas del silbato son: ancho 44 mm. Largo 32 mm, incluyendo el soporte con hoyo. Diámetro actual de los hoyos 2.5 mm (originalmente pudo ser de 2 mm). Separación entre placas 2 mm.
Vista superior, sobre una hoja de papel para mostrar bien su estructura. Vista inferior. Los hoyos o diafragmas están deteriorados por el uso. Vista lateral del silbato ovejero.
Espectrograma de un sonido fuerte del silbato rojo de Hilary Kerrod.
Se ve que el sonido tiene una F0 (de 2650 Hz a 3080 Hz) y una F1 (de 5300 Hz a 6050), lo que explica su uso eficiente con los perros. El ruido producido que se observa se puede originar por el deterioro de sus hoyos. El diseño del silbato ovejero parece un caso especial del silbato mesoamericano, similar al de corcholata, cuando se reduce a cero el ángulo de abertura entre las paredes y la distancia entre los hoyos es muy pequeña (~2 mm).
Uli Wahll, experto de Alemania en instrumentos musicales aeolianos informó de varias referencias en las que se proporciona información sobre silbatos similares:
Uno, proviene de Francia (22) y fue traducido al Español por Hervé Tostivint.
Silbato de piedra: Encontrar una piedrita tierna o blanda (yeso por ejemplo) y llana (no mas grande que la boca): con un cuchillo, hacer una ranura en el espesor de 2/3 de la superficie más o menos. Agujerear de los dos lados, pero uno de los dos agujeros tiene que ser más grande que el otro.
Para silbar, se pone la parte redonda del silbato hacia el fondo de la boca. Los labios rodean el silbato de manera que la perforación sea adentro de la boca y la abertura de la cavidad afuera. Solo los labios cierran la boca en el silbato. La perforación esta libre porque los dientes no tocan la piedra y la lengua esta pegada a la mandíbula inferior. Aspirar por la nariz y expirar mas o menos fuerte por el silbato, haciendo "chapaleta" con la lengua que deja libre el agujero de abajo (el mas grande de los dos) cuando silba.
Se logra después de intentarlo varias veces. Pero el alcance de este silbato esta entre 2 y 5 kilómetros.
En el valle del Verdon (Francia), cerca de Alos, a principios del siglo XX, se utilizaban estos silbatos de piedra para advertir "abajo" cuando lanzaban los bultos de heno desde arriba de un cerro.
Los niños turcos fabrican silbatos análogos con una cápsula de botella aplastada, doblada en dos a 30° mas o menos y agujereada de parte a parte, con un clavo, alrededor de la tercera parte del rayo que esta en ángulo recto del plegado. Esos silbatos existen también de barro (América del Sur) o de marfil (Groenlandia).
Silbato de piedra blanda de Francia.
Otro artículo es de Alemania (23), referente a los silbatos que se toca dentro de la boca:
Una forma especial de silbatos son de dos medios discos circulares doblados con un hoyo que los atraviesa, en un ancho de 1 ½ cm. Se sostienen entre los dientes con la abertura hacia el frente; alternando aspiraciones con soplado del aire y movimientos de la lengua se generan sonidos de alta frecuencia. Parece que tales artefactos silbadores, de metal o huesos de frutas se usaban (en Sardinia, Italia) pero también en España se pueden encontrar en cerámica hechos por alfareros locales. En Italia, los objetos en cerámica se llaman "fiscaluru". En las montañas de Apulia y Abruzze, los pastores dan señales a sus perros y rebaños. También "hablan" de hombre a hombre (a distancia).
Esquema con la forma de tocar el silbato "fiscaluru".
En un sitio de España, se encontró un silbato similar de piedra blanda (24) que opera dentro de la boca y tiene dos hoyos. No se informa su antigüedad, pero sí su material y como se hace y toca.
Se han encontrado otros artefactos perforados antiguos que han sido catalogados como silbatos, como uno proveniente de Egipto (25), pero no se proporciona la información organológica y acústica para su posible reconocimiento como silbato bucal de dos hoyos.
