México D.F. a 13 de agosto de 2001.
Lic. María del Perpetuo Socorro Villerreal Escárrega
Coordinadora Nacional de Asuntos Jurídicos del INAH
Presente
En relación a su oficio 401-3-4770 del 23 de julio pasado, en el que informa que "acorde con los dictámenes de las áreas técnicas de este Instituto, no estamos en posibilidad de otorgarle el permiso correspondiente para que realice las pruebas, toda vez que los aerófonos son analizados por el arqueólogo responsable", le informo que la prueba ya fue realizada utilizando réplicas experimentales y el resultado del estudio "A Methodology for the Analysis of Ancient Aerophones. Case: Four TLapitzalzintlis from Templo Mayor Museum" ya se puso en Internet en las páginas del Instituto de Investigación Virtual Tlapitzcalzin, en el URL: http://www.geocities.com/rvelaz.geo/xochi/xochipilli.html
No solicité al INAH permiso para la realización de dicha prueba. Su prohibición se refiere a la recomendación del estudio para estudiar directamente las Tlapitzalzintlis del Museo, misma que parece improcedente, sin sustento o discrecional, si se consideran los siguientes argumentos legales y técnicos:
Legalmente, no se proporciona el fundamento reglamentario que pudiera sustentar la prohibición para poder realizar investigaciones académicas independientes sobre aerófonos mexicanos. Existen casos en que se han dado permisos similares a investigadores que no son los "arqueólogos responsables", incluyendo a extranjeros. Un miembro del Instituto de Investigación Virtual Tlapitzcalzin, ya analizó directamente unos silbatos zapotecos.
El resultado de los dictámenes técnicos no es congruente con la realidad, ya que los arqueólogos no se han interesado en analizar formalmente la función sustantiva de los aerófonos mexicanos. Aun si tuvieran el interés por hacerlo, no han mostrado tener la preparación requerida, ya que no dominan las técnicas especializadas necesarias para su análisis. Esos conocimientos especializados no se incluyen en los cursos de sus escuelas. Para probar las afirmaciones anteriores, es suficiente con mencionar que en la literatura y bibliotecas de los museos y escuelas de los arqueólogos no se han encontrado estudios de aerófonos que analicen su función acústica. No se conocen casos de artefactos sonoros del México Antiguo que hayan sido analizado con profundidad por un arqueólogo. La mayoría de los estudios que existen sobre la organología mexicana son generales o superficiales, porque tratan de cubrir muchas culturas y periodos o solo presentan algunas fotos, dibujos o descripciones generales de los artefactos. Desgraciadamente, ni siquiera existen estudios arqueológicos de los aerófobos mexicanos, lo que incide en que la información cuantificada descriptiva disponible públicamente sobre ellos es casi nula. El último estudio realizado por el suscrito muestra que aun con la falta de información descriptiva y sin tener acceso físico a los artefactos antiguos es posible encontrar secretos sobre el patrimonio sonoro mexicano. El Coordinador Nacional de Arqueología informó que los aerófonos del México Antiguo no se han analizado sistemáticamente, en su oficio del 14 de octubre de 1999.
Si el INAH no se interesa en afinar y disponer de una metodología de análisis de aerófonos antiguos es en detrimento de sus propias funciones, ya que con ello limita la posibilidad de empezar a atender su obligación de investigación en la materia.
Finalmente, le recuerdo que aun no me contestan la petición, que les he venido formulando desde el mes de junio de 1999, sobre las normas o reglas legales vigentes para obtener información descriptiva y de funcionamiento de los aerófonos de barro antiguos en poder de los museos.
Atentamente,
Roberto Velázquez C.
C.c.p. Vicente Fox Quezada. Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.
C.c.p. Etnlgo. Raúl Sergio Arrollo García. Director General del INAH.
C.c.p. Fis. Juan Alberto Román. Director del Museo del Templo Mayor.
C.c.p Arqlgo. Alvaro Barrera Rivera. Museo del Templo Mayor.