Cortes de una roca maya

Huellas de los cortes

Roberto Velázquez Cabrera, Jean-Loup Ringot y Sergio González

Instituto Virtual de Investigación Tlapitzcalzin
Documento consultivo. Primera versión: 23 de julio de 2011.

El objetivo de este documento corto es mostrar los resultados del análisis realizado a los rastros de los cortes de una roca, que se encuentra bajo resguardo en el Museo Nacional de Antropología de la ciudad de México. Lo único que se sabe de ella es: No. 3499; pertenece a la Curaduría maya y; fue restaurada (unida con pernos de acero). Su análisis se hizo en el Laboratorio de Conservación del museo, con el permiso y apoyo de Sergio González y la ayuda de Jean-Loup Ringot, especialista en técnicas de la prehistoria, quién sugirió el estudio y tomó las fotografías y calcas de la pieza. Como no se han encontrado muchas publicaciones sobre estudios de cortes lapidarios antiguos y, menos de los mayas, los comentarios relevantes y las figuras ilustrativas del caso se pusieron disponibles en la red mundial.

La roca es caliza, un poco porosa, y mide 51.5 cm de largo, 30 cm de ancho y 10 cm de grueso. La cara labrada del frente muestra una figura antropomorfa de perfil sentada y bien ataviada con penacho, orejera, collar y brazaletes, se puede ver en la foto tomada con luz rasante (Fig. 1). Se observa que fue trabajada en forma burda o sin mucha. finura, Por sus características, museográficamente no ha sido considerada una pieza importante y no se conocen estudios de ella.

Una impresión aproximada de los promontorios del frente de la roca se obtuvo restregando papel carbón sobre papel de china colocado sobre la superficie cortada (Fig. 2), pero no se ven muchos detalles de sus promontorios y no se hicieron análisis de mayor detalle en las huellas, porque no se contó con equipo especializado de apoyo, como un microscopio, ni había mucho tiempo disponible, para el análisis, porque Sergio González andaban ayudadndo a montar una exhibición especial, sobre Seis ciudades prehispanicas. Es difícil que esa pieza pueda ser analizada en un laboratorio equipado con microscopios electrónicos, para examinar las huellas microscópicas de los cortes, aunque se podrían tomar muestras de su superficie, para ser analizadas y un especialista en iconografía maya, podría estudiar mejor la figura labrada.

Lo que más nos interesaba era analizar inicialmente, aunque fuera a nivel macro (ya he recomendado que éste debe ser anterior al micro análisis), los indicios especiales de los trabajo de cortes lapidarios que subsisten en la cara posterior de la roca, debido a que su superficie no fue desbastada ni fue cubierta con otro material de soporte, como sucede con otras rocas similares, para ser transportadas o exhibidas.

En la Fig. 3 se muestran dos canales grandes, impresos sobre papel de china, de etapas de los cortes curvos, con dirección e inclinación similares, que pudieron hacerse con cuerdas y arena abrasiva. Tambien se muestras rastros de otros cortes que fueron realizados en varias direcciones. En la Fig. 4, de mayor amplificación, se pueden observar los rastros de los cortes con mayor detalle.

El las Fig. 5 y Fig. 6 se muestran fotos con luz rasante lateral de los mismos cortes, que muestran con mayor nitidez, dettalle y realismo las huellas dejadas en la roca.

En base de la Fig. 7 se muestra un promontorio de la roca con el canal (iluminado) dejado por el corte final, que quedó al deprender la otra parte de la roca original cortada. Lo interesante es se puede analizar la huella final del canal dejado por la herramienta usada para el corte.

En la Fig. 8 se muestra la foto del perfil medio del canal del corte y en la Fig. 9, la forma que aparece en la plastilina (4.3 cm de largo y 2.5 cm de ancho), cuando es apretada sobre el canal (usado como molde), protegido con un plástico delgado, para obtener un modelo tridimensional de la morfologia del corte. Lo más notable es que aparecen modeladas huellas de dos canales, de anchura no constante (máximo 4 mm), lo que indica que pudieron usarse dos cuerdas delgadas (máximo 2 mm) y arena como abrasivo, para el corte.

Ya se ha probado que las cuerdas de henequén, que eran disponibles en la zona maya, pueden ser muy efectivas para arrastrar arenas abrasivas humedas, para realizar cortes lapidarios del grueso de los canales mostardos en la roca maya (1) y de menor finura (2), aun en rocas de mayor dureza.

Referencias

1. Velázquez Cabrera, Roberto, 2008.
EXPERIMENTOS SOBRE CORTES FINOS DE ROCAS PRECIOSAS. UNA TECNOLOGIA LAPIDARIA MILENARIA POCO CONOCIDA Y ESTUDIADA
Fig. 1 (http://www.tlapitzalli.com/iztaccihuatl08/lapidaria/cortes.html)

2. Velázquez Cabrera, Roberto, 2009
TESELAS DE TURQUESA DE MOSAICOS MEXICANOS
(http://www.tlapitzalli.com/iztaccihuatl08/teselas/teselas.html)