Conclusiones generales.
Desde el punto de vista tecnológico, el diseño del Ehecachichtli bucal tiene varios atributos positivos de ingeniería sonora, que no muy difíciles de encontrar en otros diseños de aerófonos o de dispositivos de señales, porque es:
Eficiente por los sonidos que puede producir y su alta relación potencia/costo.
Potente y de alto impacto auditivo en el ser humano y en muchos animales.
Barato de hacer y operar ya que no requiere de fuentes de energía costosas.
Versatil por poder producir sonidos de diferentes características y usos.
Fácil de hacer en muchos materiales nacionales abundantes.
Factible de ser moldeado, modelado, vaciado y maquinado.
Bien adaptado al tracto bucal del ser humano, físicamente y acústicamente.
Portátil, ligero y durable por no tener parte móviles.
Acoplable a diversas formas y número de resonadores adicionales.
Adaptable a una infinidad de formas externas.
Los demás miembros desarrollados de la familia de aerófonos de dos hoyos que se han encontrado en varias formas complejas en Mesoamérica, no se han localizado en la literatura de otras zonas del exterior.
El documento muestra que el análisis de casos relevantes de la rica organología mexicana antigua, que ha sido tan ignorada y menospreciada, no sólo es útil para conocer sus propiedades y efectos de su función sonora sustantiva, también puede servir para encontrar descubrimientos de mucha mayor relevancia. Eso no es fácil de mostrar con muchos bienes arqueológicos nacionales.
Por ejemplo, se ha visto que el aerófono bucal, con pequeñas variaciones, se ha utilizado en varios continentes, pero las evidencias encontradas indican que los más antiguos conocidos surgieron en las etapas tempranas o formativas de Mesoamérica en sus zonas de Occidente (Michoacán) y el Golfo de México (Veracruz ). Eso indica, al menos, que el desarrollo organológico y acústico de algunos maestros indígenas de los primeros pueblos de nuestro continente eran más avanzados de lo que se cree. No eran pueblos sedentarios dedicados a actividades primarias sólo de subsistencia y algunos trabajos artesanales elementales como los de barro, hueso, concha y piedra, ya que poseían y aprovechaban conocimientos tecnológicos-culturales avanzados y especializados en el campo de generadores de sonidos y su aprovechamiento, al menos, para comunicaciones y señales.
En materia de aerófonos bucales de dos hoyos, lo anterior significa que algunos maestros de los primeros pueblos de Mesoamérica, eran más observadores y desarrollados que los de otras zonas de su época y, lo que es más importante, que los de todos los pueblos actuales. Esas hipótesis, que pueden parecer atrevidas, se apoyan en claras y sólidas evidencias:
A pesar de que existen tecnologías, modelos matemáticos (como las ecuaciones diferenciales parciales de Boltzmann), laboratorios avanzados (de dinámica de fluidos) y herramientas con tecnología moderna (supercomputadoras y redes) para el análisis, visualización o simulación de sistemas turbulentos o caóticos complejos, ni siquiera conocemos el funcionamiento exacto y detallado del sencillo mecanismo sonoro de los aerófonos de dos hoyos que se diseñaba y construía, al menos, desde hace 3,000 años.
Ahora, a pesar del gran desarrollo médico, neurológico y psicológico, no sabemos tampoco el uso original exacto de esos extraordinarios y singulares artefactos que pueden generar señales fuerte, complejas con ruido y con posibles efectos físicos y mentales especiales en el ser humano. Sin duda, la completa comprensión de su funcionamiento y la determinación de su posible utilización representan retos para la investigación avanzada. La principal limitante metodológica es que no existen protocolos de evaluación o análisis de aerófonos antiguos y menos para los que producen ruido. Lo más avanzado que se ha hecho con los aerófonos modernos, desde principios del siglos pasado, es tratar de entender su funcionamiento, empezar a modelar con detalle y rigor su comportamiento sonoro y conocer sus efectos, pero eso mismo no se ha intentado con los miles de aerófonos mexicanos antiguos que han sido rescatados.
El trabajo en piedra de algunos antiguos pueblos mesoamericanos era impresionante y rico, pero otros pueblos antiguos del exterior también produjeron grandes y hermosas obras líticas. Lo que no se conoce son bienes en piedras duras trabajadas por otras sociedades antiguas que puedan producir sonidos complejos como los artefactos olmecas multiperforados de ilmenita, y menos aun en grandes cantidades.
También se han encontrado flautas y silbatos perforados de hueso muy antiguos (26), como los huesos de falanges, similares a los comentados por Schondube (5), de venados, caballos, osos, dientes se ballenas, de aves, de humanos, etc., perforados de hace 90,000 o 100,000 años (27 y 28). Otros resonadores más antiguos de pudieron hacer de otros materiales menos duros que el hueso, como semillas, guajes, etc. y aun de barro seco pero no cocido. O sea, antes del invento del fuego. Se estima que el barro se descubrió hace cerca de 200,000 mil años en África. Sin embargo, en la literatura de la red no se han encontrado resonadores antiguos similares a los bucales de dos hoyos de Michoacán en hueso o a los de piedra de San Lorenzo y Plumajillo. Los antiguos aerófonos tubulares y globulares sin aeroducto no tienen una alta potencia acústica como para ser utilizados en aplicaciones de comunicaciones y señales. La mayoría de los que se han encontrado eran para producir tonos o sonidos (notas) musicales. Aunque es posible que existan algunos silbatos bucales antiguos arrumbados en bodegas de museos sin haber sido identificados como tales o que no sean conocidos porque sus publicaciones no se hayan dado a conocer ampliamente en forma impresa ni en la red mundial.
Existen silbatos antiguos de barro potentes como los múltiples con varias pequeñas cámaras resonadoras globulares, cuyo diseño se ha copiado en silbatos modernos de deportes, pero tienen aeroductos, elementos organológicos que surgieron con posterioridad.
En materia de tecnología sonora, el aerófono bucal de dos hoyos mesoamericano, parece ser el primer sistema de comunicaciones de viento portátil de alta efectividad acústica a largas distancias para transmitir señales entre seres humanos y con animales domésticos o para propósitos de cacería. Aunque también se ha visto que pudieron utilizarse en ritos o ceremonias con gran impacto en los que los escuchaban, por su nivel de potencia, altura de sus sonidos y los complejos y no usuales timbres que pueden producir, mismos que también podían ser usados para una comunicación superior, con sus dioses, como resulta evidente en caso del Tlemaitli rugidor.
Los únicos aerófonos antiguos conocidos que puede producir sonidos con una potencia similar o superior son las trompetas que se usaban en muchas culturas (29), incluyendo las del México Antiguo, como las trompetas mayas de Bonampak (30), pero su gran tamaño hace que las F0 producidas sean bajas y fuera del rango de mayor sensibilidad auditiva de los seres humanos, lo que disminuye la distancia de su posible percepción. Sin embargo, como las trompetas producen sonidos con una gran cantidad de armónicos superiores (más de 30), algunos buenos diseños tocados por expertos, pueden ser escuchados a largas distancias. Se sabe que algunos animales grandes como las reses pueden escuchar muy bien los sonidos de trompetas como los de cuernos a varios kilómetros.
Con objeto de establecer una comparación objetiva sobre el diseño tecnológico y para dar una idea del nivel de intensidad y potencia de los sonidos generados por los mejores modelos experimentales del Ehecachichtli bucal, ~110 dB (o 1 Watt de presión acústica radiada a 1 m y 0 grados), se midió la presión sonora de los sonidos asociados a las réplicas de dinosaurios (robots) que se muestran en la "Dinosauria" de Animatronix contratada por el IPN, en operación a un costado del "Planetario" de Zacatenco. La potencia percibida de los sonidos es considerable, ya que se escuchan muy bien hasta fuera de su instalación porque utilizan amplificadores electrónicos. Dentro de la instalación, desde el camino de los visitantes, los sonidos más intensos son los del Apatosaurus, ~ 95 dB (lo que equivale a una presión acústica radiada de ~ 0.004 Watts). El Apatosaurus tenía más de 21 m de largo con, cerca de 35 toneladas de peso y existía hace 150 millones de años. El resultado del ejercicio comparativo muestra que la potencia sonora que puede generar el aerófono bucal antiguo es mucho mayor (~ 1/0.004 = 250 veces!) que el más fuertes de un sistema moderno operando en nuestro país para producir sonidos simulados de grandes animales antiguos como el utilizado por la "Dinosauria". La potencia de los gruñidos del Apatosaurus antiguo también pudo ser mucho mayor. Se ignora la potencia de los amplificadores usados y el costo de todo el equipo, pero seguramente su eficiencia física y económica también es mucho menor a la de los modelos experimentales de silbatos bucales de barro.
Se pudo hacer otra comparación con un silbato moderno usado similar de plástico que utilizan para controlar perros a distancia, que me envió Hilary Kerrod. El silbato como está produce silbidos de 0.01 Watts (100 dB a 1 m y 0 grados), lo que representa 100 veces menos que la potencia máxima del silbato bucal. Como el silbato de plástico está un poco cerrado en el extremo del resonador (1 mm), posiblemente cuando era nuevo la separación del resonador era constante de 2 mm), se abrió un poco con un palito picudo para obtener la separación original estimada. La nueva potencia estimada en esa posición es de ~ 0.4 Watts (105 dB), lo que es 25 veces menor que 1 Watt. Con el experimento se vuelve a mostrar la efectividad de la potencia del diseño antiguo.
Desafortunadamente, las hipótesis planteadas y los mismos aerófonos antiguos no se han podido analizar con mayor profundidad. Los poderes públicos y privados de la nación no han fomentado la investigación propia ni sobre las comunicaciones modernas, tan importantes en cualquier sociedad. El autor participó en la propuesta de creación de los institutos mexicanos de transportes y de comunicaciones, presentada a nivel presidencial, que motivó su creación hace años, pero el de comunicaciones no se pudo desarrollar, ya que fue desmantelado y reducido a su mínima capacidad. Desde la conquista, una consecuencia negativa de dependencia tecnológica en este campo es que todos los sistemas avanzados de comunicaciones y telecomunicaciones, de alto valor agregado y económico y muchos de los aparatos de consumo generalizado, provienen del exterior o de maquiladoras. Ahora, todos los servicios de comunicaciones y telecomunicaciones se dan con equipos importados.
Las demás instituciones educativas y de investigación (incluyendo las que fueron creadas con fines nacionalistas) no han tenido líneas o programas de investigación en sistemas mexicanos de comunicaciones y señales ni se han interesado en explorar con profundidad nuestro rico y desconocido espacio sonoro antiguo. Los grandes museos que resguardan artefactos mexicanos sonoros antiguos, no han atendido sus funciones de investigación, difusión y educación en relación a su principal función utilitaria sonora. La gran mayoría de los miles de artefactos sonoros que se han podido rescatar, desde inicios del siglo pasado, permanece arrumbada en bodegas de resguardo de museos, colecciones y exploraciones (que parecen tumbas modernas) esperando ser analizada con profundidad.
Como resultado de lo anterior, no sólo se ha impedido explorar el espacio de nuestro rico pasado sonoro, en materia de aerófonos profesionales modernos, la dependencia es total. Ahora, los instrumentos musicales de viento, desde los que tocan las orquestas sinfónicas y en las escuelas de música de las grandes urbes hasta las bandas y las trompetas de los mariachis "mexicanos" de la ciudades y de los pueblos urbanos y rurales, son importados con el consecuente gasto de divisas.
De continuar con las políticas coloniales reales de falta de investigación y dependencia, nuestro nivel de desarrollo relativo futuro seguirá siendo inversamente proporcional al del pasado remoto que se muestra con claridad en el sencillo pero extraordinario y singular diseño del Ehecachichtli bucal.
Con un poco de imaginación prehispánica, se pueden plantear algunas posibilidades interesantes. Por ejemplo, que el Ehecachichtli pudo acompañar al dios del viento Ehecatl en la creación del mundo mexicano y su cultura. Se sabe que se creó y uso para generar los sonidos del viento, desde cuando surgieron las primeras sociedades mexicanas.
Ya se vio mostró que el diseño del generador de ruido bucal funciona muy bien dentro del pico rojo del dios Ehécatl, para ser adaptado a máscaras del dios del viento mexica. Se está analizando la hipótesis de que el dios L de Palenque no sea un fumador sino un tocador de un Aerófono de viento de Gucumatz
Información y trabajos adicionales
Recientemente, en una visita al Museo Regional de Guadalajara, se vió que en una de sus vitrinas había tres "silbatos de barro bucales" de estructura similar al Ehecachichtli bucal junto a otros artefactos sonoros. Fue posible platicar con Otto Schondube, quién informó que esos silbatos eran de una colección privada y provienen de la rivera de Chapala, Región Este, hacia La Barca, Ocotlán o La Ciénega. Fueron retrabajados y desbastados después de cocidos y hechos con barro naranja rojizo o rojo sobre crema. Pertenecen al periodo 600-700 d.C. mencionó que hay otros en bodega. No han sido analizados en su función sonora sustantiva. No se pudieron obtener fotos o más datos descriptivos. Los bienes sonoros recuperados confirman que los generadores de ruido bucales eran muy usados en esa zona de Occidente.
Se hicieron otros modelos experimentales del silbato bucal de dos hoyos, en diversos materiales, incluyendo metal, y funcionan muy bien.
Se analizaron virtualmente las dos subfamilias importantes del árbol mexicano de aerófonos ruidosos de aliento, en los que el Ehecachichtli bucal es su corazón sonoro. Funcionan fuera de la boca:
Ehecachichtli con aeroducto, llamado silbato de aire.
Ehecachichtli con aeroducto tubular y tubo resonador abierto.
Con los análisis realizados ya se puede estructurar, con cierto grado de conocimiento de sus características y funcionamiento sonoro, la estructura del singular y extrordinario árbol organológico Mexicano del Ehecachichtli.
Comentarios de los autores y expertos relacionados:
1. Bart Hopkin, editor del EMI informó que los derechos de autor del artículo de Susan Rawcliffe (8) son de ella, pero le agradó que usara sus dibujos.
2. Susan Rawcliffe informó que su artículo (8) fue publicado inicialmente por la Prensa del Instituto Smithsoniano en 1992. No tiene inconveniente es que use la información de su artículo.
3. Guillermo Contreras me autorizó a usar las fotos y dibujos de su Atlas (7). Ha opinado que la organología de Mesoamérica es la más rica del mundo. Tiene la colección más grande de instrumentos musicales de México (más de 3,000, principalmente de cuerdas). Actualmente está haciendo un catálogo con fotografías.
4. Otto Schondube comentó que no hay problema en que utilice la información de su artículo (5).
5. Lourdes Damián Madrigal de la Biblioteca "Luis González" de El Colegio de Michoacán, A.C., hizo el favor de enviarme una copia del artículo de Otto Schondube e informó que por parte del Colegio no hay problema en utilizar ese material a condición de incluir los reconocimientos respectivos.
Referencias.
1. Velázquez-Cabrera, Roberto. "Estudio de aerófonos mexicanos usando técnicas artesanales y computacionales" Tesis de maestría en ciencias de la computación, Centro de Investigación en Computación. IPN. 7 de Junio de 2002.
2. José Luis Franco C. Musical Instruments from Central Veracruz in Classic Times.Ancient Art of Veracruz. Exhibition Catalog of the Los Angeles County Museum of Natural History, 1971.
3. Martí, Samuel. "Instrumentos Musicales Precortesianos". INAH. 1968
4. Castellanos, Pablo. "Horizontes de la Música Precortesiana". FCE, 1970
5. Schondube, Otto. Centro Regional INAH-SEP. "Instrumentos musicales del occidente de México: las tumbas de tiro y otras evidencias ". Revista Relaciones. Colegio de Michoacán. Revista Relaciones del Colegio de Michoacán, 1986.
6. Dájer, Jorge. "Los artefactos sonoros precolombinos desde su descubrimiento en Michoacán. ELA, FONCA. 1995. p 38.
7. Contreras Arias, Guillermo. Atlas Cultural de México. Música. , SEP-INAH-PLANETA, 1988.
8. Rawcliff, Susan. "Complex Acoustics in Pre-Columbian Flute Systems". EMI. Vol. 8. # 2, 1992. (http://www.windworld.com/emi/). (http://www.artawakening.com/soundworks/)
9. Velázquez-Cabrera, Roberto. My First Whistle.
10. Velázquez-Cabrera, Roberto. "Estudio virtual de la gamitadera".
11. Velázquez-Cabrera, Roberto. Un aerófono mágico del inframundo Olmeca.
12. Velázquez-Cabrera, Roberto. "Aerófono del Diablo" (Mictlantecuitli).
13. Velázquez-Cabrera, Roberto. "Aerófono de la Muerte"
14. Velázquez-Cabrera, Roberto."Aerófono Maya de la Muerte". .
15. Velázquez-Cabrera, Roberto. "Tlemaitl" (Sahumador rugidor).
16. Velázquez-Cabrera, Roberto. "Mexican Noise generators" Conference presented in the First Session on Acoustics of Ancient Sounding Instruments of the First Panamerican/Iberian Meeting on Acoustics at Cancun Mexico, December 2002.
17. Velázquez-Cabrera, Roberto."Ondas Sonoras Prehispánicas". Platica para alumnos de la carrera de Física de la Facultad de Ciencias, UNAM.
18. Fletcher, H; Mousan, W.A. "Loudness its definition, measurenment and calculation". JASA, Vol 5. pp 82-108, 1933
19. Cyphers, Ann and di Castro, Anna. "Los artefactos multiperforados de ilmenita en San Lorenzo", Arqueología, Revista de la Coordinación Nacional de Arqueología del INAH/Segunda época, 16, Julio-diciembre 1996.
20. Coe D. Michael y Richar A. Diehl. "In tha land of the Olmec". Austin. University of Texas Press. 1980.
21. Pierre, Agrinier. "Mirador-Plumajillo Chiapas, y sus relaciones con cuatro sitios del horizonte olmeca en Veracruz, Chiapas y la costa de Guatemala". Arqueología 2, 1989.
22. Armengaud. 1987. "Pierres chantantes" (piedras cantadoras), Gaston Tissannier, en La Nature (a magazine) no. 629, 20 juin (Junio) 1885.
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24. Silbato de Piedra Blanda de España. (http://www.es-aqui.com/payno/inst/silbatos.htm)
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30. Velázquez Cabrera Roberto. "Análisis Virtual de Trompetas Mayas de Bonampak". Una versión corta en Inglés fue presentada el la Primera Sesión sobre Acústica de Instrumentos Sonoros Antiguos de la Primera Reunión Iberoamericana /Ibérica de Acústica, Cancun, México, Diciembre de 2002. Otra versión corta se publicó en el Boletín Informativo de la Pintura Mural Prehispánica en México. del Instituto de Investigaciones Estéticas. UNAM. Año VIII. Num. 17. diciembre 2002. (../rvelaz.geo/bonampak/lek.html)
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39. Pérez Suarez, Tomás. "El Pocho, una Danza de Carnaval en Tenosique Tabasco". Arqueología Mexicana, Mayo-Junio, 2003.
40. Rive Palacio, Vicente. "México a Travéz de los Siglos". Tomo I. Editorial Cumbre. 1953.